Te acordás de las promesas de Carámbula?

Ya tenemos claro que el progresismo si hay algo que no sabe hacer, es administrar. Lo demostró Vázquez en la IMM, ahora Carámbula, y las demás que también tienen sus problemas, quizás no tan graves como ésta.

Se criticó mucho a los anteriores intendentes, y se prometieron un montón de cosas, claro, para ganar, pero después, si te he visto, no me acuerdo.

Hoy está pasando esto en Canelones, de no creer, pero lo más lamentable es que sabiendo que la Intendencia de Canelones está fundida, los señores ediles, frívolamente, se votan 505 litros de nafta supercarburante para cada uno y para el presidente 500 litros más, y viáticos de 17.500 unidades indexadas que son aproximadamente unos 37.000 pesos, por lo cual la Junta, con estos montos que se autovotaron los ediles, tendría una erogación mensual de 1.606.000 pesos aproximadamente, que no son fijos porque si sube la nafta o la unidad indexada, aumenta este gasto fijo.

Extraído de El País
IC en CTI

La Comuna Canaria, como el FA ha decidido llamar a la Intendencia de Canelones, está en problemas. Y son serios. Después de cinco años de gestión progresista el intendente Marcos Carámbula, que acaba de iniciar su segundo mandato, ha salido a admitir públicamente que su administración enfrenta gravísimos problemas financieros, los mismos que hasta hace muy pocos meses el propio jefe comunal negaba cuando defendía su gestión y solicitaba el voto para otro lustro.

Carámbula asumió en 2005. Lo hizo en medio de un mar de promesas. Su llegada al gobierno representó el final del ciclo político del controvertido intendente colorado Tabaré Hackebruch. Carámbula llegaba para poner la casa en orden. Para recuperar la confianza de los contribuyentes. Para restablecer las relaciones con los trabajadores municipales. Para terminar con los amiguismos y encarar un período de realizaciones y obras sin par que modificarían para siempre la fisonomía del departamento.

Nada de eso pasó. En Canelones la casa sigue desordenada. La confianza de los contribuyentes no sólo no se ha recuperado, sino que se ha seguido perdiendo. Según datos de la propia comuna, más de la mitad de los habitantes de Canelones no paga sus impuestos. Y la morosidad trepa hasta el 60% en Pando, Canelones, Las Piedras, Santa Lucía y Progreso. La izquierda, que cuando gobernaba Hackebruch llamaba a los contribuyentes a no pagar sus impuestos como forma de protestar por la falta de obras, está recibiendo un poco del amargo veneno que en mala hora creó.

Las relaciones con los municipales son pésimas, con tendencia a empeorar. Los paros y las movilizaciones se suceden en la Intendencia de Canelones. Y es el propio gremio de municipales el que denuncia que el amiguismo, el mismo que el FA condenaba cuando gobernaba el Partido Colorado, se ha transformado en un sello distintivo de la administración Carámbula.

Las obras que se prometieron siguen siendo, apenas, promesas. ¿Se acuerdan cuando la izquierda ponía el grito en el cielo por los pozos de la Ciudad de la Costa? Bueno, los pozos siguen allí, después de cinco años de gobierno frenteamplista. Ahora dicen que en tres años se terminará con los pozos y las zonas anegadas. Lo mismo decían cuando Carámbula llegó al poder, hace cinco años y medio. Y aquí estamos.

La Comuna Canaria tiene un pasivo que algunos estiman en la friolera de 200 millones de dólares. Y ahora sale Carámbula a pedir la ayuda de todos los partidos políticos para que la comuna pueda superar esta crisis.

Ayudar a quien lo necesita está bien. Pero, ¿de dónde salió tamaño pasivo? ¿Por qué la administración Carámbula dejó que las cosas llegaran a este extremo para admitir lo que hasta hace poco negaba? ¿En qué se gastó el dinero una comuna que no hace obras y que cada día debe más y más, en medio de un país cuya economía está creciendo a tasas ciertamente elevadas? ¿Qué herencia recibirá quien tenga la mala suerte de venir detrás de Carámbula?

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El País Digital

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