jueves, 19 de mayo de 2011

Presentación del Partido Colorado en la sesión de hoy

Fitzgerald Cantero Piali fue el diputado colorado que presentó el tema de hoy.

Acá está su intervención completa

Palabras del Diputado Cantero en la sesión de hoy
El Partido Colorado no levanta la mano para enmendarlo la plana al Pueblo

Extraído de Vamos Uruguay

Señor Presidente

En nuestro Informe que tienen todos los representantes en sus bancas, fundamentamos jurídicamente nuestra posición contraria a la aprobación de este proyecto.
También tenemos fundamentos políticos muy fuertes para rechazar esta propuesta.

Ratificamos en su totalidad los conceptos vertidos el pasado 20 de octubre.
En esta oportunidad hay elementos nuevos que, a pesar de las modificaciones que introdujo el Senado, se han agregado más inconstitucionalidades. Persisten las de fondo, pero se agregó un elemento que puede dar lugar a pedidos, además, de solicitudes de inconstitucionalidad de forma, por las observaciones al voto del senador Oscar López Goldaracena, con relación al artículo 97 del reglamento del Senado, que se hicieron valer oportunamente en esa Cámara, por su relación directa con la aprobación de este proyecto.

Tan vinculado está el doctor López Goldaracena a la aprobación de esta propuesta, que viene de amenazar con su renuncia a la militancia política, si este proyecto no se aprueba tal como está.

También se suma como novedad respecto a la votación anterior, la sentencia de la Corte Interamericana de Justicia condenando a nuestro país.

En tal sentido, estamos convencidos, y así lo señalaron varios de los especialistas consultados por la Comisión, que este proyecto no da cumplimiento al fallo internacional que recayó sobre Uruguay.

Las consecuencias, de aprobarse esta iniciativa, en realidad conspiran contra cualquier tipo de investigación, ya que quienes se sientan afectados por estas nuevas disposiciones, interpondrán los recursos de inconstitucionalidad correspondientes, los que nuestra academia, de manera unánime, sostiene como legítimos.
Es decir que, este proyecto obraría el efecto contrario del que se pretende.

El fallo de la Corte Interamericana, tampoco señala que deba recorrerse este camino, sino que la ley de Caducidad no sea un “obstáculo” para la investigación del caso concreto. El artículo 4° de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, N° 15.848, habilita a esas investigaciones.

Al punto que hoy se encuentran procesados civiles, militares y policías, por aplicación de dicha norma.

Como novedoso, respecto a la instancia anterior, recibimos una contundente opinión del doctor Juan Andrés Ramírez, sobre las violaciones a los artículos 4º, 72, 82 y 331 de la Constitución de la República, si se aprueba el artículo 1º de este proyecto.

También nos advirtió este jurista, sobre la pérdida de soberanía que representa la aprobación de este artículo: “hasta la propia Suprema Corte de Justicia en casación, ya no en inconstitucionalidad, está acotada, encerrada y dirigida preceptivamente por la ley (se refiere a este proyecto) que le dice: "ustedes tienen que interpretar el artículo 72 no de acuerdo al pensamiento propio y la elaboración doctrinaria y moral que se pueda hacer, sino en función del pensamiento de otros: foros internacionales que nos puedan dictar determinadas reglas a propósito de cuáles son los valores fundamentales. Entonces, a nuestro juicio, implica una renuncia a la soberanía en el sentido moral y cultural, lo cual es más grave aún”.

En esta línea de razonamiento, nos preguntamos ¿quién califica o declara que una norma está dentro del "jus cogens"? ¿Cuál es el oráculo que permitirá, con su declaración, dejar de aplicar la norma nacional bajo pretexto de que una disposición está incorporada en esta norma general, abstracta y, con frecuencia, no escrita?

Tenemos, desde nuestro nacimiento como Estado independiente, un sistema de Constitución rígida y escrita y siempre entendimos que esto era una garantía, de los deberes y precisamente de los derechos.

Ahora, de pronto, nos deslizamos a un sistema que parece inclinarse por lo consuetudinario, en una costumbre que comprende culturas diferentes, de otros Estados y por algo peor que la flexibilidad. Bastará con que alguien entienda que el “jus cogens” ha evolucionado en cierto sentido, para entender derogada la propia Constitución: un verdadero tembladeral.

