martes, 10 de noviembre de 2009

Cambian los "medios", pero el "fin" sigue siendo el mismo

Cambian los "medios", pero el "fin" sigue siendo el mismo
Autor: Dr. Eugenio Baroffio Abadie

En general se dice –con razón- que mientras en la primera vuelta electoral elegimos al partido de nuestra preferencia, lo cual supone que se “vota a favor de”, en la segunda se opta casi siempre “en contra de”. Por eso quiero aludir a algunos de los argumentos que refieren quienes, como yo, aconsejan no votar a Mujica.

Se invoca permanentemente al pasado guerrillero del candidato. Se nos recuerda su condición de delincuente procesado y penado por la Justicia de la Democracia uruguaya por delitos de lesa nación. Se mencionan sus conductas puntuales, perpetradas mediante participación en hurtos, privaciones de libertad, homicidios y otros gravísimos actos. Pero es necesario recordar que la sociedad uruguaya, a través de sus representantes, legisló oportunamente y laudó esos asuntos. Cuando no dispuso a su respecto una amplia amnistía, en el peor de los casos, conmutó las penas computando los plazos de penitenciaría de tal forma que se le asegurara la recuperación de la libertad en los primeros tiempos de la recuperación democrática, reintegrándole la integridad de sus derechos ciudadanos. La mayoría de los uruguayos consideró que con ello se avanzaba en pos de la pacificación nacional y es de esperar que el futuro no nos demuestre que se equivocó el camino.

Los líderes de los movimientos guerrilleros, y entre ellos el señor José Mujica Cordano, se convirtieron en “políticos”, y por la vía del voto llegaron, muchos de ellos, a ocupar sitiales relevantes en el Parlamento o en el Poder Ejecutivo.

Por eso, cuando se insiste en la gravedad de sus actos delictivos, yo tengo para mi que tan o más graves que los propios medios de que se sirvieron en su afán revolucionario, son los propios fines que se proponían con aquéllos. Porque los delitos tenían un móvil identificado con la Revolución Cubana de 1959 que influyó ideológicamente, le prestó auxilio material y entrenamiento y fue su fuente de permanente inspiración. No es ésta una interpretación caprichosa y subjetiva sino el reflejo de los documentos emanados de la propia organización guerrillera que Mujica integraba.

Quiere decir que aunque el hoy candidato presidencial haya incurrido en acciones contrarias a nuestra sensibilidad y a la ley (el terrorismo, el robo, el secuestro, el homicidio y la tortura), acciones todas que –de algún modo- fueron “perdonadas”, yo pienso que lo más grave fue que la insurrección violenta haya sido el medio para obtener como objetivo, la instauración de un régimen semejante al que todavía perdura en Cuba (en cuya revolución se inspiraron, cuyo líder siempre admiraron y de cuya ayuda y ejemplo se sirvieron según ya dije).

El Señor Muica no se levantó en armas para defender la libertad sino para privarnos de ella. No lo hizo para combatir una dictadura e imponer la democracia, sino con el propósito de sustituir la república por una tiranía. No luchó contra un sistema económico ineficiente y empobrecedor, sino para intentar conducirnos precisamente al mayor de los fracasos económicos de la historia, como lo demuestra el rotundo fraude de la revolución comunista en el mundo. No lo hizo en defensa de los pobres sino para sumir a todos en la miseria más absoluta y en el racionamiento ignominioso. No lo realizó para terminar con la explotación del trabajador por sus empleadores (como mentirosamente sostiene la doctrina marxista) sino para implantar la más explícita esclavitud del individuo al servicio de una administración estatal, totalitaria, privilegiada y corrupta. No se movilizó para terminar con la injusticia y la desigualdad, sino para establecer los juicios sumarios y las ejecuciones inmediatas de los que pensaban diferente. En síntesis, el paradigma de la revolución cubana que postulaba no habría hecho sino convertir al país en una gran prisión en la que quienes disienten no tienen más remedio que huir o padecer la perversidad de las cárceles desbordantes de presos de consciencia. Todo ello ocurrió y aún sucede en el modelo cubano que lo inspiraba.

