viernes, 20 de abril de 2012

MALVINAS E YPF: AÑOS DE EQUIVOCACIONES Y CONTRADICCIONES

Recibo y publico

“MALVINAS E YPF: AÑOS DE EQUIVOCACIONES Y CONTRADICCIONES”

A partir del 2 de abril de 1982 y hasta la fecha, la Argentina recorrió y continúa recorriendo un camino pleno de equivocaciones y contradicciones.

La primera y más grave equivocación fue invadir torpemente el archipiélago, cuando diplomáticamente venía obteniendo resultados óptimos para sus intereses en ONU y en diversos foros internacionales.

La primera y más grave equivocación fue invadir torpemente el archipiélago, cuando diplomáticamente venía obteniendo resultados óptimos para sus intereses en ONU y en diversos foros internacionales.

Durante la invasión y ocupación de las islas, se cometieron graves errores que culminaron con la derrota, la rendición y -como consecuencia de ello-, cientos de jóvenes muertos.

Es que el gobierno de Galtieri tomó está invasión como un gesto heroico de populismo, que fue acompañado desde la Plaza de Mayo por todo el pueblo con espíritu futbolero mientras que, en Inglaterra, el tema se tomó como el mayor agravio y, en tal sentido, se procedió a enviar a fuerzas marítimas y terrestres para recuperar lo que ellos consideran su territorio. Equivocadamente, la República Argentina fue a la guerra mal pertrechada, con sus hombres mal equipados y peor armados. Se invadió en forma inconsulta, rechazándose mediaciones del Vaticano y su diplomacia, las originadas en Estados Unidos, el plan propuesto por el Secretario General de Naciones Unidas, etc. A través de estas tres décadas, la Argentina recayó en nuevos errores y tropiezos.

El gobierno argentino no admite que hoy carece de fuerza para salir victorioso de un conflicto diplomático: hoy puede decirse que necesita de no menos de veinte años para generar, en las partes, un espíritu de concordia y confiabilidad. Debe dejar de vender expectativas a su pueblo, para crear una política de Estado hacia adentro y fortalecerse fronteras afuera, si es que acaso se propone superar desde la diplomacia al Reino Unido de Gran Bretaña.

La Casa Rosada no es hoy es confiable para el mundo, pues la presidente argentina Cristina Elisabet Fernández Wilhelm es una artesana de la conflictividad. En medio del intento por recuperar las islas Malvinas, el lunes 16 de abril (treintagésimo aniversario de la invasión y recuperación del territorio), al igual que Galtieri, en un ambiente de jolgorio, con barras bravas en la parte de atrás del salón, comunica la invasión a YPF, la ocupación de sus oficinas y el secuestro de sus acciones, respaldándose en la Ley Nacional de Expropiaciones N°21.499. Esta fue promulgada el 17 de enero de 1977 por la dictadura argentina.

Solo le faltó gritar: "¡Que manden al Principito! ¡Lo esperamos!" A tal punto no es confiable la primera mandataria argentina que, en la VI Cumbre de las Américas, en Colombia, sólo se logró mencionar elípticamente el tema Malvinas, pero sin obtenerse un consenso que conformara a las pretensiones de Balcarce 50. Tales pretensiones se hallan hoy muy por encima de sus posibilidades reales y de su posicionamiento exterior.

Durante la mencionada cumbre, la Señora de Kirchner volvió a destacarse por sus contradicciones. Le reprochó al presidente colombiano Juan Manuel Santos la falta de mención al tema malvinense en el discurso de apertura. Pero ella no incluyó ni una coma sobre las Malvinas, ni sobre los veteranos, en ocasión del tan recordado, lacrimógeno y necrofílico discurso que pronunció al asumir su segundo mandato presidencial.

La Argentina se retiró de la Cumbre tal como lo hiciera su Canciller Héctor Timerman abandonó Naciones Unidas sin siquiera presentar oficialmente ningún reclamo, documentado en el Consejo de Seguridad ni al Secretario General. Todos se preguntan si Buenos Aires realmente pretende recuperar el archipiélago, o si acaso ese recurso es utilizado con demagogia, tal como se está haciendo hoy día las Malvinas o las usan como un recurso demagógico como está sucediendo con el tema YPF y la yerba mate.

La Argentina debe decidir cuál es el orden de discusión en lo que respecta al asunto Malvinas: ¿se trata de la soberanía o de la participación en las riquezas petroleras existentes en el subsuelo? Si Buenos Aires acaso decidiera poner sobre la mesa primero el tema de la soberanía, perderá en la resolución final del conflicto pues discutir soberanía ya o nada es perfecto para los ingleses, pues responderán “nada”.

