domingo, 4 de octubre de 2009

Bienvenida motosierra

Extraído de la Editorial de El País.

Bienvenida motosierra

Da la impresión de que las cuentas no cierran y el gobierno está sin un peso: debió recurrir al monto máximo de endeudamiento (que fue duplicado) autorizado por la mayoría automática en el Poder Legislativo (ese que se aprobó hace pocos meses "por las dudas", pero que no iba a emplearse porque no era necesario). Se trata de 700 millones de dólares. El comunicado del Ministerio de Economía expresa que hará uso del incremento frente al impacto que tuvo la crisis en los ingresos previstos y los costos que implicaron mantener el gasto social, y la sequía. Nada dice del déficit que va a legar a la próxima administración, que en agosto significaba el 2,2% del PIB (unos 800 millones de dólares) y está en pleno ascenso. Con suerte, el déficit fiscal que quedará al terminar esta administración, duplicará al que tenía cuando lo recibió, a pesar de haber padecido una de las peores crisis económicas de la historia.

A las excusas oficiales para aumentar el endeudamiento podríamos agregarle las cuantiosas sumas de dinero dilapidadas en publicidad oficial (no la partidaria que empezó recién la semana pasada) para convencer a los ciudadanos de las "bondades" de esta administración. Nunca se vio a la unanimidad de organismos oficiales -muchos de ellos monopólicos- gastar tanto dinero (que sale de nuestros bolsillos) en promover sus logros y sus hazañas. Y ¡oh casualidad! justito a poco de las elecciones. Y también podría justificarse el déficit en el desmedido clientelismo que se ha practicado y el gasto superfluo en que ha incurrido. Inflaron de lo lindo el globo del Estado y la crisis internacional lo pinchó. Gastaron a cuenta (el déficit se iba a cubrir por la simple acción del viento favorable) y la apuesta fracasó.

La argumentación del gobierno es pobre por más que intenta vestirse con elegancia de coyunturas. La otra, es la realidad. No tiene vuelta. Es la que provoca temor en las alturas y pánico en sus alrededores, por el anuncio del Dr. Lacalle que va a aplicar la motosierra en el gasto público.

Vamos a empezar por dejar de lado la pavada de considerar la inversión social como gasto público. Con dos dedos de frente (por más amplia que sea) se entiende. Nuestro editorial del jueves pasado fue claro y contundente al respecto. Si quieren asustar a los beneficiarios de estos programas en un alarde de pequeñez moral, pueden hacerlo. Y saben que mienten. Antes lo hicieron con los pasivos. Da lástima, pero esa es su concepción de la política: el fin justifica los medios.

Vayamos a lo que interesa, dónde se va a hacer sentir la motosierra y verán que el miedo que le tienen en el FA, es justificado.

Los 14.000 funcionarios nuevos que ingresaron en este periodo, ya están. No se pueden tocar, por más que el episodio de Antel, el funcionario "trucho" y las puertas que se abrieron con solo invocar una llamadita del prosecretario Jorge Vázquez, es ilustrativo de los métodos utilizados para proveer "vacantes".

Pero sí podemos hacer algunos cortes motosiérricos en los cerca de 200 cargos de confianza en sus diferentes categorías, además de adscriptos y funcionarios de alta prioridad que se han generado. Todos muy bien remunerados y todos muy allegados a la cúpula frenteamplista (parientes y amigovios incluidos). Lógico, no quieren motosierra.

El Estado es propietario, además de las empresas púbicas creadas por la Constitución, del paquete accionario total o parcial de otras 60 que funcionan dentro y fuera del país y no cumplen con la obligación de informar sobre sus estados contables. Sólo lo hacen algunas y en general con retraso. Y hay una veintena de organismos para estatales que están en situación similar, donde la Corporación Nacional para el Desarrollo cobra cada vez mayor importancia en la administración de la cooperación que viene del exterior, sin control del Tribunal de Cuentas y sin informar mayormente cómo se distribuye y a quiénes se contrata con esos fondos. Una verdadera Caja de Pandora. ¿Cuántos trabajan allí? ¿Cómo ingresan? ¿Qué sueldos cobran? ¿Son superavitarias? ¿Quién paga?

Se sabe que ALUR, por ejemplo, es un agujero negro, pero mayores pueden ser las pérdidas de Nahuelsat S.A., que actúa bajo la égida de Antel y que se dedica a proveer medios de comunicación satelital o de Ancsol S.A. SAFI, dependiente de Ancap que realiza inversiones en sociedades anónimas de la República Argentina.

Y unos datitos, que sirven más para la anécdota: en pasajes y viáticos al exterior se gastó en el 2004, US$ 4.095.923, mientras que en 2008 fue de US$ 7.440.766; en teléfono, US$ 23.337.735 contra US$ 38.557.464; y en electricidad, US$ 23.432.404 en 2004 y US$ 39.148.900 en 2008.

O ponemos a funcionar la motosierra en todos los gastos innecesarios y superfluos de la administración o las tarifas de los Entes se irán a las nubes y los impuestos seguirán castigando a la población cada vez más.
El País Digital


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