martes, 6 de octubre de 2009

Uruguay, a la sombra de Chávez

Uruguay, a la sombra de Chávez por Pilar Rahola

Eran tupamaros y sus inicios no tuvieron la aureola épica de la lucha contra una dictadura, sino el oscuro relato de una ideología marxista que intentaba imponer, a sangre y fuego, una dictadura en Uruguay.


Lo conocí hace un par de años. Frontal y poco dado a las exigencias de la educación, me espetó una pregunta que aún baila por mi cerebro: "¿Qué opinaría si yo hubiera organizado un comando para matar a Pinochet?". Ante mí tenía a José Mújica, el Pepe, militante tupamaro, guerrillero con años de asaltos, secuestros, y cárcel, ministro de Agricultura de Tabaré Vázquez y actual candidato a la presidencia de Uruguay. Le respondí: "Yo hubiera llevado a Pinochet a la cárcel. Usted a la tumba. A usted le mueve la venganza y a mí, la justicia".

No sé qué debió de pensar de mí, en aquella sala de Montevideo repleta de ministros y empresarios, que tuvieron a bien debatir sobre democracia y libertad. Pero seguro que pensó que debía de ser un típico ente pequeñoburgués, incapaz de coger el trabuco y resolver, a tiros y sangre, los conflictos sociales. Así es, ciertamente, quizás porque creo en los principios básicos de la civilización. Por mi parte, yo pensé de él que estaba ante un revolucionario de manual, endiosado, ególatra, iluminado, convencido de su autoproclamada misión salvadora, y sin problemas evidentes con la conjugación del verbo matar.

En su diccionario particular, la reinvención del lenguaje: a los robos los llamaba "apropiaciones" y a los asesinatos, "ejecuciones". ¿Estaba, pues, ante un demócrata? Estaba ante un hombre que seguía las reglas democráticas, pero que no creía en ellas. De hecho, sus palabras lo avalan: "Participar en la democracia liberal no significa creer en ella". Algo así como lo que dicen algunos grupos de extrema derecha españoles. Un vídeo de YouTube de la mujer del propio Mújica -y, presumible, primera dama-, Lucía Topolansky, es bien explícito al respecto. Eran tupamaros y sus inicios no tuvieron la aureola épica de la lucha contra una dictadura, sino el oscuro relato de una ideología marxista que intentaba imponer, a sangre y fuego, una dictadura en Uruguay.

Queda pendiente para la historia si la dictadura militar fue la consecuencia de este hostigamiento terrorista o nació por generación espontánea, pero los hechos son indiscutibles: decenas de uruguayos fueron asesinados por los tupamaros antes de la llegada de los militares. Mújica no sólo no se arrepiente de ese pasado, ni ha desarrollado ningún atisbo de autocrítica, sino que lo glorifica como si fuera la crónica de un macabro éxito personal. Un currículum de violencia extrema, orgullosamente presentado, para un candidato a presidente.

Es la torticera mirada respecto a la propia historia que abunda en Latinoamérica, para desgracia de la justicia: todas las dictaduras militares han bajado a los infiernos de la ignominia, la vergüenza y la maldad. Y, a la vez, los grupos terroristas que extorsionaron, secuestraron, robaron y asesinaron a centenares de personas durante decenios, a la par que intentaron la formación de dictaduras comunistas, bajo el amparo soviético, han subido al cielo de la gloria. Ninguna culpa. Ningún arrepentimiento. Argentina es, en este sentido, el paradigma de esa doble y perversa moral respecto a las víctimas. Uruguay le va a la zaga.

Este hombre, pues, de tan notable biografía, podría llegar a la presidencia. De momento ha sido ministro de Agricultura, y durante este tiempo los vasos comunicantes con Hugo Chávez no han dejado de crecer. Será por ello por lo que algunos confidenciales recuerdan el amor que tiene Chávez por regar con dinero las campañas de los afines, cuando hablan de Mújica. También es significativa la alarma que causó, en marzo pasado, la información de la presencia de terroristas iraníes en suelo uruguayo, y la tibieza oficial al respecto. Es conocido, en este sentido, lo que opina Mújica sobre terrorismo. Concluyendo, pues, ¿puede Uruguay caer en manos de un extremista que no cree en la democracia? Si ocurre, ¿puede convertirse en otro satélite del chavismo? ¿Está ocurriendo ya? Preguntas siniestras para una hora difícil en el pequeño Uruguay. Todo puede pasar en estas elecciones. Pero algo de lo que puede pasar resulta inquietante.


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7 comentarios:

apocanow dijo...

Excelente post y además hay que tener en cuenta que Pilar Rahola fue diputada de la izquierda catalana y ex vicealcaldesa de Barcelona.

Marmota dijo...

Mujica sí tenía razón en algo - aunque habían formas más educadas de decirlo: no se puede creer en una justicia que permite a un terrorista manchado de sangre hasta los codos candidatearse a presidente de nuestro país. Naturalmente, prefiero manifestar mi descontento por la palabra que por las armas.

Confiemos en que el buen sentido de los ciudadanos pensantes se bastará y se sobrará para solventar ese agujero que tiene la justicia y que no nos vamos a clavar con Chávez II.

Brillante la nota de la señora Rahola, y ni que hablar que es re valorable que venga de una política de izquierda. Que quede sobradamente claro que a los radicales no los puede querer nadie en el poder mientras tenga algo de amor propio y por sus conciudadanos.