Advertimos una clara intencionalidad política del Poder Ejecutivo en este tema, que ya había quedado de manifiesto por declaraciones del señor vicecanciller, Roberto Conde, en octubre pasado, y que fueron ratificadas por el señor canciller, Luis Almagro, en esta oportunidad. Este último, demostrando su notoria parcialidad en el asunto, entiende que la Ley de Caducidad, es una amnistía que viola los convenios internacionales a los que ha adherido la República, pero no lo hace, a su entender, la Ley de Amnistía N° 15.737 de fecha 8 de marzo de 1985. Esa rara interpretación, el señor Canciller Almagro la sustenta, en que no ha habido denuncias de particulares contra esa ley, ni tampoco ningún organismo internacional la ha denunciado. Extremo que no impide que el señor Canciller proponga una derogación de la misma, para adecuar la normativa interna a la normativa internacional, según es su vocación política.

En estos siete meses han sido muchos los actores del gobierno, del partido de gobierno y del brazo sindical del partido de gobierno, que han opinado y se han movilizado sobre este punto, que bien vale un capítulo aparte para cada uno. Algunos hablaron a favor, otros en contra, y otros a favor y en contra.

Ha hablado el PIT-CNT institucionalmente y varios de sus dirigentes. Hoy mismo paralizaron las actividades para venir al parlamento y han hecho pronunciamientos políticos concretos a favor de no respetar los dos pronunciamientos ciudadanos.

Lo ha hecho el ex presidente Tabaré Vázquez, el vicepresidente Danilo Astori, la senadora y esposa del presidente, Lucía Topolansky, la hermana de la esposa del presidente, María Elia Topolansky, quien en una entrevista que se publicó el domingo en el diario argentino Perfil señaló: “En el fondo, el Pepe quiere anular la Ley de Caducidad, pero pone en la balanza cosas que para otros compañeros no son importantes”.

Y también habló, el propio presidente José Mujica.

Danilo Astori, por ejemplo, el 19 de noviembre de 2009, 9 días antes de ser electo como vicepresidente, dijo en el programa Código País, de canal 12: “vamos a decir lo siguiente: el resultado que obviamente hay que acatar, porque es el juicio del soberano, no significa que el pueblo uruguayo esté a favor de la impunidad, ¿verdad?, no significa eso, no se puede extraer esa conclusión. Entonces, ¿tema cerrado? Yo no diría tema cerrado, por ejemplo, Pepe siempre dice y yo estoy de acuerdo que todavía hay paño para seguir actuando con la ley de caducidad y aplicándola bien como lo hizo el Presidente Vázquez, ¿verdad?, se puede seguir avanzando…”
Más adelante el periodista pregunta: “la ley, ¿se va a seguir aplicando?”. A lo que Mujica responde: “Ah, sí, sí”. Y Astori agrega: “Por supuesto, ni qué hablar y repito, disculpen la insistencia, hay campo para seguir avanzando con la ley. Entonces, se tiene que, digamos, admitir esa alternativa y se tienen que escuchar otras que se puedan plantear. O sea, nosotros tenemos que decir: ‘acatamiento del juicio del soberano’, no deducimos de esto que el pueblo uruguayo esté a favor de la impunidad. Tampoco podemos inhibir a los compatriotas que deseen plantear opciones, alternativas, a que lo hagan”.

El 12 de abril de este año, el mismo señor Astori levantó su mano y aprobó no acatar el juicio del soberano.

Días después, acompañó al presidente de la República a reunirse con la bancada oficialista, a pedirles que no voten este proyecto, es más, dijo haberse comunicado con el ex presidente Vázquez, quien apoyaba la solicitud del uno y del dos del actual gobierno.

A propósito de Tabaré Vázquez, en marzo, en la reapertura de un Comité de base, dijo que este proyecto debían votarlo los diputados. Días después -como recién señalaba- el vicepresidente Astori y el presidente Mujica vinieron con la anuencia de Vázquez -a quien de un tiempo a esta parte lo vemos co-gobernar- a decirle a los diputados que está en riesgo el próximo triunfo electoral.

Luego, desde la tierra de Lenin y Stalin, Vázquez señaló que la Ley de Caducidad “nunca debió existir” y que “ningún gobierno debió someter su derogación a consideración de la ciudadanía”.

Evidentemente se olvidó que él integró la Comisión Pro Referéndum y que no fue aquel gobierno quien promovió el recurso. Sino lo que hizo el gobierno de la época fue respetar la Constitución y no impedir la interposición de ese recurso.

Parece haberse olvidado también, que en 2009, cuando se plebiscitó, era él el presidente de la República.

