LA COLUMNA DE LOS VIERNES, de Pedro Bordaberry

BAJANDO CON CUIDADO - Por Pedro Bordaberry

Extraído de FaceBook

Augusto Monterroso es un escritor guatemalteco por el que tengo especial predilección. Encuentro en él la ironía de Borges combinada con una especial resignación ante la vida y una formidable capacidad para decir en pocas palabras muchas cosas.

En Lo Demás es silencio (pág. 42) él señala que “cuando uno recibe un golpe de la vida dice; bueno, finalmente, este golpe es el último, porque ahora si me voy a morir de tristeza; pero luego viene otro que hace olvidar el anterior y así hasta que uno acumula tantos golpes de la vida que es como si llegara a la cima de un cerro formado por los golpes de la vida; pero de ahí en adelante comienza como un descenso y, si uno baja con cuidado, los antiguos golpes aún duelen, pero tal vez a uno le guste recordarlos para sentir que uno está todavía vivo, que de cualquier manera uno no se murió”.
Recordé este pasaje de Lo Demás es silencio esta semana.
La campaña electoral empezó a mostrar signos de recuperación para nuestra propuesta según lo indican todas las encuestas. En un acto en un local de la calle Tacuarembó en Montevideo advertí sobre los riesgos que ello implicaba.

“Ahora que crecemos nos tratarán de meter en los barros de los enfrentamientos y las bajezas, no lo permitamos” le dije a un grupo de dirigentes barriales jóvenes de Montevideo.
El viernes así sucedió. Con título de escándalo pusieron mi nombre en la tapa de un diario. Me vincularon con un juicio civil en el que un particular esta discutiendo con el Estado la validez de unos contratos. Un juicio en el que no soy parte ni actué como abogado. De haberlo hecho no sería nada malo porque justamente los abogados comparecemos en juicio defendiendo a las partes. Pero en este caso ni siquiera ello sucedió.

No es agradable ver el nombre de uno en un titular de escándalo. Es un golpe duro que en un principio lo afecta. Las radios llaman, uno piensa en su mujer, sus hijos y le condiciona – quiéralo o no – el resto del día.

No es la primera vez que lo hacen. Cuando estaba en el Ministerio de Turismo lo hicieron varias veces. Después, cuando dejé el cargo, hicieron varias auditorías sobre mi gestión, revisaron todo, por suerte. El resultado fue que no sólo no faltaba nada ¡sino que sobraban 600 pesos!
En el 2004 hicieron lo mismo con el entonces primer candidato a la Convención Nacional de nuestro Partido, Alejandro Atchugarry. Desde el MPP formularon una denuncia que se publicó en el mismo diario sobre un presunto retiro de dinero que luego se comprobó no fue tal. Le pidieron luego disculpas y la cosa quedó ahí. Pero el golpe de la vida lo debe haber sentido.
Alejandro no participó más en política. Ignoro si fue por eso o por otros motivos.
Yo tuve la misma primera reacción el Viernes. Pensé “¿vale la pena todo este sacrificio y exposición?” Creo que sí lo vale y sobre todo que uno no debe dejar que estos golpes lo derroten sino, como escribe Monterroso, hacer con ellos un cerro del que uno baja con cuidado pero sintiéndose vivo.

Ayuda pensar que con estas falsedades lo que se busca es apartarlo a uno de la política para que los adversarios ocupen su lugar. Yo no me apartaré sino que seguiré luchando por aquello en lo que creo por más que me golpeen.

Monterroso, además, era un cuentista breve formidable. Escribió uno de los cuentos más breves que conozco, que consta de una sola frase y el que recordé hoy de mañana después de una noche en la que dormí como hace tiempo no lo hacía:
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.

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