Sobre la situación del BANDES
Deficitario y sin plan de negocios
Uno dijo que su "giro real no puede sustentar los costos de su enorme plantilla laboral" y que la situación es "inverosímil desde el punto de vista empresarial”.
Otro agregó que "necesita una reestructura, entre otras cosas, para permitir su subsistencia”.
Dos meses atrás se había señalado que "si la totalidad de los trabajadores no cobrara su salario durante un mes, igualmente perdería plata. El problema es que no tiene negocios, por lo que sus costos operativos van a hacer que la pérdida sea brutal”.
El lapidario estado de situación debería alarmar al desdichado propietario del emprendimiento descrito. Peor aún si las expresiones se refieren a una empresa, el Bandes, que evoluciona en una actividad, como la bancaria, en la cual conceptos como "confianza" y "expectativas" son esenciales para la suerte del negocio.
El cuadro de inverosimilitud se completa al conocer que las primeras expresiones corresponden al presidente José Mujica (que el 1 de marzo ya le había advertido públicamente al presidente Hugo Chávez que "había comprado un clavo”), las segundas al vicepresidente Danilo Astori y las terceras, efectuadas dos meses atrás, a Elbio Monegal, el presidente del sector Banca Privada de AEBU, y fueron realizadas al lanzarse el plan de retiros incentivados del Bandes.
El punto es que, además de confianza, un banco debe tener un cierto "plan de negocios", cosa de la que el Bandes ha carecido desde su llegada al país, en el año 2006. Y más allá de declaraciones, la información pública determina que el Bandes perdió 17 millones de dólares en lo que va del año, y aproximadamente cuatro veces más desde su instalación.
Tres gerentes generales venezolanos tuvo el Bandes desde el comienzo (siendo el primero un evangelista que solía convocar a la "oración" en las reuniones de trabajo como forma de enfrentar los problemas) y nunca, de acuerdo a las fuentes consultadas y las evidencias, llegó a concretar y/o mantener con un mínimo de continuidad un cierto plan de negocios.
Recuperar la clientela de COFAC (que en su mayoría se pasó al BROU y que, por sus características, podrían retornar), trabajar la inserción heredada en un Interior que «explotó» durante estos años gracias a los negocios agropecuarios y/o darle continuidad a algunas líneas de trabajo esbozadas (como la que se planteó en el mercado de viviendas) nunca fueron, al parecer, una opción. Pero tampoco hubo otras.
"Hay que esperar el punto de cuenta”, dicen los empleados que repetían los jerarcas venezolanos (con relación a las órdenes de Caracas), una expresión que ejemplificaba el inmovilismo en el cual había caído la institución. También se refieren a la desconfianza que en todo momento tuvieron los venezolanos respecto de sus colegas uruguayos. En todo caso, no deja de llamar la atención la impericia demostrada en el manejo de una empresa financiera por parte de los cuadros de un gobierno, como el venezolano, que maneja gran parte de la banca de su país.
En ese marco, no son de extrañar las importantes caídas de depósitos y de créditos, verificadas y una permanencia sólo asegurada por los periódicos aportes de capital.
Aspectos, todos ellos -caída de depósitos, reducción del giro de actividad y dependencia de los aportes de capital del propietario-, que podrían acentuarse drásticamente en el futuro próximo, dado el cuadro de situación descrito y las inverosímiles declaraciones consignadas.
A los 460 funcionarios bancarios se les presentó a principios de agosto un paquete de retiros incentivados con el objetivo de reducir en 200 el número de trabajadores.
Bandes ofreció, en una propuesta calificada de "espléndida” por el presidente Mujica, 24 salarios para aquellos trabajadores menores de 50 años, 70 por ciento del salario por hasta cinco años a los funcionarios de entre 50 y 59 años (o hasta que alcanzaran la edad de retiro) y una oferta de retiro en base al 50 por ciento del sueldo para aquellos con 60 años o más. Sólo aceptaron la propuesta 61 trabajadores, muchos de ellos gerentes de sucursal (lo que no hace más que acentuar la desorientación imperante).
Al respecto, el presidente Mujica expresó la necesidad de "confesar que siento vergüenza porque los números que se ofrecen no conformen”.
Los dichos del presidente Mujica causaron extrañeza en el medio bancario. Una de las interpretaciones circulantes -una vez descartadas aquellas que pasan por referirse a que "el Pepe es así- apunta a que el presidente Hugo Chávez decidió que Bandes se mantenga en Uruguay y que, en ese contexto, el presidente José Mujica quería emitir un mensaje de agradecimiento y, de paso, señalar que los trabajadores, y detrás de ellos aebu, no deberían extremar las exigencias.
En cualquier caso, parece evidente que difícilmente la experiencia del Bandes tenga un final feliz si su elenco dirigente no intenta apegarse a las reglas más básicas del negocio bancario. Reglas que parece haber seguido en relación con Integración afap, de la cual Bandes es propietario en un 77,4 por ciento.
En medios políticos se ha expresado preocupación por la posibilidad de que la crisis del Bandes provoque el desprendimiento de Integración AFAP, lo que generaría una mayor concentración del negocio de las administradoras de fondos de pensión.
Una segunda evidencia pasa por asumir que las finanzas públicas (las uruguayas) no deberían estar disponibles para mantener en estado vegetativo -ese es el cuadro de situación descrito- la experiencia. ■
GP
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