Parece haber olvidado, además, que durante su gestión, fue objeto de duras críticas desde la propia izquierda, por negarse a respaldar ese plebiscito. También olvidó que, el por entonces canciller y su mano derecha, Gonzalo Fernández, estaba en contra de modificar la Ley de Caducidad. En este repentino ataque de amnesia, Vázquez también olvidó que por no haber firmado para habilitar el plebiscito, fue blanco de pintadas y cantos alusivos.

También señaló, por estos días: "No olvidemos las condiciones en que se realizó el plebiscito en 1989. Había mucho temor”.
Eso es no es así. Tanto no es así, que en el año 1980 cuando se plebiscitó la reforma constitucional de los militares, estando a pleno la dictadura, con muy pocos medios de publicidad y escasas posibilidades de movilización masiva, el pueblo tuvo el coraje suficiente para decirle a los militares que esa reforma no se quería. Hecho que recordamos con mucha emoción, todos los partidos políticos, en noviembre del año pasado, al cumplirse 30 años de aquella lección cívica del pueblo uruguayo. Y los militares tuvieron que respetar ese pronunciamiento y lo hicieron.
¡Y no dictaron un Decreto-Ley para interpretar la voluntad del pueblo, como se pretende hoy por el FA!

¡¡Ni los militares le enmendaron la plana al pueblo!!

Si no existió ese temor en el año 1980, menos temor podía existir casi una década después, cuando ya se vivía en democracia. Y abona este razonamiento que, unos meses después del referéndum, en noviembre de ese mismo año, 1989, la ciudadanía de Montevideo eligió, coincidentemente, a Tabaré Vázquez, por el FA, como Intendente de la capital.

Punto de inflexión

A partir de la introducción de este tema en la agenda nacional, se produce un punto de inflexión, en el gobierno y en el país. Las consecuencias dependerán del desenlace de este tema, pero sea cual sea el resultado, ya se ha hecho un daño muy grande a la institución Presidencia de la República.

Solamente por poner en tela de juicio el mandato ciudadano, ya se le ha hecho una daño muy grande a la decisión popular y a los mecanismos de control y ejercicio directo de la soberanía.

Luego de esto, señor presidente, nos amparamos al beneficio de la duda y nos preguntamos, si de ahora en más, la mayoría a gatas –que el propio Mujica reconoce- va a seguir pretendiendo interpretar futuros resultados electorales.

¿Acaso van a hacer valer esta exigua y transitoria mayoría para interpretar el resultado de las urnas de octubre de 2014?

Caída de mitos

Se cae el mito del FA participativo, lo decíamos en octubre y lo subrayamos hoy, ¿de qué participación puede hablar el FA de ahora en más, si la promovió, la gente votó y luego, como lo que la gente votó no es de su agrado, lo anula?

No se puede jugar con la voluntad de la gente.

En el libro de Nelson Fernández, “Quién es quién en el gobierno de Mujica”, desde la página 389 a la 394 se reproduce una entrevista, que dicho autor, le realizó al General Líber Seregni, publicada el domingo 17 de agosto de 2003 en el suplemento Enfoques, del diario La Nación de Buenos Aires bajo el título “Un símbolo crítico”.

Cuando le consulta Fernández al General Seregni qué opina sobre los movimientos revisionistas en cuanto a estos temas, Seregni afirmó: “esta época es fundamentalmente, más que nunca, para mirar hacia el futuro, no hacia el pasado”.

Al cerrar la entrevista, Fernández le pregunta: “¿Cuando la población ratificó por referéndum la ley de caducidad, quedó terminado el tema?” A lo que Seregni respondió: “nos opusimos a esa ley (de amnistía a militares y policías) porque creímos que era una mala solución. Pero fue la que aprobó el pueblo oriental. Y después que se aprobó, no hay otra posibilidad” decía Líber Seregni, quien en opinión de Nelson Fernández, que no admite dudas, “fue el principal preso político del régimen militar.”

A pesar de esa clara concepción doctrinaria del líder histórico del FA, el ex presidente Vázquez, apoyado en Benedicto XVI, acaba de decir que “las mayorías se equivocan”.

¡¡Así que más de un millón de uruguayos se equivocaron y 49 manos tienen hoy la verdad revelada!!

Hoy, señor presidente, se cae otro mito, el de supuestos elementos batllistas que hay en el Frente Amplio. Defendemos con argumentos sólidos que nada de nuestra ideología hay, en el partido que hoy gobierna, y a partir de hoy, nadie con sano juicio, sin intencionalidad y con dos dedos de frente, podrá sostener esa aberración intelectual.

