jueves, 7 de octubre de 2010

Sobre el Bandes, la historia

Recibo y publico, Extraído de Brecha. Lo dicho por los ahorristas, Mujica debería haberse informado mejor antes de hablar.

Sobre la situación del BANDES

Deficitario y sin plan de negocios

Uno dijo que su "giro real no puede sustentar los cos­tos de su enorme plantilla laboral" y que la situación es "inverosímil desde el punto de vista empresa­rial”.

Otro agregó que "ne­cesita una reestructura, en­tre otras cosas, para per­mitir su subsistencia”.

Dos meses atrás se había seña­lado que "si la totalidad de los trabajadores no cobra­ra su salario durante un mes, igualmente perdería plata. El problema es que no tiene negocios, por lo que sus costos operativos van a hacer que la pérdida sea brutal”.

El lapidario estado de si­tuación debería alarmar al desdichado propietario del emprendimiento descrito. Peor aún si las expresiones se refieren a una empresa, el Bandes, que evoluciona en una actividad, como la bancaria, en la cual conceptos como "confianza" y "expec­tativas" son esenciales para la suerte del negocio.

El cuadro de inverosimilitud se completa al co­nocer que las primeras ex­presiones corresponden al presidente José Mujica (que el 1 de marzo ya le había advertido públicamente al presidente Hugo Chávez que "había comprado un cla­vo”), las segundas al vice­presidente Danilo Astori y las terceras, efectuadas dos meses atrás, a Elbio Monegal, el presidente del sector Banca Privada de AEBU, y fueron realizadas al lanzar­se el plan de retiros incenti­vados del Bandes.

El punto es que, además de confianza, un banco debe tener un cierto "plan de nego­cios", cosa de la que el Ban­des ha carecido desde su lle­gada al país, en el año 2006. Y más allá de declaraciones, la información pública deter­mina que el Bandes perdió 17 millones de dólares en lo que va del año, y aproxima­damente cuatro veces más desde su instalación.

Tres gerentes generales venezolanos tuvo el Ban­des desde el comienzo (sien­do el primero un evangelista que solía convocar a la "ora­ción" en las reuniones de tra­bajo como forma de enfren­tar los problemas) y nunca, de acuerdo a las fuentes con­sultadas y las evidencias, lle­gó a concretar y/o mantener con un mínimo de continui­dad un cierto plan de nego­cios.

Recuperar la clientela de COFAC (que en su mayo­ría se pasó al BROU y que, por sus características, podrían retornar), trabajar la inserción heredada en un Interior que «explotó» durante estos años gracias a los negocios agropecuarios y/o darle continuidad a algunas líneas de trabajo esbozadas (como la que se planteó en el mercado de viviendas) nunca fueron, al parecer, una opción. Pero tampoco hubo otras.

"Hay que esperar el punto de cuen­ta”, dicen los empleados que repetían los jerarcas venezo­lanos (con relación a las ór­denes de Caracas), una ex­presión que ejemplificaba el inmovilismo en el cual había caído la institución. También se refieren a la desconfianza que en todo momento tuvie­ron los venezolanos respec­to de sus colegas uruguayos. En todo caso, no deja de lla­mar la atención la impericia demostrada en el manejo de una empresa financiera por parte de los cuadros de un gobierno, como el venezola­no, que maneja gran parte de la banca de su país.

En ese marco, no son de extrañar las importantes caídas de depósitos y de créditos, verificadas y una permanencia sólo ase­gurada por los periódicos aportes de capital.

Aspec­tos, todos ellos -caída de depósitos, reducción del giro de actividad y depen­dencia de los aportes de capital del propietario-, que podrían acentuarse drásticamente en el futuro próximo, dado el cuadro de situación descrito y las inverosímiles declaracio­nes consignadas.

A los 460 funcionarios bancarios se les presentó a principios de agosto un pa­quete de retiros incentiva­dos con el objetivo de redu­cir en 200 el número de trabajadores.

Bandes ofre­ció, en una propuesta cali­ficada de "espléndida” por el presidente Mujica, 24 salarios para aquellos tra­bajadores menores de 50 años, 70 por ciento del sa­lario por hasta cinco años a los funcionarios de entre 50 y 59 años (o hasta que alcanzaran la edad de retiro) y una oferta de retiro en base al 50 por ciento del sueldo para aquellos con 60 años o más. Sólo aceptaron la propuesta 61 trabajado­res, muchos de ellos geren­tes de sucursal (lo que no hace más que acentuar la desorientación imperante).

Al respecto, el presidente Mujica expresó la necesi­dad de "confesar que sien­to vergüenza porque los nú­meros que se ofrecen no conformen”.

Los dichos del presiden­te Mujica causaron extrañeza en el medio bancario. Una de las interpretaciones cir­culantes -una vez descarta­das aquellas que pasan por referirse a que "el Pepe es así- apunta a que el presi­dente Hugo Chávez decidió que Bandes se mantenga en Uruguay y que, en ese contexto, el presidente José Mujica quería emitir un mensaje de agradecimiento y, de paso, señalar que los trabajadores, y detrás de ellos aebu, no deberían extremar las exigencias.

En cualquier caso, pa­rece evidente que difícil­mente la experiencia del Bandes tenga un final fe­liz si su elenco dirigente no intenta apegarse a las re­glas más básicas del nego­cio bancario. Reglas que parece haber seguido en re­lación con Integración afap, de la cual Bandes es propietario en un 77,4 por ciento.

En medios políticos se ha expresado preocupa­ción por la posibilidad de que la crisis del Bandes provoque el desprendi­miento de Integración AFAP, lo que generaría una mayor concentración del negocio de las administra­doras de fondos de pensión.

Una segunda evidencia pasa por asumir que las finanzas públicas (las uruguayas) no deberían estar disponibles para mantener en estado ve­getativo -ese es el cuadro de situación descrito- la experiencia. ■

GP

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