Rodrigo dijo...

HOTEL HOLIDAY INN
LA MUERTE POR PACTO DE SUICIDIO DEL MATRIMONIO ROVIRA día 8 de Julio de 2009

LA HISTORIA RECIENTE .... QUE COMENZÓ EN LOS AÑOS 1963 CON EL HOY CANDIDATO A PRESIDENTE POR EL EL FA Jose "Pepe" Mujica cuando este HOY CANDIDATO resuelve salir a los tiros contra LA DEMOCRACIA

Las consecuencias de la Muerte de un Hijo .... Cuatros libros escritos por sus padres ... Sobrevive al tiroteo el "Ñato" Fernedez Hiudobro

El Matrimonio Rovira termina desilucionado de la Izquierda y Votando a Wilson Ferreira ...

Vale la pena EScuchar el relato que dejo al final ..

Kirichenko presenta La última fuga

El periodista y escritor Iván Kirichenko fue entrevistado en Asuntos Pedientes, en donde presentó La última fuga. Este es el primer libro del autor y cuenta la historia de una pareja que realizó un pacto suicida por el asesinato de su hijo, militante Tupamaro.

http://www.espectador.com/1v4_contenido.php?id=162591&sts=1

La Ciudadana dijo...

Hola Apocanow

Justamente, por eso me parece una opinión más que válida.

Yo no la conocía, pero cuando la escuché en el acto de la Amia, me encantó, por la fuerza que transmite esta mujer.

La frase que puse en el blog, a la izquierda, sobre los periodistas, justamente la saqué de su discurso de ese acto.

La Ciudadana dijo...

Hola Mefista,
si totalmente.

Hay que confiar en el buen criterio de nuestros conciudadanos.

En cuando a Rahola, si la verdad que es clarísima en sus conceptos, me gustó mucho leerla y escucharla.

Elpadrino dijo...

Estimada, creo que tu nota sobre Mujica carece de algo clave, que es situar los hechos en el contexto histórico en que se dieron.

Para que las cosas queden claras de antemano, soy frenteamplista desde antes que los tupamaros ingresaran al FA, y mi candidato en las internas fue Danilo Astori, pero como acepto las reglas del juego democrático, ahora el candidato de mi fuerza política (y mi candidato, obvio) es el senador José Mujica.

Creo que centrar la disputa electoral del 2009 apelando a lo que pasó en los años 60 es -por decir lo menos- un error, ya que ni el contexto histórico es el mismo de aquellos años, ni las personas son las mismas después de haber pasado por aquellas experiencias.

Lo que se va a juzgar este domingo es si el partido de gobierno ha hecho las cosas bien en estos cinco años y merece otra oportunidad; no se juzga si Mujica es amigo de Chávez o si Lacalle lo fue de Benhamou (el señor que compró el Banco Pan de Azucar por chirolas bajo el gobierno de Lacalle, remember?).

Pero volviendo al principio, yo coincido con esa visión de que los tupamaros no se levantaron contra una dictadura, pero de ahí a que deban vivir con una condena de por vida hay un trecho muy grande, ¿no te parece?

40 años después es muy fácil responder que tú hubieras enviado a Pinochet a la cárcel, pero es una respuesta que no admite el menor análisis, porque parte del supuesto que un dictador que llegó al poder bombardeando la casa de gobierno, matando y torturando, se va a entregar para ser juzgado y enviado a la cárcel. ¿Candidez de tu parte?

No fui ni soy tupamaro, pero tampoco quiero pecar de ingenuo, y justificar la dictadura que se instaló en mi país en el accionar de ese grupo armado, que en 1973 estaba totalmente derrotado (esto no lo afirmo yo, sino que lo dicen los muchos libros que sobre el tema se han escrito). Me inclinaría más a pensar que esa dictadura se inscribe en un proceso regional, del que Uruguay no estuvo aislado. Son muchas coincidencias para creer que en las casualidades…

Para cerrar, el Apocalipsis que sugieres en tu último párrafo, mezclando al chavismo con el Frente Amplio, luce como un desesperado llamado a no votar a este enviado del infierno, como hace 5 años lo hicieron otros para no votar a Vázquez porque el “estilo” de la izquierda no es lo que “los uruguayos queremos”. Como Mujica, creo que a esta altura no hay indecisos, y la elección ya está definida, por tanto no me mueve el interés de convocar a votar a uno u otro, que cada uno asuma su compromiso y ponga en el gobierno a quien considere que va a hacer un país mejor para todos. Eso sí, por favor dejen de agitar las sábanas, que los fantasmas no existen.

La Ciudadana dijo...

Estimado Sergio de Malvín barrio en el que viví muchos años...

Como verás en el título, el artículo no es mío, ojalá yo escribiera así, es obra de Pilar Rahola, periodista española, Alcaldesa izquierdista de Barcelona.

Esta es su opinión sobre Mujica, es una periodista que a pesar de que no comparto su ideología de izquierda, tiene un enorme sentido común y una honestidad periodística que acá, desconocemos.

Hay una parte del discurso que hizo en el acto de la AMia en Buenos Aires, sobre el periodismo que me gustó mucho, fijate, está a la izquierda del blog y decime si no tiene razón.

Igualmente comparto sus dichos, ella tiene una visión global diferente a la que podemos tener nosotros que vivimos el problema, ella lo vio de afuera.