En el libro Batlle y Ordóñez El reformador, Rodríguez Fabregat, transcribe algunos artículos publicados en 1916 en el diario El Día, por Don José Batlle y Ordóñez, veamos lo que sostenía, a propósito de la razón de las mayorías: “No diremos nosotros que los pueblos no se equivoquen. Pero sí aseguramos que si hay quienes tienen derecho a equivocarse sobre lo que les concierne, son ellos mismos. También afirmamos que las multitudes, cuando pueden expresar su voluntad de una manera adecuada (subrayo de una manera adecuada) se equivocan menos que los individuos. El pensamiento común no se forma sino por el choque de todos los pensamientos y hay en él, por lo tanto, una gran base de reflexión. Voz del pueblo, voz de Dios”.

Desde Don José Batlle y Ordóñez, decimos que el FA, al haber puesto a la consideración pública a este engendro jurídico, está sepultando el importante valor que tienen los mecanismos de democracia directa.

Desde esas mismas páginas de El Día, escribía Don Pepe, respondiéndole a un artículo publicado en La Nación de Buenos Aires que criticaba esos instrumentos: “El articulista argentino se ha colocado fuera de las tendencias modernas de los amantes de la libertad al oponerse al plebiscito, manifestación genuina de la voluntad popular. En una Democracia, el Pueblo dispone”.

“Dice el articulista argentino: “el sistema plebiscitario no es sólo incompatible con el sistema representativo: es su negación misma”. Y bien. El sistema plebiscitario no es la negación del sistema representativo: es la pieza que le falta. Es su complemento. Es la perfección del sistema”.

“¿Que las masas son incapaces para juzgar y adoptar resoluciones acertadas? Renunciemos entonces a la Democracia y a la República fundadas en el gobierno del pueblo. Renunciemos también a esas pseudo asambleas representativas, que encantan al articulista argentino, porque si las masas populares no son capaces de tomar una resolución acertada sobre cuestiones concretas, cuanto menos capaces serán para apreciar convenientemente el saber y la moralidad de los hombres a quienes encarguen de resolver todos los problemas nacionales!”

“No es verdad que el pueblo sea incapaz de gobernarse a sí mismo si se encuentra una forma conveniente de que exprese su voluntad. La opinión pública tan respetada y tan invocada, no es otra cosa que la opinión del pueblo. Y esta opinión es, efectivamente, la del organismo nacional”.

Mujica

Presidente, en la cantidad de cosas que leemos para preparar un informe de este tipo, en lo que estudiamos para venir preparados a la sesión, nos encontramos con muchas cosas, relativas a estos asuntos. Y quiero compartir con el Cuerpo, estas expresiones formuladas por un ex senador de la República, en sesión del 29 de junio del año 2000, sobre la reglamentación de uno de los institutos de democracia directa, en este caso el de referéndum, que me adelanto a decirle, que las comparto: “(…) Soy afecto a este recurso, expresaba el senador, que desde el punto de vista práctico histórico ha funcionado como una válvula de escape, como un organizador de la expresión encauzada de las tensiones de la sociedad. Ello no es poca cosa. Aunque esto nos cause dolores de cabeza (…).

Más adelante señalaba: “le doy a la institución referéndum, con todos los excesos que pueda tener, el carácter de herramienta que contribuye al desarrollo y a la preocupación política de nuestra sociedad, mucho más cuando es agredido en medio de una sociedad de consumo donde cunde el no te metás, el que cada cual haga la suya y donde tenemos que obligar a la gente a que vaya a votar. Creo que es una herramienta indirectamente politizadora porque mete la cuestión nacional arriba de la mesa y hay que discutirla en los boliches. (…) Quisiera que en el horizonte esto fuera una oportunidad a la Suiza. Presencié en Suiza un plebiscito donde se resolvió nada menos que la permanencia de un ejército secreto. Resulta que cuando se destapa el tarro, se resuelve que la gente es la que debe decidir, y la gente decidió que siguiera existiendo. (…) Debido a cómo están las cosas, quiero cerrar esta pequeña exposición con lo siguiente: no nos conviene, como nación, taponear las tensiones; lo que nos corresponde es organizarlas para que se expresen. Si se coarta este camino, ¿cuál es el que nos queda? ¿Cómo expresar esa forma de resistencia? ¿No pagando impuestos o haciendo otras cosas por el estilo? Entonces, quisiera que este mecanismo funcionara, porque nos sirve a todos, hasta a los que estamos acostumbrados a perder.
En política hay que entender algo que es sabio: a veces hay que pelear porque no hay más remedio. Quienes pertenecemos a los espacios políticos no manejamos un “Volkswagen” que se puede doblar, manipular y meter en cualquier parte, sino que nos movemos dentro de cierta realidad en la que no podemos hacer lo que queremos”,

Estas palabras eran pronunciadas por el entonces senador y hoy presidente José Mujica.