El pretexto de que sus acciones estaban justificadas por la consecución de un fin loable se desvaneció en la demostración histórica, hoy indiscutible, del fracaso de todas las experiencias del socialismo real. Ya se trate de un régimen como el soviético, hoy desaparecido, o esa caricatura populista y autoritaria que Chávez rotuló como “socialismo del Siglo XXI”, paradigma actual de Mujica y sus compañeros de ruta que aunque siguen admirándolos, no se atreven a invocar más que muy de vez en cuándo, a los hermanos Castro.

Si los medios de que se sirve Mujica han cambiado, aunque admita que el “juego de la democracia liberal” no es su modelo predilecto, en todo caso no han variado los fines que lo motivaban. Si de sus delitos pudimos olvidarnos y decidimos perdonarlo, de esto último ni nos olvidamos ni lo perdonaremos nunca.

Entonces, no solamente hay que votar a Lacalle porque fue, es y será un político más confiable, más tolerante, más demócrata, más respetuoso de la ley, más experiente, más serio, más actualizado, más sincero y modernizador, sino porque Mujica sigue representando –como lo ha demostrado cada vez que le dejan expresar lo que realmente piensa- lo mismo ahora, que hace 40 años.

Dr. Eugenio Baroffio Abadie

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12 comentarios:

Rodrigo dijo...

CADA UNO - 1 VOTO
POR CARLOS RAMELA REGULES

Estimados:

El próximo 29 estaremos, una vez más, concurriendo a las urnas. Ahora, para decidir un balotaje que viene duro y difícil pero que nadie puede asegurar que ya esté decidido.

Algunos dicen que tendremos que optar entre “dos modelos de país”, mientras otros hablan de “distintas formas de gestión” y otros, simplemente, de “personas o fórmulas alternativas” que, con sus distintas características, aspiran a gobernar nuestro destino.

Lo cierto para mi es que estaremos, más allá de definiciones que parecen algo estratégicas o de matices semánticos que suenan como desprovistos de sustancia, definiendo el futuro del país, de nosotros mismos y de nuestros hijos y nietos. No se trata de una instancia más ni de una elección que nos obligue a definir, como otras veces, en función de matices o grados: estamos, como nunca antes, poniendo en juego los valores y principios que hacen a nuestro estilo de vida y que hicieron grande, en su momento, a este pequeño pero respetado país.

Tenemos que actuar con responsabilidad y cuidado. Hay en la vida situaciones límites, instancias extremas, momentos claves que, de alguna manera, condicionan inexorablemente el futuro. No se trata ya del IRPF, de la reforma de la salud, de la ley de medio ambiente, del atraso cambiario, de los planes de emergencia, del juicio laboral abreviado o del casamiento entre homosexuales. Lo que está en juego es mucho más grave e importante: estamos hablando de la libertad, de los derechos individuales, de las garantías constitucionales, de la democracia formal pero también de la democracia sustancial, del equilibrio y la tolerancia, de la separación de poderes, del respeto por la ley y la Justicia y del más esencial y básico sentido republicano.

No precisamos mirar para atrás para decidir nuestro voto, aún cuando el pasado existe y no es mala cosa recordarlo y tenerlo presente de vez en cuando. Si olvidamos lo que hemos vivido y las enseñanzas que esas vivencias nos dejan, nos estamos condenando, casi seguramente, a tropezar con las mismas piedras y repetir errores. Pero por suerte, para evitar polémicas y hasta otorgando ese maravilloso don que es el perdón a los que se equivocaron y nos hicieron sufrir, basta con mirar, escuchar y analizar el presente para entender, claramente, por donde podemos ir -aún a pesar de ciertas eventuales diferencias o reparos- y por donde NUNCA, bajo ninguna circunstancia, debemos transitar.

