Publicado por Claudio Cigliutti
Días atrás, salieron publicados en los distintos medios de prensa, artículos referidos al lanzamiento del libro “¡Que tupé!” del autor Diego Fischer. Dicha publicación trata sobre el duelo que mantuvieron a principios del pasado siglo, el fundador del diario “El País”, el blanco Washington Beltrán, y, el por entonces, Presidente de la República, Don José Batlle y Ordóñez, sin duda alguna, la personalidad más destacable en la historia de nuestro país en el siglo XX, hacedor del batllismo como sector dentro del Partido Colorado, y del batllismo como ideología, uno de los dos grandes referentes del Partido, junto a su fundador, Fructuoso Rivera.
Fischer hace una particular y tendenciosa interpretación sobre dicho acontecimiento, aludiendo a que en realidad se trató de un asesinato. Evidentemente no toma en cuenta el hecho de que todo duelo, es en realidad, un asesinato, pero legitimado según las leyes y costumbres de la época. Es muy inconveniente opinar sobre los hechos históricos, sin tener en cuenta el contexto social en el cual suceden.
Este hecho se puede enmarcar dentro de una serie de ataques, que fundamentalmente provienen desde filas blancas, que diferentes personajes ilustres, vinculados al Partido Colorado así como los acontecimientos históricos que lo marcan, han recibido.
Recordemos las lamentables mentiras que se han dicho sobre Fructuoso Rivera, el falso genocidio de los indígenas charrúas, cuando en realidad se trató de un ajusticiamiento (según, otra vez, las leyes y costumbres de la época) de 48 indios contrabandistas y traidores. También durante el pasado período de elecciones, volvieron por enésima vez, a sacar a la luz el tema del supuesto e infundado fraude de las elecciones de 1971.
Lo que los blancos buscan es, en forma más o menos conciente, es perjudicar y en última instancia fagocitarse al Partido Colorado, monopolizando la oposición.
Todos los dirigentes, autoridades, militantes, simpatizantes del Partido Colorado, y cualquier ciudadano que se preocupa por conocer las cosas como realmente fueron, deberían plantarse con firmeza delante de éstos embates. Hacer respetar al Partido es hacernos respetar a nosotros mismos.
http://claudiocigliutti.bl
Links relacionados:
“1971, NO HUBO FRAUDE”
http://claudiocigliutti.blogspot.com/2009/11/1971-no-hubo-fraude.html
“EL PARTIDO COLORADO, SIEMPRE”
http://claudiocigliutti.blogspot.com/2010/01/el-partido-colorado-siempre.html
“Nuevo libro de Diego Fischer
Qué Tupé” (Montevideo COMM)
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12 comentarios:
era solo para recordar que en 1920 José Batlle y Ordoñez no era ya presidente como afirma éste artículo. ¿Es dificil esgrimir una defensa calificada cuando no se manejan datos tan elementales no? SALUDOS
Pobre Rivera.
Ajustició a medio centenar de indígenas y la historia se ensañó con él.
Que injusticia.
toda persona que accedea un duelo corre el riesgo de ser el muerto, y cda. uno de los participantes el derecho de disparar. La antagonía religión- ateísmo no hace santo al creyente ya que es condición de todo cristiano perdonar. Y una buena persona aunque atea también lo hace si sabe que fue un pacto de honor.Un libro inconveninete en estos días. o tal vez quiere volverse a la rivalidad que supuestamente se terminó con este duelo.La revisión últimamente se ha vuelto el tema del día. Cuidado no se lleve muy lejos. Treinta años ya no alcanzan? Los hombres tienen todos virtudes y defectos. Batlle aportó muchas leyes que a todos benefician, algunos con excesivo ardor.Como cristiana y colorada ruego por la cordura. Aquí cabemos todos los partidos y las ideologías, que no nos gane la anarquía.¡Viva el Uruguay libre con ayer, presente y mañana!
Hola Oriental
la verdad que yo creo que la anarquía ya está presente en muchos aspectos del país lamentablemente, y por otro lado está presente una dictadura democrática por llamarla de alguna manera, un partido con poderes ilimitados, hasta con la justicia a su favor.
En cuanto al libro, uno no puede juzgar hoy lo que pasaba otrora, había otra moral, había otro sentido del honor que hoy no existe, así eran los duelos, yo aún recuerdo algunos, que fueron bastante fuertes, y era lo que se usaba, te ofendían en tu honor, retabas a duelo sabiendo que de ahí uno de los dos, salía en camilla.
Juzgar hoy con los pocos valores morales que hay en toda la sociedad me parece una burrada....
ojalá que este país no termine de perder el rumbo!
Ciudadana
Completamente de acuerdo con tu juicio.Me extraña el título del libro y además este afán denigratorio.¿Cuándo sabremos actuar con cordura
Oriental
Hola Oriental,
mirá creo que la cordura está junto a la cultura, y el don de gentes que hemos perdido.... se ve que pasó el pampero y se lo llevó!!
Lei todo el libro Que Tupe, me encantó, felicito a Diego Fischer por habernos regalado este trabajo, basado en una buena investigacion y estudio riguroso de lo que en esos años sucedia y como se dio particularmente este duelo.Las interpretaciones corren por cuenta de cada uno, son subjetivas, pero lo que nadie podra dejar de tener en cuenta y sopesar es la documentacion de la época citada en el libro, asi como cartas, y articulos escritos.
Hola Anónimo
yo no leí el libro aún, tengo tantos para leer.... y no me da el tiempo, pero he leído comentarios al respecto.
Siempre que un libro basa sus dichos en investiaciones reales y adjunta todos los documentos, no sólo algunos como suele suceder, entonces es de respetar.
Claramente, hablamos de una época lejana donde la interpretación, absolutamente subjetiva como bien decís, corre por cuenta de quien lee, y si no viviste en esa época es difícil de comprender lo que es el honor, la palabra dada, la ofensa y demás, todos estos valores quedaron en el tiempo.... por eso puede ser un libro polémico.
LA HISTORIA, ESTA PLAGADA DE CHANCHUFIOS Y TRAICIONES DE LOS COLORADOS, ES CUESTION DE EMPEZAR A DESTAPAR UN POCO Y NI TE DIGO.
Hola Ornella
para juzgar la historia hay que tener cultura, hay que ponerse en el momento en que las cosas se dieron como se dieron.
Y si puede pasar, al igual que hoy con la historia del FA que dentro de unos años, también tendrá sus relatos.... sus chanchullos, sus tapadas, etc. etc.
No hay dudas de que fue un asesinato. De qué otra manera se podría calificar un duelo entre una persona acostumbrada a las armas y avezada en duelos, y otra que no sabía ni dónde estaba el gatillo?
Hola Anónimo
El duelo en otra época era toda una institución, y se utilizaba muchas veces para limpiar el nombre o para zanjar diferencias irreconciliables.
La gente común no se batía a duelo, lo hacían las personas de poder, públicas, o aristócratas en Europa.
Una persona podía no aceptar el desafio, aceptarlo significaba saber que uno de los dos podía morir o resultar herido.
Entonces, creo que decir que fue un asesinato, no me parece, y no importa de quién estemos hablando.
Ambos participantes, los padrinos y demás sabían los riesgos que corrían.
El último duelo que recuerdo fue de Jorge Batlle pero no me acuerdo con quién, fue con espadas. Después de ese, fue que prohibieron este tipo de práctica.
Una lástima...
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