sábado, 6 de noviembre de 2010

Peor que doble discurso - Ope Pasquet

Me quedé sin palabras, y para dejarme sin palabras a mi.....

Van a hacer en Trinidad un monumento a Sendic? Estamos todos locos.

Que los Tupamaros veneren a Sendic no significa que todo el pueblo lo haga, ni que toda la ciudad de Trinidad lo haga, cómo es que van a hacerle un monumento de 3 metros y medio de altura?

Era lo único que nos faltaba, venerar a un sedicioso, a quien armó a algunos, para que salieran a los balazos, dando comienzo a la guerrilla que hubo en nuestro país y que nos jodió la vida a todos los que vivimos en aquella época.

Si Mujica y compañía lo aman, pues que la estatua la ponga en su chacra.

Peor que doble discurso

Ope Pasquet

En estos días en los que el Frente Amplio busca afanosamente la manera de anular en el Parlamento la Ley de Caducidad que el pueblo no quiso anular en las urnas el año pasado -y que ratificó expresamente en 1989-, todos pudimos ver en Telemundo 12 el pasaje de un programa de Código País, emitido poco antes de la segunda vuelta de la elección presidencial, en el que los entonces candidatos José Mujica y Danilo Astori decían que acatarían sin reservas el resultado de la consulta popular celebrada el último domingo de octubre. Mujica fue particularmente claro y enfático; dijo que él no usaría la mayoría parlamentaria del Frente Amplio para enmendarle la plana al pueblo.


Naturalmente, el video está circulando intensamente por Internet, y no es para menos: la definición tajante y contundente del candidato Mujica, está en flagrante y chocante contradicción con la conducta del hoy presidente y de su fuerza política.


Desde que fue el canciller Luis Almagro quien disparó la iniciativa y puso en movimiento a la bancada del Frente Amplio para concretarla, cabía dar por descontado que era el presidente Mujica el verdadero promotor de la nueva ofensiva contra la Ley de Caducidad. En efecto, es obvio que los ministros del Poder Ejecutivo no toman iniciativas políticas sin la aprobación del Presidente de la República; y menos esa iniciativa; y menos siendo el presidente quien es: alguien que se benefició con una amnistía y que meses antes había ofrecido una rama de olivo a las Fuerzas Armadas, a través del recordado “discurso de Durazno”.


Lo que hasta hace unos días no era más –ni menos- que una inferencia irrefutable de lógica política elemental, hoy es un dato de la realidad. Informó días atrás El Observador que, mientras viajaba a Buenos Aires para asistir a las exequias de Néstor Kirchner, Mujica se comunicó con el Ing. Brovetto, presidente del Frente Amplio y, refiriéndose al proyecto para acabar con la Ley de Caducidad, le dijo: “Denle para adelante”. Luego, Brovetto comunicó lo dicho por Mujica a la agrupación de gobierno del Frente Amplio, en reunión del pasado 28 de octubre, según registra con precisión la crónica de Brecha del viernes 5 de noviembre.


Mientras estas definiciones presidenciales llegaban a las reuniones de cúpula del Frente Amplio, el primer magistrado decía a la prensa que “el problema debe ser resuelto por el Parlamento” y dejaba trascender que en el Consejo de Ministros había abogado por “dedicarse a gobernar”...


El Presidente de la República no es alguien que sólo hace discursos: es el principal actor político; toma decisiones, hace que pasen algunas cosas e impide que ocurran otras.


El presidente Mujica hace discursos henchidos de respeto a la voluntad popular (Código País) y magnanimidad (Durazno), pero instruye a su canciller y al presidente del Frente Amplio para que promuevan la anulación de la Ley de Caducidad.


Esto es peor que el “doble discurso” que la prensa y la ciudadanía le reprochan a los dirigentes políticos: esto es decir una cosa y hacer la contraria.


O como dijo con menos palabras Pedro Bordaberry: esto es tirar la piedra y esconder la mano.


Para completar el panorama, debe agregarse otro hecho: el pasado 3 de noviembre, el Presidente de la República encabezó el acto celebrado en el Salón Dorado de la Intendencia de Montevideo, en el que se lanzó la campaña financiera para erigir un monumento de tres metros y medio de altura a Raúl Sendic, el histórico jefe tupamaro. El monumento se instalará en la ciudad de Trinidad, departamento de Flores, cuyo intendente –el nacionalista Armando Castaingdebat- apoya la iniciativa.


Queda claro pues que el Sr. Presidente no comparte la repudiada “teoría de los dos demonios”: para él lo que hubo fue “demonios” de un lado, merecedores de juicio y castigo, y “ángeles” del otro, a los que se debe erigir monumentos para ejemplo de las nuevas generaciones.

Como suele decir un popular dirigente nacionalista:

“¡En qué manos está el naipe!”


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