Recibo y publico. Creo que es un buen resúmen de lo que está pasando.
Asunto: El rostro de Mujica – la vergüenza del Frente Amplio
Se acaba el tiempo de campaña electoral. El Uruguay decide. Hemos visto el verdadero rostro del candidato Mujica, y constatado de lo que es capaz el Frente Amplio con tal de ganar las elecciones. Importa recordarlo, pensando en el balotaje.
Ha mentido descaradamente Mujica sobre las motivaciones del movimiento tupamaro en los años sesenta. El amplio espectro de izquierda que sabe que ha mentido, cómplice de intentar fraguar la Historia nacional, ha callado.
Ha mentido Mujica sobre su disposición a seguir un programa frenteamplista moderado.” Pepe coloquios” está allí como guía de su sentir profundo. La diversidad de partidos y personalidades de izquierda, calumniados, humillados, insultados, ha callado.
Ha mentido Mujica sobre su relación con el periodista que lo entrevistó para terminar escribiendo ese libro. Con el objetivo de no perjudicar la votación del Frente Amplio, García ha callado. Y todos los dirigentes frenteamplistas que saben la verdad, han callado.
Ha mentido Mujica cuando posa de democrático y no acepta un debate presidencial ni tampoco someterse a preguntas de periodistas independientes. El Frente Amplio, en otra época decidido protagonista del debate nacional, ha callado.
Miente Mujica cuando quiere hacernos creer que Astori participará activamente de su gobierno. Mujica humilló a Astori en el congreso de diciembre. Se presentó a la interna para derrotar el proyecto político de Asamblea Uruguay. Y ninguneó a Astori luego de la interna, no cediéndole en nada. El Frente Amplio, que conoce mejor que nadie estos episodios, ha callado.
Miente en realidad Mujica, cuando nos quiere hacer creer que sus modelos internacionales son las presidencias de Bachelet y de Lula. El Frente Amplio, que tiene claro el alineamiento histórico tupamaro a favor de Chávez, ha callado.
Miente Mujica cuando acusa a los partidos tradicionales de corrupción generalizada por haber frivolizado la política. El Frente Amplio de la multiplicación de los cargos de confianza, de las irregularidades de los casinos municipales, de los negocios con Venezuela, y de tantos etcéteras, prefiere olvidar la consigna de Vázquez de que nadie está vacunado contra la corrupción. Prefiere callar.
Miente Mujica cuando dice querer apostar a la formación educativa y a la inteligencia de los uruguayos. Formó parte de un gobierno que aprobó una vergonzosa ley de educación, que garabateó cifras para llegar al 4,5% del presupuesto para la educación y que ha fallado grandemente en la educación secundaria y terciaria pública. El Frente Amplio, incapaz de una mínima autocrítica, calla.
Miente en realidad Mujica, cuando nos quiere hacer creer que encarará su gobierno con sobriedad republicana y capacidad de diálogo. El Frente Amplio que gobernó sin controles minoritarios en los entes públicos, prefiere callar.
Miente en realidad Mujica, cuando nos quiere hacer creer que ha dejado atrás a su barra tupamara. El Frente Amplio que acepta los improperios de la ministra Muñoz, las irregularidades de su cartera y el patoterismo de la familia de Huidobro en el caso Maciel, prefiere callar.
Miente en realidad Mujica cuando nos quiere hacer creer que se ha convertido en líder democrático y liberal. Su populismo inasible se construye sobre la marcha, se contradice en cada discurso, se disfraza de espíritu democrático. El Frente Amplio que reivindica a Seregni, prefiere callar.
Miente Mujica cuando dice respetar al adversario. No ha pasado una semana sin que se verificara a lo largo de la campaña electoral un insulto soez a Larrañaga, a Bordaberry o a Lacalle, en actos públicos o en entrevistas. El Frente Amplio del respeto por el adversario de Seregni, prefiere callar.
Lo grave no es que el candidato Mujica diga estupideces, que también las dice. Lo grave es que una importante fuerza política de este país acepta las mentiras de su candidato si ese es el precio a pagar para alcanzar la victoria electoral.
Los dirigentes del Frente Amplio se consideran a sí mismos moralmente superiores a los dirigentes de los otros partidos políticos. La campaña de la lista 99 del senador Michelini siempre está allí para recordarnos hasta qué punto es ésta una convicción vivida con total naturalidad por toda la izquierda. La descalificación al adversario, a la persona del adversario, es por tanto, lógica e inevitable.
Estas elecciones definen el futuro del país.
Si Mujica es presidente, habrá triunfado el talante antiliberal, intolerante, fanatizado, antidemocrático. No implicaría un cambio gradual, sino un cambio de naturaleza esencial en el Uruguay.
El debate no será entre grados y matices de la combinación de Estado de bienestar y capitalismo que conviene más para el desarrollo del país. En pocos días pondremos en juego, en realidad, algo mucho más importante y esencial: se trata del futuro de la Libertad y la construcción republicana.
Quiera Dios que, como en 1980, el pueblo uruguayo sepa distinguir lo esencial de lo accesorio. Y que en el secreto de la decisión, reafirmemos el fundamento democrático y republicano de nuestra Patria.
