Recibo y publico
El Presidente de la República, empleado de la Asociación Española de Socorros Mutuos
Autor: Eugenio Baroffio Abadie
De acuerdo con la Constitución Nacional, el Presidente de la República tiene algunas incompatibilidades que están explícitamente impuestas. Obviamente hay otras que derivan de costumbres, tradiciones o de códigos de valores personales que, son compartidos socialmente por sus contemporáneos. ¿A qué viene a cuento esto que digo? Y bien, a que el Presidente Vázquez -como ya solía hacerlo cuando fue elegido Intendente Municipal- es sólo un Presidente “part time”, ejerciendo simultáneamente con la primera magistratura, su profesión de médico que, según confiesa, configura su verdadera vocación.
Más allá de que entiendo que la Constitución no lo autoriza a ello y la voz de todo el Frente habría alzado su escandalosa e hipócrita voz en contra, si cualquier predecesor hubiese hecho lo mismo, el Señor Presidente no puede ni debe ejercer la profesión en relación de dependencia con una empresa (en esta caso una mutualista). El art. 171 de la constitución, con una remisión, le impone las mismas incompatibilidades que a diputados y senadores, por lo cual le es aplicable el art. 124 que le prohibe, entre otras cosas, ser “empleado en empresas que contraten obras o suministros con el Estado, los Gobiernos Departamentales, los Entes Autónomos, Servicios Descentralizados o cualquier otro órgano público”.
Tanto bajo el régimen de DISSE o ASSE como con el actual sistema integral y unificado ¿No es la mencionada mutualista proveedora de servicios al Estado (FONASA)? ¿No es el gobierno el que fija sus tarifas? ¿El Fondo Nacional de Salud y la JUNASA (el MSP, o sea el Estado) por su intermedio no contrata con la mutualista?
El Seguro es el que le paga a la mutualista y el artículo 25 de la ley dice que la Junta Nacional de Salud suscribirá con "los prestadores" que se integren al Sistema Nacional Integrado de Salud los contratos de gestión, etc. Cuando atiende a un paciente al amparo de la nueva Ley y la institución cobra del seguro ¿No está ingresándose en la hipótesis de lo que la Constitución prohibe? Yo admito que el tema pueda ser jurídicamente discutible, pero por lo menos dudoso.
Desde el punto de vista ético, en cambio, la situación no me deja vacilar. ¿No temblará la mano del Presidente cada vez que tiene que firmar un decreto, adoptar una resolución o remitir un proyecto de ley que afecte a las mutualistas y por ende a la Asociación Española, para la que él trabaja? ¿Es posible que declare a la Junta Anticorrupción (marzo de este año) que cobra $ 57.000 mensuales como médico de la mutualista referida y no se sienta “implicado” en modo alguno?
Ni a él ni nadie de su entorno de entre los “catones” que lo rodean y tanto han censurado gestos mucho menos graves que ése, se les ha ocurrido plantear que su actitud no es correcta, ni ética y ni probablemente jurídicamente? ¿No violará la Constitución?
Hace pocos días asistió a una inauguración en la Asociación Española y dijo que trabaja allí desde hace 40 años y que debía agradecerle haberlo dejado laborar en total libertad y con total respaldo a la hora de aplicar un procedimiento de diagnóstico o terapéutico. Bueno fuera que no hubiese ocurrido así, se me ocurre. ¿Hacía alguna falta aclararlo? O es que tiene la consciencia intranquila y desea lavar sus culpas aclarando lo que -en definitiva- no queda nada claro. ¿Es ése el gobierno honrado a que se alude en la propaganda y que la fórmula oficialista pretende continuar?
Vean Ustedes un solo ejemplo que permite sospechar y, además, se vincula con la falta absoluta de conducta de este gobierno que ha gastado sumas extraordinarias para sumarse a la campaña electoral del Frente. Ya nos tiene acostumbrados a sus actos proselitistas celebrados bajo el pretexto de que está defendiendo su gestión.
Más recientemente ha sumado la publicidad oficial de entidades públicas que no justifican promoción alguna como algunas que son monopólicas u otras que, como ANEP, no deberían promocionar otra cosa que las fechas de pago de su impuesto.
Pero, hace unos días salió un suplemento en El Pais dedicado a la Salud Pública. Una por una, todas sus páginas estaban dedicadas a declaraciones de sus autoridades oficiales. Los temas eran el balance de la gestión sanitaria del MSP; la Reforma de la Salud como eje de la política social; la ejecución del un préstamo italiano a favor del sistema sanitario público del Uruguay; la cobertura de salud bucal; la Salud Solidaria (MSP y ASSE); el Programa Nacional de Salud Mental; la lucha contra el tabaquismo del MSP; la Salud Materno Infantil; el Hospital de ojos y … al final, para clausurar el suplemento, aparece un nota dedicada a la “Asociación Española y la excelencia”, ilustrada con gran foto de Ministra y Sub Secretario festejando con el inefable Don Oscar Magurno una inauguración. ¿Da para pensar, no es así?
