martes, 1 de septiembre de 2009

Participación de los jóvenes en política

Participación de los jóvenes en política
Autor: Eugenio Baroffio Abadie


(escrito a propósito de un artículo del Dr. Ope Pasquet sobre la actitud indiferente de los jóvenes en la política)

Estimado joven votante:

No encontré en los jóvenes con quienes ha hablado -y lo hago con muchos- mayor entusiasmo por este tipo de demostración o manifestación partidaria sin la cual, nuestra generación no concebía la existencia de una campaña preelectoral. El artículo de Pasquet expresa, con acierto, el fenómeno que ni es nuevo ni es exclusivo del Uruguay. Los españoles lo llamaban "Pasotismo" y a los individuos que así se comportaban "pasotas". Me acuerdo que corría el año 84, nosotros recién vivíamos con esperanza y novelería la apertura política, y yo, que estaba circunstancialmente en Madrid precisamente en las semanas previas a nuestras elecciones, constaté que a ellos ya les había ganado ese espíritu que hoy empieza a reinar en Uruguay (y han pasado 25 años).

Las causas que esboza Pasquet son razonablemente las mismas a las que en Europa se atribuía el insólito fenómeno. Y digo insólito, porque los jóvenes reclaman libertad, postulan la asunción de responsabilidades (cada vez lo hacen más tempranamente) y, sin embargo, desprecian la ocasión que les brinda cada año electoral de formar parte (aunque pequeña) de un proceso sin el cual, no puede ejercerse la verdadera democracia, ni valorizar el pluralismo ideológico. Sin el cual, no podemos sentirnos plenamente realizados como ciudadanos y, además, resignamos el derecho a reprochar, quejarnos y lamentar, lo que hacen quienes administran nuestros propios intereses ...

No es admisible el pretexto, tantas veces escuchado, de que ninguna opción resulta satisfactoria, o la de que nadie representa el interés o el gusto de nuestro interlocutor, ni esa "generalizada generalización" (valga la expresión redundante) de que "son todos los políticos iguales", “nadie mira más que por su propio mezquino provecho”, etc. etc.

En la mayoría de los casos es un prejuicio de quien, “a priori”, se ha alejado de la política, se ha desinteresado por la cosa pública y ha centrado su atención en otras cuestiones que, por legítimas que sean, jamás deberían permitir que se soslayara algún modo de actuación que nos aproximara a la administración o al gobierno, precisamente –entre otras cosas- para cambiar lo que no nos gusta o incidir y propugnar ese cambio.

Por eso entiendo que toda militancia, desde la más rústica de “sacar a pasear” una bandera o participar en un acto público o manifestación callejera, hasta la lectura de un editorial, un programa periodístico político o la postulación a un cargo, son importantes, insoslayables y completamente vitales. Cuanto menos participemos, más riesgo corremos a que quien ocupe el espacio que nosotros resignamos se encuentre –precisamente- en las antípodas de nuestros intereses y afanes. Cuanto menos participemos y nos interesemos, menos libres seremos y, si de todo esto nos damos cuenta algún día, puede que sea ya demasiado tarde y que hayamos terminado por renunciar a esta democracia que –por imperfecta que sea- es lo mejor de que dispone el hombre para conducir la cosa pública. Mientras esperamos la utopía de la perfección, que nunca ha llegado ni ha de llegar, abandonamos las vías que el sistema nos propone para ser cada día un poco mejor.

Por último, un mensaje que tiende a desvirtuar uno de los reproches habituales, el manido y ya invocado de que “todos son iguales” y nada nos satisface plenamente;

Lo primero es rigurosamente ajeno a la verdad y sólo puede sostenerlo, justamente, quien no se interesa por la política. Sepan los jóvenes que participando o militando comprobarán rápidamente que esto no es así. Y en cuanto a que ninguna propuesta le satisface plenamente, deberá saber que jamás existirá semejante utopía, porque ni los hombres, ni las instituciones que ellos construyen son perfectas, pero una cosa es segura, aquellos sistemas que han propuesto comprenderlo y explicarlo todo, revelarlo todo científicamente (o de forma presuntamente científica) y coherente, aquellas tendencias historicistas que creen que la historia conduce al hombre irremediablemente en determinada dirección y participemos o no del proceso político, sólo podemos obrar en esa dirección para acelerarlo u oponernos para obtener un mero retraso, esas doctrinas o ideas –repito- han sido las que privaron al hombre de libertad, lo condujeron a las mayores iniquidades, a las masivas muertes y al fracaso económico.