En ese sentido, las definiciones de MUJICA, día a día, son un rosario interminable que muestran, inequívocamente, que aún cuando pueda ser un hombre arrepentido de sus conocidos pecados (cosa que nunca ha dicho públicamente) no tiene las condiciones esenciales y necesarias para ser el Presidente de los uruguayos y, mucho menos aún, para serlo con el aditamento, nada menor por cierto, de contar con una mayoría parlamentaria a sus pies dominada por los sectores más radicales del FA.

No se equivoquen: no estamos hablando ya de derecha, centro o izquierda. Ni de la social democracia ni del socialismo liberal. Estamos hablando de la izquierda más retrógrada, más intolerante y más totalitaria, señalada, aún por sus propios compañeros del FA, como incapaz de darle un rumbo seguro, equilibrado y tolerante a nuestra sociedad. No olvidemos que no estamos hablando ni de VAZQUEZ ni de ASTORI; ellos dos se opusieron a MUJICA y perdieron, aún cuando dejaron sus mensajes: el primero dijo que dice “estupideces” y el segundo que un gobierno suyo sería “un caos”.
CONTINUA

Rodrigo dijo...

CONTINUACION
Por eso hoy y ahora, dejando de lado actitudes complacientes o fáciles, no sólo todos nosotros debemos hacer sentir nuestra voz y nuestra prédica para acompañar la única fórmula presidencial que nos asegura el respeto a los valores y principios que siempre hemos apoyado, sino que tenemos que salir, con fuerza y determinación, a buscar esos votos que faltan para lograr lo que, indudablemente, aparece como muy difícil. Cada voto sirve, cada voto suma, cada voto decide. Hay demasiado en juego como para mirar para el costado; nuestro país y nosotros mismos no nos merecemos un Presidente como MUJICA.

¿Cuántos de ustedes conocen alguien que no votó, porque estaba de viaje, porque votaba en el interior y no quiso pagar el pasaje (el FA los financia, pero nosotros no), porque no se sentía bien o porque es un descreído de la política y todo le da igual? ¿Cuántos de ustedes conocen a alguien que votó al FA pero que es totalmente ajeno a las ideas, las actitudes, los desplantes y los atropellos de MUJICA? ¿Cuántos de esos dijeron, en su momento, que votaban a ASTORI en las internas pero no a MUJICA si ganaba en la nacional o en un balotaje, pero ahora, por esa especie de sentimiento que genera la camiseta o aún por los reparos que les puede generar LACALLE, están dudando cómo votar? Hablen con ellos, siéntense a conversar, respeten sus ideas, valoren sus dudas, pero traten de mostrarle una realidad que es evidente y que hasta muchos frentistas reconocen por lo bajo.

Salga cada uno de ustedes a buscar un voto. Ese es el desafío, de ahora el 29. Un esfuerzo más, que hay mucho -demasiado- en juego.
Que de ahora al balotaje, en apoyo a la formula LACALLE – LARRAÑAGA, la consigna sea que cada uno de nosotros consiga y rescate un voto.
Fuerza y decisión: CADA UNO – 1 VOTO.
Cordialmente,
Carlos RAMELA REGULES

Anónimo dijo...

Creo que a veces se olvida que en contraposicion a Mujica, estan pidiendo votar nada menos que a Lacalle. Si hubiesen elegido a alguno un poco mejor, quizas me sacaban del voto en blanco, pero a Lacalle, antes de votarlo (de nuevo), me corto las venas con motosierra.Dos veces no cometo el mismo despropósito.

Anónimo dijo...

Te dejo un punto de vista sobre el caso Feldman, un poco mas fiable que el del pais.

http://www.uypress.net/uc_3211_1.html

Aclaro lo del pais, por esto otro:

http://elecciones.180.com.uy/articulo/El-editorial-de-El-Pais-analizado-por-periodistas

La Ciudadana dijo...

