Extraído del Diario Enfoques
Agustín Tajes
Tabaré se ha sacado la careta
No hay nada más importante
Desde que el progresismo oriental iniciara la campaña para anular la Ley de Caducidad a través de un plebiscito, nos unimos a muchas voces que desde los diferentes medios denunciaban una maniobra inconstitucional, que pretendía eliminar una ley que había sido refrendada por el pueblo y con ello, agotado las posibilidades de impugnarla. Estaba claro que se pretendía llevar adelante una acción de venganza contra los integrantes de las FFAA, que en la década del 70, al derrotarlos, habían impedido que concretaran el asalto al poder por las armas, con el fin de instaurar una dictadura marxista a imagen y semejanza de la Cuba de Fidel, disfrazada de legalidad.
No sólo escribimos una gran cantidad de artículos al respecto, sino que fuimos un poco más allá y recurrimos ante la Corte Electoral dicha maniobra. La Corte no pudo rebatir nuestros argumentos, pero se lavó las manos declarándose incompetente para resolver la cuestión.
Realmente pensamos que con todo el andamiaje de la propaganda oficial, más los medios, que en una proporción considerable estaban al servicio del oficialismo, el resultado sería favorable a la iniciativa progresista, pero, gracias a Dios, la mayoría del Cuerpo Electoral entendió que el tema estaba laudado y le negó el voto. Con ello, la referida norma se convirtió en la única de salvar con éxito dos consultas populares y, por lo tanto, nadie podría poner su constitucionalidad en tela de juicio, ya que alcanzaba el rango constitucional por partida doble.
Luego del plebiscito y de cara al balotaje, en un programa de “Código país”, que reprodujera hace poco Aldo Silva en su noticiero de canal 12, todos pudimos ver a Mujica y Astori, candidatos a presidente y vice, asegurar que se iba a respetar la decisión del Cuerpo Electoral, ya que nadie podía pasar por encima de la misma.
No obstante, antes del año del nuevo gobierno, el Canciller Almagro presentó a los legisladores de la bancada oficialista un proyecto de “Ley interpretativa” que en la práctica dejaba sin efecto a la Ley de Caducidad.
Todos conocemos lo que ha ido sucediendo, pues ha sido profusamente informado y en particular, desde el comienzo de esta nueva farsa jurídica, hemos ido denunciando las mil y una forma de tratar de destrozar a nuestra Carta Magna, a la vez de la acción fraudulenta y dolosa de la Justicia, para llevar adelante juicios contra militares violando, no sólo la Constitución, sino los más sagrados principios generales de derecho.
La aplanadora fascista de los organismos del Frente Amplio disciplinó a sus 50 diputados y el proyecto tuvo media sanción en la Cámara Baja. La oposición, no sólo fue menos que tibia, sino que, además, 19 legisladores, ni siquiera votaron.
Pero la vida nos da sorpresas y en el Senado la cosa se complicó y 3 Senadores se negaron a acompañar la iniciativa y la misma fue puesta en el freezer, hasta que se pudiera enderezar a los díscolos legalistas, que sostenían que los representantes del Cuerpo Electoral, no podían rectificar lo que el mismo había decidido en las urnas.
Los 3 fueron claros en eso y uno de ellos, Saravia, expresó, además, que de concretarse el atropello, se estaría ante un golpe de estado técnico.
Luego del receso estival, Brovetto y su banda volvieron al ataque y esta vez no dudaron en usar artillería pesada. Denuncias de corrupción, enriquecimiento ilícito, Clanider, etc. y Nin y Fernández Huidobro decidieron dar su voto al proyecto (o, no estar en sala para que el suplente lo haga), dejando en claro que es absolutamente inconstitucional. Sólo Saravia ha decidido que no existe en nuestro ordenamiento nada que justifique pasar por encima de la Constitución.
Esta apretada síntesis de los hechos nos deja en el punto que es inminente la concreción de un quiebre institucional, desde que el Parlamento, con una mayoría que representa al 48% del electorado, ha decidido ignorar su mandato, expresado en las dos consultas populares mencionadas.
Ahora bien, ¿Qué está haciendo la oposición al respecto?, esos políticos que cada tanto recuerdan a Baltasar Brum o conmemoran la gesta de Aparicio.
Hacen como si no estuviera pasando nada, viajan en las delegaciones oficiales que organiza el Pepe, se van a tomar mate a la chacra con la Lucía y Manuela, presentan proyectos sobre cosas de relativa importancia o se ponen a juntar firmas para un plebiscito que se llevaría a cabo dentro de 4 años y parece mentira que el único que se ha plantado sea un Senador del Frente.
Entonces, el Cuerpo Electoral, máxima institución soberana, ¿Qué puede hacer? si encima hasta la Suprema Corte de Justicia ha osado pasar por encima del soberano, para declarar inconstitucional una decisión del mismo. Es necesario entender que sus Ministros no son otra cosa que funcionarios públicos con un cometido definido, pero nunca una expresión de soberanía, ya que el Art. 82 de la Carta sólo establece en ese sentido que el cuerpo electoral la ejerce en forma directa y sus representantes en forma indirecta, de acuerdo a lo que prescribe la propia Constitución. Como vemos, la SCJ no tiene ninguna potestad al respecto, pero sometida por el poder progresista, se ha transformado en su herramienta de legitimización.
La respuesta es una sola, organizarse y exigirle a sus representantes que cumplan con su deber, porque si los poderes del Estado se colocan por encima de la Constitución e ignoran el mandato popular, el Cuerpo Electoral tiene el derecho de exigir el respeto debido a las instituciones democráticas republicanas y al Estado de Derecho, sin el cual aquellas son una entelequia.
Eso coloca la situación para las otras instituciones del país en la disyuntiva de defender la Carta Magna, como han jurado, o a quienes intentan destruirla, para trasformar nuestra Nación en un Estado marxista leninista, que es lo que pretenden.
Dijo el Sen. Saravia a El País: "Vamos a estar en sala y vamos a dar el debate y votar en contra del proyecto porque va más allá de la redacción mejorada o no mejorada. Acá es un tema de contenido republicano o no. Acá se viola la Constitución o no se la viola. Se pasa por encima de la decisión popular o no se pasa. Ese es el debate de fondo más allá del texto. El texto sigue violando flagrantemente el artículo 82 de la Constitución porque va a pasar por la vía parlamentaria sin un plebiscito previo. Y esto va contra de los principios republicanos y constitucionales que nosotros defendemos", añadió".
Por eso, la oposición que se deje de mirar en el horizonte del las próximas elecciones. En este momento no hay nada más importante que defender la institucionalidad, porque si esta iniciativa, finalmente se concreta, la Constitución no va a valer nada y por lo tanto, ¿elecciones?, lo más probable es que no haya.
PD: Si faltaba algo para que pudiéramos entender cual es el verdadero espíritu “progresista”, respecto a la democracia republicana y liberal, sus instituciones y al estado de derecho, el Dr. Tabaré Vázquez se ha encargado de darnos otro argumento más que contundente, para llegar a la conclusión de que es de desprecio y que para ellos sólo es una herramienta para lograr su destrucción.
Ya vamos a analizar cada una de las expresiones del Dr. Vázquez en su retorno a la arena política, pero es inadmisible que relativice el valor jurídico de las decisiones de las mayorías del Cuerpo Electoral.
Todos sabemos que para el marxismo el “lumpen” sólo sirve cuando les conviene, pero esto es demasiado.
Las referidas expresiones podrían haber sido de Hitler, Stalin o Fidel, al decir eso. Tabaré se ha sacado la careta.
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