Asunto: El rostro de Mujica – la vergüenza del Frente Amplio
Se acaba el tiempo de campaña electoral. El Uruguay decide. Hemos visto el verdadero rostro del candidato Mujica, y constatado de lo que es capaz el Frente Amplio con tal de ganar las elecciones. Importa recordarlo, pensando en el balotaje.
Ha mentido descaradamente Mujica sobre las motivaciones del movimiento tupamaro en los años sesenta. El amplio espectro de izquierda que sabe que ha mentido, cómplice de intentar fraguar la Historia nacional, ha callado.
Ha mentido Mujica sobre su disposición a seguir un programa frenteamplista moderado.” Pepe coloquios” está allí como guía de su sentir profundo. La diversidad de partidos y personalidades de izquierda, calumniados, humillados, insultados, ha callado.
Ha mentido Mujica sobre su relación con el periodista que lo entrevistó para terminar escribiendo ese libro. Con el objetivo de no perjudicar la votación del Frente Amplio, García ha callado. Y todos los dirigentes frenteamplistas que saben la verdad, han callado.
Ha mentido Mujica cuando posa de democrático y no acepta un debate presidencial ni tampoco someterse a preguntas de periodistas independientes. El Frente Amplio, en otra época decidido protagonista del debate nacional, ha callado.
Miente Mujica cuando quiere hacernos creer que Astori participará activamente de su gobierno. Mujica humilló a Astori en el congreso de diciembre. Se presentó a la interna para derrotar el proyecto político de Asamblea Uruguay. Y ninguneó a Astori luego de la interna, no cediéndole en nada. El Frente Amplio, que conoce mejor que nadie estos episodios, ha callado.
Miente en realidad Mujica, cuando nos quiere hacer creer que sus modelos internacionales son las presidencias de Bachelet y de Lula. El Frente Amplio, que tiene claro el alineamiento histórico tupamaro a favor de Chávez, ha callado.
Miente Mujica cuando acusa a los partidos tradicionales de corrupción generalizada por haber frivolizado la política. El Frente Amplio de la multiplicación de los cargos de confianza, de las irregularidades de los casinos municipales, de los negocios con Venezuela, y de tantos etcéteras, prefiere olvidar la consigna de Vázquez de que nadie está vacunado contra la corrupción. Prefiere callar.
Miente Mujica cuando dice querer apostar a la formación educativa y a la inteligencia de los uruguayos. Formó parte de un gobierno que aprobó una vergonzosa ley de educación, que garabateó cifras para llegar al 4,5% del presupuesto para la educación y que ha fallado grandemente en la educación secundaria y terciaria pública. El Frente Amplio, incapaz de una mínima autocrítica, calla.
Miente en realidad Mujica, cuando nos quiere hacer creer que encarará su gobierno con sobriedad republicana y capacidad de diálogo. El Frente Amplio que gobernó sin controles minoritarios en los entes públicos, prefiere callar.
Miente en realidad Mujica, cuando nos quiere hacer creer que ha dejado atrás a su barra tupamara. El Frente Amplio que acepta los improperios de la ministra Muñoz, las irregularidades de su cartera y el patoterismo de la familia de Huidobro en el caso Maciel, prefiere callar.
Miente en realidad Mujica cuando nos quiere hacer creer que se ha convertido en líder democrático y liberal. Su populismo inasible se construye sobre la marcha, se contradice en cada discurso, se disfraza de espíritu democrático. El Frente Amplio que reivindica a Seregni, prefiere callar.
Miente Mujica cuando dice respetar al adversario. No ha pasado una semana sin que se verificara a lo largo de la campaña electoral un insulto soez a Larrañaga, a Bordaberry o a Lacalle, en actos públicos o en entrevistas. El Frente Amplio del respeto por el adversario de Seregni, prefiere callar.
Lo grave no es que el candidato Mujica diga estupideces, que también las dice. Lo grave es que una importante fuerza política de este país acepta las mentiras de su candidato si ese es el precio a pagar para alcanzar la victoria electoral.
Los dirigentes del Frente Amplio se consideran a sí mismos moralmente superiores a los dirigentes de los otros partidos políticos. La campaña de la lista 99 del senador Michelini siempre está allí para recordarnos hasta qué punto es ésta una convicción vivida con total naturalidad por toda la izquierda. La descalificación al adversario, a la persona del adversario, es por tanto, lógica e inevitable.
Estas elecciones definen el futuro del país.
Si Mujica es presidente, habrá triunfado el talante antiliberal, intolerante, fanatizado, antidemocrático. No implicaría un cambio gradual, sino un cambio de naturaleza esencial en el Uruguay.
El debate no será entre grados y matices de la combinación de Estado de bienestar y capitalismo que conviene más para el desarrollo del país. En pocos días pondremos en juego, en realidad, algo mucho más importante y esencial: se trata del futuro de la Libertad y la construcción republicana.
Quiera Dios que, como en 1980, el pueblo uruguayo sepa distinguir lo esencial de lo accesorio. Y que en el secreto de la decisión, reafirmemos el fundamento democrático y republicano de nuestra Patria.
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