Mujica ya no soporta la censura.
Autor: Dr. Eugenio Baroffio Abadie
El domingo pasado de noche, con cifras de las proyecciones del escrutinio primario a la vista, Mujica aparentaba muy mal humor. ¿Qué razones podría tener para ello?
El “cascarriaje”, como los llamaba con altanero desprecio cuando era un militante revolucionario en armas, estaba dispuesto a festejar pero su candidato a presidente les tiraba el ánimo por el piso. Alguien comentó que, por debajo, Astori, impedido de hacerlo más explícitamente, le propinaba puntapiés tratando de marcar su desacuerdo con el tono del discurso. Es que acababan de posicionarse como el Lema más votado, habían quedado muy cercanos a la mitad de los sufragios válidos emitidos, su rival directo había padecido un descenso notorio en cuanto a las expectativas de poco tiempo antes, los disparates que le habían valido la censura de adversarios y partidarios (y hasta la descalificación del propio presidente que lo trató de estúpido) no habían producido efecto contrario aparente, la negativa que la mayoría dio a la reforma constitucional de anulación a la ley de caducidad (que notoriamente no apoyaban ni él ni Vázquez hasta hace poco) le auguraba un dolor de cabeza menos en el eventual ejercicio de la Presidencia y había logrado reunir a miles de esperanzados frentistas en su entorno. ¿Por qué estaba tan amargado, entonces?
Personalmente encuentro una única explicación. Mujica soñaba con terminar en la primera vuelta porque ya no soporta ni sabe si va a tolerar la censura que le impone su entorno en la estrategia de cazar votos moderados. Ya en vísperas del comienzo de la veda y con escaso tiempo de que se le diera difusión, había confesado en una nota de BÚSQUEDA que todo lo dicho en PEPE COLOQUIOS reflejaba su sincero pensamiento, burlando la ignominiosa censura que le habían impuesto en sus propias filas. ¿Será capaz de mantenerse cuidadosamente callado durante un mes más? ¿Podrá seguir “vendiendo” una imagen que no es la propia –y tanto le incomoda- durante todo ese período? Yo no puedo anticipar la respuesta, pero es obvio que el mismo Mujica tiene dudas. Ni siquiera cuando la Corte Electoral confirmó la obtención de una mayoría parlamentaria a su favor, salió a exhibir la euforia que, en cambio, tenían muchos de sus compañeros.
Mujica está muy incómodo y resulta obvio. Pero no es el resultado, muy favorable, de la elección el que lo molesta. Es la necesidad de conservar ese inestable equilibrio entre “la barra” que lo dirige (MLN, MPP y Comunistas) y los moderados del FA. Es la imposibilidad de expresar con total sinceridad el modelo de país al que apuesta, sus ideas de cambios estructurales que sustituirían la tradicional democracia liberal y el sistema capitalista por el régimen colectivista (a la soviética) que nos explicó cuando se mostró contrario a la propiedad privada de la tierra.
Sabe que del aguante que tenga durante el mes próximo dependerá el resultado del Balotaje. Si vuelve al doble discurso en que muestra la doble faz de un Jano moderno que habla una cosa delante de los moderados y empresarios y otra contradictoria con sus camaradas de la línea “ultra” o de los sindicatos, perderá muchos de los votos obtenidos en la primera vuelta. Sabe que su incontinencia verbal puede causarle una mala jugada en cualquier momento. Da por sentado que deberá seguir ocultando su adhesión a Chávez o a Fidel, para simular con esfuerzo y escasa verosimilitud, estima por los gobiernos de Brasil y Chile. Hace un mes que vino de Buenos Aires con un mensaje de sus amigos los Kirchner y una supuesta “solución” al tema de Botnia y los puentes cortados. Anunció que lo trasmitiría al Presidente y no pudo encontrarse con él más que cinco segundos en un acto público para que la prensa fotografiara un “abrazo” que tuvo de sinceridad lo mismo que la mayor de las mentiras de Pinocho.
Mujica está muy molesto y es comprensible. Le queda un mes por delante de “veda”. Ésta no estará impuesta por las normas legales, sino por sus propios camaradas. No podrá presentarse a ninguna entrevista si no lo hace con un libreto escrito y censurado. No podrá asistir a un debate sino es bajo la tutela de su adversario derrotado en la interna. Mujica está condenado a no ser Mujica por un mes más …
Dr. Eugenio Baroffio Abadie
Autor: Dr. Eugenio Baroffio Abadie
El domingo pasado de noche, con cifras de las proyecciones del escrutinio primario a la vista, Mujica aparentaba muy mal humor. ¿Qué razones podría tener para ello?