Hola Anónimo,
son opiniones, el voto en blanco es lavarse las manos.

Acá hay dos ciudadanos, uno que ya gobernó y que si, cometió sus errores, con un Parlamento compuesto de mayorías de otro partido, o sea, la situación no es la misma.

Equivocarse se han equivocado todos, perfecto no hay ninguno, la cuestión es jugársela por la democracia, porque eso es lo que está en juego hoy, pensalo.

La Ciudadana dijo...

HOla Anónimo,
más fiable? vamos, el entramado oscuro y maléfico que sueña este señor es totalmente producto de una mente muy rastrera.

Está utilizando justamente lo que todos nos preguntamos para ponerlo del otro lado.

y en cuanto al otro link, y si El País va a defender al P.Nacional, cual es la novedad? Así como el Día lo hacía con el P.Colorado.

Los editoriales son opiniones del periodista, y ahí deben quedar...
Uno las toma o las deja, pero no está para informar, está para decir lo que él piensa y cómo ve las cosas.

Es lo mismo que cuando escribo yo para otro medio, digo lo que yo pienso bajo mi mirada, al que le calce bien y al que no, que no lo tome....

Además, el periodismo en este país está dejando bastante que desear, te diré....

Anónimo dijo...

yo les digo a los indecisos: no hay nada que dudar, si votan a Lacalle tal vez puedan arrepentirse y en 5 años cambiar las cosas, pero si votan a Mujica se arrepentirán toda su vida, piensen lo que pasó en 1933 en Alemania, en 1958 en Cuba y en 1998 en Venezuela... estos pueblos si pudiesen volver atrás no dudarían en cambiar lo que decidieron entonces, pero se arrepintieron y se arrepentirán toda su existencia, y no digo más porque rompe los ojos, a los que votan en blanco o anulado porque no bancan al cuqui, no es el asunto del cuqui en sí, sino lo que podría ser un gobierno u otro, no es comparable piensen bien que votan el 29..

La Ciudadana dijo...

Hola anónimo
estamos de acuerdo, son dos posibilidades, dos países diferentes, dos ideologías diferentes... votar en blanco es tirarlo al mar como pedía Mujica, acá hay que decidir por uno o por otro, no hay vuelta y hay que jugársela.

Anónimo dijo...

Ciudadana, dormi tranquila y el 29 Apronta tu corazon....

La Ciudadana dijo...

Hola Anónimo

Aprontaré mi razón, más no mi corazón.

El voto es racional, no te olvides.

emeritopp dijo...

Hola a todos, especialmente a la Ciudadana.Verdad es que está alborotado el camoatí tupamaro-bolche por todo lo que se sabe pero no se dice del berretín - tatucera blindada del occiso Feldman. Son reminiscencias de los tiempos en que estos artilugios eran muy comunes y claves para la toma del poder por la violencia y ahora como respaldo a una toma del poder por medios democráticos. Quizá si hubieran optado por esta idea desde el principio no hubieran muerto Pascasio Ramón, Busconi Motto, Gutierrez, los cuatro soldados y todos los verdaderos mártires de la Patria.No era eso por lo que entré, sino porque no puedo concebir que en el país en el cual vivimos, la mayoría de la población votante adolece de una seria enfermedad de caracter amnésico. Se han olvidado enteramente del pasado y ya se sabe lo que pasa.Lacalle no niego erró feo pero si comparamos con Mujica, cada vez es mas cierto aquello de que mas vale malo conocido que peor por conocer.¿Da para mucho? Un abrazo oriental de Emeritopp

La Ciudadana dijo...

Hola Emeritopp
si totalmente.

Quien podía imaginar, al menos yo no, que aún hoy existieran estos arsenales, no? después de tantísimos años, pero si, tenemos amnesia, pero mira que es selectiva, traen al presente lo que conviene, el resto permanece en el olvido... todo sea por el carguito.