Si uno de los factores del atraso es la falta de educación o la existencia de una educación insuficiente, debemos saber que también hay que educar ciudadanos y, para ello, ejercer con responsabilidad tal condición, practicándola, única forma de evitar la pérdida de nuestros derechos.-

Estimulo a todos a participar e interesarse en la política, pero a hacerlo con independencia de criterio, sentido crítico y empleo de la lógica y de la experiencia, aunque no necesariamente sin pasión.

Nuestro sistema tiene la virtud de que ofrecerá, en un país tan chico, una gran cantidad de partidos, de fracciones, de candidatos y de matices que no nos ha de permitir seguir sosteniendo, seriamente, que no podemos identificarnos con alguno.

Eugenio Baroffio Abadie


Blogalaxia Tags: vicepresidente,

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Despues de los condones del pepe aparece otra obra maestra de este gobierno el jeraca trucho de antel....

"Impostor logró cargo gerencial en Antel

Un hombre, que se hizo pasar por el prosecretario de Presidencia, Jorge Vázquez para obtener un cargo, trabajó en la empresa pública como allegado a la Presidencia. Tras ser descubierto, fue detenido por la Dirección de Investigaciones, según informa hoy Últimas Noticias. "

Al tipo le dieron una oficina y todo por recomendacion telefonica del perro vazquez....el clientelismo en su estado puro...yo me pregunto cuantos ñoquis mas habran??

Marmota dijo...

Demasiado típico de quienes prefieren lavarse cómodamente las manos, con la inmejorable excusa de lamentarse a lágrima viva de que "todos son iguales" y "ninguno sirve".

Creo que sobra decir quiénes aquí son en todo inservibles y prescindibles en una sociedad que deberíamos - bah, que debemos - construir todos.

Si no están conformes con como son las cosas, hagan lo que pueden para cambiarlas que es poner en el poder a quienes creen que las harán un poco mejor. De lo contrario, calladitos y a no quejarse de aquello por lo que no movieron un dedo.

Dejémonos de demagogías y utopías: NO EXISTE el sistema perfecto, entre otras muchas cosas porque no hay personas perfectas. Aspiremos y luchemos por lo mejor que podamos construir.

La Ciudadana dijo...

Hola Anónimo,
si, viste? Tengo que hacer un post con esa información, no lo podía creer..... si estarán acostumbrados en este gobierno también a la tarjetita, no? que nadie sospechó nada... y después hablan de los demás.

La Ciudadana dijo...

Hola Mefista,

de alguna manera, identifico esto que dice Baroffio porque tengo una hija de 22 años y la verdad, no le interesa la política, no les importa nada, aunque igualmente de a poco, escuchando las conversaciones en casa, tomó su decisión.

Pero también te comento que lo que ella escucha de sus amigos, es de terror. Los jovenes no quieren saber de nada, no les interesa, les es completamente ajeno e indiferente lo que pasa en el gobierno y en el país, y así no podemos tener una ciudadanía responsable.

Esto pasa desde aquel que vota a un candidato porque lo hace reír hasta el que va y vota en blanco porque no tiene ganas de leer nada al respecto ni quiere escuchar a ningún político.

Lo que asusta es la indiferencia...

La Ciudadana dijo...

Hola Anónimo,
si lo vi, como dije en otro comentario, si estarán habituados a la tarjetita y la recomendación, sino, no lo hubieran metido tan fácilmente....

ahora voy a hacer un post con eso.