El “cascarriaje”, como los llamaba con altanero desprecio cuando era un militante revolucionario en armas, estaba dispuesto a festejar pero su candidato a presidente les tiraba el ánimo por el piso. Alguien comentó que, por debajo, Astori, impedido de hacerlo más explícitamente, le propinaba puntapiés tratando de marcar su desacuerdo con el tono del discurso. Es que acababan de posicionarse como el Lema más votado, habían quedado muy cercanos a la mitad de los sufragios válidos emitidos, su rival directo había padecido un descenso notorio en cuanto a las expectativas de poco tiempo antes, los disparates que le habían valido la censura de adversarios y partidarios (y hasta la descalificación del propio presidente que lo trató de estúpido) no habían producido efecto contrario aparente, la negativa que la mayoría dio a la reforma constitucional de anulación a la ley de caducidad (que notoriamente no apoyaban ni él ni Vázquez hasta hace poco) le auguraba un dolor de cabeza menos en el eventual ejercicio de la Presidencia y había logrado reunir a miles de esperanzados frentistas en su entorno. ¿Por qué estaba tan amargado, entonces?
Personalmente encuentro una única explicación. Mujica soñaba con terminar en la primera vuelta porque ya no soporta ni sabe si va a tolerar la censura que le impone su entorno en la estrategia de cazar votos moderados. Ya en vísperas del comienzo de la veda y con escaso tiempo de que se le diera difusión, había confesado en una nota de BÚSQUEDA que todo lo dicho en PEPE COLOQUIOS reflejaba su sincero pensamiento, burlando la ignominiosa censura que le habían impuesto en sus propias filas. ¿Será capaz de mantenerse cuidadosamente callado durante un mes más? ¿Podrá seguir “vendiendo” una imagen que no es la propia –y tanto le incomoda- durante todo ese período? Yo no puedo anticipar la respuesta, pero es obvio que el mismo Mujica tiene dudas. Ni siquiera cuando la Corte Electoral confirmó la obtención de una mayoría parlamentaria a su favor, salió a exhibir la euforia que, en cambio, tenían muchos de sus compañeros.
Mujica está muy incómodo y resulta obvio. Pero no es el resultado, muy favorable, de la elección el que lo molesta. Es la necesidad de conservar ese inestable equilibrio entre “la barra” que lo dirige (MLN, MPP y Comunistas) y los moderados del FA. Es la imposibilidad de expresar con total sinceridad el modelo de país al que apuesta, sus ideas de cambios estructurales que sustituirían la tradicional democracia liberal y el sistema capitalista por el régimen colectivista (a la soviética) que nos explicó cuando se mostró contrario a la propiedad privada de la tierra.
Sabe que del aguante que tenga durante el mes próximo dependerá el resultado del Balotaje. Si vuelve al doble discurso en que muestra la doble faz de un Jano moderno que habla una cosa delante de los moderados y empresarios y otra contradictoria con sus camaradas de la línea “ultra” o de los sindicatos, perderá muchos de los votos obtenidos en la primera vuelta. Sabe que su incontinencia verbal puede causarle una mala jugada en cualquier momento. Da por sentado que deberá seguir ocultando su adhesión a Chávez o a Fidel, para simular con esfuerzo y escasa verosimilitud, estima por los gobiernos de Brasil y Chile. Hace un mes que vino de Buenos Aires con un mensaje de sus amigos los Kirchner y una supuesta “solución” al tema de Botnia y los puentes cortados. Anunció que lo trasmitiría al Presidente y no pudo encontrarse con él más que cinco segundos en un acto público para que la prensa fotografiara un “abrazo” que tuvo de sinceridad lo mismo que la mayor de las mentiras de Pinocho.
Mujica está muy molesto y es comprensible. Le queda un mes por delante de “veda”. Ésta no estará impuesta por las normas legales, sino por sus propios camaradas. No podrá presentarse a ninguna entrevista si no lo hace con un libreto escrito y censurado. No podrá asistir a un debate sino es bajo la tutela de su adversario derrotado en la interna. Mujica está condenado a no ser Mujica por un mes más …
Dr. Eugenio Baroffio Abadie
Blogalaxia Tags: uruguay, montevideo, vicepresidente, corrupción, fraude, presidente, intendencia, impuestos, IRPF gobierno, seguridad, ley
No hay comentarios:
Publicar un comentario