Un sedicioso denuncia a otros sediciosos. Cosas veredes, Sancho...
El FA y el terrorista que pusieron en el gobierno no están haciendo sino cosechar lo que sembraron a lo largo de todos estos años: se les prometió cielo y tierra a los sindicalistas, se les metió en la cabeza que era su total y legítimo derecho exigir y que se les diera; técnicamente no están sino reclamando lo que desde siempre se les prometió como su derecho inalienable.
Podremos estar o no de acuerdo con los reclamos de los sindicalistas o con su modo de plantear dichos reclamos (y no me hace nada de gracia tener que esquivar bolsas de basura cuando voy por la vereda), pero hablemos claro: sus reclamos no son del todo ilegítimos, están exigiendo lo que desde siempre se les dijo que tenían derecho a exigir.
Y quiero referirme ahora puntualmente al asunto de la SAQ: al ritmo que viene la cuestión lo único que falta es que deporten a nuestros anestesistas y cirujanos a Siberia por "desacato". Cuando el Estado empieza a obligar a los ciudadanos a trabajar donde arbitrariamente se le antoja y dedicando el tiempo que se le antoja, no puedo dejar de recordar el 'Communist dream' y cómo le fue a los países tras la Cortina de Hierro.
Esto es un atentado flagrante contra la libertad de trabajo de esas personas y no vengan con que está amparado por la Constitución: cualquiera sabe que los ciudadanos tienen derecho a que se proteja su salud, pero nadie dijo que para eso hay que tratar como a esclavos a otros ciudadanos ni la Constitución dice desde luego nada sobre coaccionar a los médicos retirándoles la licencia por la que se comieron 12 años de preparación, como mínimo.
Esto no es sino fruto de una administración extraordinariamente incompetente de Salud Pública, que lo resuelvan ellos y dejen de amenazar a los profesionales de la salud.
Blogalaxia Tags: uruguay, montevideo, vicepresidente, corrupción, fraude, presidente, intendencia, impuestos, IRPF gobierno, seguridad, ley
El FA y el terrorista que pusieron en el gobierno no están haciendo sino cosechar lo que sembraron a lo largo de todos estos años: se les prometió cielo y tierra a los sindicalistas, se les metió en la cabeza que era su total y legítimo derecho exigir y que se les diera; técnicamente no están sino reclamando lo que desde siempre se les prometió como su derecho inalienable.
Podremos estar o no de acuerdo con los reclamos de los sindicalistas o con su modo de plantear dichos reclamos (y no me hace nada de gracia tener que esquivar bolsas de basura cuando voy por la vereda), pero hablemos claro: sus reclamos no son del todo ilegítimos, están exigiendo lo que desde siempre se les dijo que tenían derecho a exigir.
Y quiero referirme ahora puntualmente al asunto de la SAQ: al ritmo que viene la cuestión lo único que falta es que deporten a nuestros anestesistas y cirujanos a Siberia por "desacato". Cuando el Estado empieza a obligar a los ciudadanos a trabajar donde arbitrariamente se le antoja y dedicando el tiempo que se le antoja, no puedo dejar de recordar el 'Communist dream' y cómo le fue a los países tras la Cortina de Hierro.
Esto es un atentado flagrante contra la libertad de trabajo de esas personas y no vengan con que está amparado por la Constitución: cualquiera sabe que los ciudadanos tienen derecho a que se proteja su salud, pero nadie dijo que para eso hay que tratar como a esclavos a otros ciudadanos ni la Constitución dice desde luego nada sobre coaccionar a los médicos retirándoles la licencia por la que se comieron 12 años de preparación, como mínimo.
Esto no es sino fruto de una administración extraordinariamente incompetente de Salud Pública, que lo resuelvan ellos y dejen de amenazar a los profesionales de la salud.
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