En relación a la imagen internacional de la Argentina, hoy día, los habitantes de Malvinas no desean imaginar su futuro, una instancia en la cual Buenos Aires los trataría tal como lo hace hecho con sus provincias y con el Uruguay. Tan contradictoria la Casa Rosada, que exigen a la República Oriental del Uruguay un bloqueo contra Malvinas cuando, 25 años después de terminada la guerra, en 2007, las legislaturas de Chubut y Santa Cruz prolongaron hasta 2047 la concesión en Cerro Dragón, que incluye parte del Mar Argentino, a Pan American Energy (Carlos Bulgheroni), una empresa conjunta compuesta por British Petroleum en un 60% y Bridas en un 40%. Además, British Petroleum -con sede en Londres- cuenta, dentro de su flota al buque British Ruby, que participó en la carga de Gas Natural Licuado (GNL) hasta el Puerto de Bahía Blanca para regasificar a bordo del Express, de bandera belga, que lo aguarda en el muelle de la compañía Mega, de la misma ciudad.

También están los grupos accionarios relacionados a la minería en la Argentina; me refiero puntualmente a las firmas controlantes del 76 por ciento del paquete accionario de Barrick Gold, que opera numerosos yacimientos argentinos, que exhibe el 33% de la petroleraRockhopper Exploration y de Borders & Southern Petroleum, el 25% de Desire Petroleum y el 37,8% de Falkland Oil and Gas. (NA). Un tercer acto contradictorio, entre otros, es que los Tratados de Paz argentino-británicos relativos a la soberanía de las Islas Malvinas, instrumentados en el Acuerdo de Madrid que se firmara el 15 de febrero de 1990 (ocho años después de la guerra), otorga beneficios de garantía de inversión de nación más favorecida a innumerables empresas británicas que en la actualidad operan en territorio continental argentino. Mediante la Ley Nº 24.184 para la Promoción y Protección de Inversiones Británicas, promulgada el 24 de noviembre de 1992, se ratificaron los convenios suscriptos.

El Uruguay debe tener presente cuál será el orden de discusión del tema Malvinas por parte de su vecino, si es soberanía primero y distribución de riquezas después, Montevideo debería alejarse del compromiso, pues Buenos Aires deberá elaborar una estrategia en la cual el punto primero sea la negociación por las riquezas y el acercamiento hacia los isleños. Hoy, para el mundo, la Argentina, diplomática y políticamente no es confiable, y los isleños y el Reino Unido se preguntan cómo sería posible llegar a un acuerdo con gente que no cumple y cambia de parecer permanentemente.

El Uruguay está padeciendo esta realidad en este momento, en virtud de pactos incumplidos que firmara con la Casa Rosada. En este punto, es importante consultarle al Canciller Luis Almagro qué pasa con los acuerdos que firmara el Señor Presidente José Mujica con la primera mandataria argentina, pues a Montevideo no se le permite divulgar los informes sobre UPM, se nos ponen trabas en perjuicio de nuestros productos, la cuestión de Martín García no avanza, se desconoce el grado de contaminación del Riachuelo, etc., Tal como lo expresara quien esto escribe en artículos anteriores, mencionando acuerdos de historieta, y nunca acuerdos históricos.

En el ámbito diplomático, según información que he intercambiado con personas muy allegadas a los gobiernos de Reino Unido y EE.UU., se refiere que la Argentina no se encuentra en condiciones de presionar y tampoco debería hacerlo; lo que corresponde es negociar a largo plazo.

Ante este panorama, cabe preguntarle al Canciller Timerman, hasta cuándo considera él que debemreos continuar acompañando el bloqueo que su país se esfuerza en interponer contra las Islas Malvinas.

Como dije antes, el gobierno de Buenos Aires ya no se encuentra en posición de vender más expectativas a su pueblo y a América Latina; es menester que se proponga desarrollar una política de Estado hacia adentro, y fortalecerse hacia el exterior si es que pretende superar diplomáticamente al Reino Unido.

El Uruguay, por su parte, debería elaborar una política en relación a este tema, que involucre a la totalidad del espectro político y sus partidos. Evidentemente, es hora de analziar a conciencia la "hermandad ideológica" que une a José Mujica con Cristina Elisabet Fernández Kirchner.

Jorge AZAR-GÓMEZ

Ex representante de Uruguay ante O.N.U.

Mail: azargomezjorge@gmail.com

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