Y pensar muy mal, digo yo …
Eugenio Baroffio AbadieEl Presidente de la República, empleado de la Asociación Española de Socorros Mutuos
Autor: Eugenio Baroffio Abadie
De acuerdo con la Constitución Nacional, el Presidente de la República tiene algunas incompatibilidades que están explícitamente impuestas. Obviamente hay otras que derivan de costumbres, tradiciones o de códigos de valores personales que, son compartidos socialmente por sus contemporáneos. ¿A qué viene a cuento esto que digo? Y bien, a que el Presidente Vázquez -como ya solía hacerlo cuando fue elegido Intendente Municipal- es sólo un Presidente “part time”, ejerciendo simultáneamente con la primera magistratura, su profesión de médico que, según confiesa, configura su verdadera vocación.
Más allá de que entiendo que la Constitución no lo autoriza a ello y la voz de todo el Frente habría alzado su escandalosa e hipócrita voz en contra, si cualquier predecesor hubiese hecho lo mismo, el Señor Presidente no puede ni debe ejercer la profesión en relación de dependencia con una empresa (en esta caso una mutualista). El art. 171 de la constitución, con una remisión, le impone las mismas incompatibilidades que a diputados y senadores, por lo cual le es aplicable el art. 124 que le prohibe, entre otras cosas, ser “empleado en empresas que contraten obras o suministros con el Estado, los Gobiernos Departamentales, los Entes Autónomos, Servicios Descentralizados o cualquier otro órgano público”.
Tanto bajo el régimen de DISSE o ASSE como con el actual sistema integral y unificado ¿No es la mencionada mutualista proveedora de servicios al Estado (FONASA)? ¿No es el gobierno el que fija sus tarifas? ¿El Fondo Nacional de Salud y la JUNASA (el MSP, o sea el Estado) por su intermedio no contrata con la mutualista?
El Seguro es el que le paga a la mutualista y el artículo 25 de la ley dice que la Junta Nacional de Salud suscribirá con "los prestadores" que se integren al Sistema Nacional Integrado de Salud los contratos de gestión, etc. Cuando atiende a un paciente al amparo de la nueva Ley y la institución cobra del seguro ¿No está ingresándose en la hipótesis de lo que la Constitución prohibe? Yo admito que el tema pueda ser jurídicamente discutible, pero por lo menos dudoso.
Desde el punto de vista ético, en cambio, la situación no me deja vacilar. ¿No temblará la mano del Presidente cada vez que tiene que firmar un decreto, adoptar una resolución o remitir un proyecto de ley que afecte a las mutualistas y por ende a la Asociación Española, para la que él trabaja? ¿Es posible que declare a la Junta Anticorrupción (marzo de este año) que cobra $ 57.000 mensuales como médico de la mutualista referida y no se sienta “implicado” en modo alguno?
Ni a él ni nadie de su entorno de entre los “catones” que lo rodean y tanto han censurado gestos mucho menos graves que ése, se les ha ocurrido plantear que su actitud no es correcta, ni ética y ni probablemente jurídicamente? ¿No violará la Constitución?
Hace pocos días asistió a una inauguración en la Asociación Española y dijo que trabaja allí desde hace 40 años y que debía agradecerle haberlo dejado laborar en total libertad y con total respaldo a la hora de aplicar un procedimiento de diagnóstico o terapéutico. Bueno fuera que no hubiese ocurrido así, se me ocurre. ¿Hacía alguna falta aclararlo? O es que tiene la consciencia intranquila y desea lavar sus culpas aclarando lo que -en definitiva- no queda nada claro. ¿Es ése el gobierno honrado a que se alude en la propaganda y que la fórmula oficialista pretende continuar?
Vean Ustedes un solo ejemplo que permite sospechar y, además, se vincula con la falta absoluta de conducta de este gobierno que ha gastado sumas extraordinarias para sumarse a la campaña electoral del Frente. Ya nos tiene acostumbrados a sus actos proselitistas celebrados bajo el pretexto de que está defendiendo su gestión.
Más recientemente ha sumado la publicidad oficial de entidades públicas que no justifican promoción alguna como algunas que son monopólicas u otras que, como ANEP, no deberían promocionar otra cosa que las fechas de pago de su impuesto.
Pero, hace unos días salió un suplemento en El Pais dedicado a la Salud Pública. Una por una, todas sus páginas estaban dedicadas a declaraciones de sus autoridades oficiales. Los temas eran el balance de la gestión sanitaria del MSP; la Reforma de la Salud como eje de la política social; la ejecución del un préstamo italiano a favor del sistema sanitario público del Uruguay; la cobertura de salud bucal; la Salud Solidaria (MSP y ASSE); el Programa Nacional de Salud Mental; la lucha contra el tabaquismo del MSP; la Salud Materno Infantil; el Hospital de ojos y … al final, para clausurar el suplemento, aparece un nota dedicada a la “Asociación Española y la excelencia”, ilustrada con gran foto de Ministra y Sub Secretario festejando con el inefable Don Oscar Magurno una inauguración. ¿Da para pensar, no es así?
Y pensar muy mal, digo yo …
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