Y es él, nuestro primer mandatario quien tendrá la última palabra en este asunto.

Días antes de las elecciones que lo llevaron a la presidencia, el por entonces candidato Mujica, dijo, sobre el resultado del plebiscito, en aquel programa de Código País, al que hacíamos referencia anteriormente: “Del punto de vista estrictamente del cumplimiento ni qué hablar, lo laudó el soberano y chau, esto no se discute, se acata, (…) el Gobierno que viene tiene que acatar estrictamente lo que se laudó. Y le adelanto más, el tener eventualmente una mayoría parlamentaria no legitima de que se le pueda enmendar la plana a una decisión que tomó la gente”. Ahí el periodista le dice: “Claro, uno se puede preguntar por ahí, el Parlamento propone, pero usted eso no lo quiere”… entonces el candidato Mujica lo interrumpe y continúa: “No, a mí no me agarran en eso, yo no le corrijo la plana al pueblo”.

Mensaje del 1° de marzo de 2011

El señor presidente, el 1° de marzo de 2011, en el mensaje que enviara al Poder Legislativo, al cumplirse un año de su mandato. Al referirse a este tema dice: “Dijimos a lo largo de nuestra campaña presidencial, que íbamos a cumplir con el compromiso asumido por nuestra fuerza política en el campo de los derechos humanos. Dijimos que íbamos a continuar con el camino de hacer respetar en todos sus términos la ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, que íbamos a continuar con la aplicación del artículo 4º de la misma con el mismo espíritu que lo hicieron nuestros compañeros en el anterior período de Gobierno, y así hemos actuado. La exclusión de su aplicación en los casos que se han planteado ante el Poder Ejecutivo, y la consecuente habilitación de las investigaciones de los hechos denunciados dan cuenta de nuestro cumplimiento en tal sentido. Hemos repetido asimismo nuestra convicción personal de que ese doloroso capítulo de nuestra historia era de conclusión imposible, que hay heridas de magnitud tal que quizás no cierren nunca, pero también reiteramos en múltiples oportunidades que debemos aprender a convivir con esas heridas, convivencia que no significa aceptación o resignación, simplemente intentar que las mismas no nos impidan avanzar como sociedad. Pero soy, obviamente, Presidente de todos los uruguayos y como tal tengo la obligación ineludible e inviolable, de aceptar lo que toda la sociedad, por intermedio de sus representantes o por sí, decidan al respecto, siempre que ello encuadre en el más estricto respeto por el pacto más sagrado de todos, el que se refleja en nuestra Carta magna. A ella, como a la Justicia, nos debemos todos, de cualquier estamento o clase social o posición. Ella debe ser escrupulosamente respetada, para mantener aquello que está más allá de cualquier dolor, más allá de cualquier convicción o pasión, el acuerdo original y la convicción de poder funcionar como Nación. Violentar esa obligación significa una renuncia imperdonable a esa decisión que se tomó casi dos siglos.”

VETO

Quiero creerle al señor presidente. Por eso espero que actúe en consecuencia, y si esto se aprueba hoy, lo vete, para ser coherente con el tramo de su mensaje del 1° de marzo de 2011, al que acabo de dar lectura.

Él ha dicho que prometió no vetar ninguna ley, y entonces me pregunto:

¿qué tiene más valor, una promesa de no vetar, que no sabemos cuándo la hizo ni a quién se la hizo? ¿o el compromiso por su honor que hizo el 1° de marzo de 2010 ante la Asamblea General, nuestro máximo órgano de representación popular, de respetar y defender la Constitución de la República?

Si el señor José Mujica no veta, estará violando, además, el artículo 158 de la Constitución de la República y con él, el compromiso asumido el día de su investidura.

Durante el primer semestre de 2010, estuve convencido que el presidente de la República, era el del 1° de marzo de ese año, que venía con actitud de reconciliación. Estuve convencido, que hasta determinadas decisiones personales del presidente, estaban amparadas en una línea de acción, que mucho nos hizo recordar lo que hizo Nelson Mandela en Sudáfrica. Pero en la segunda mitad del año pasado y en lo que va de este, el presidente Mujica quedó sujeto a los corporativismos, a los revanchismos, a los elementos radicales que hay en su coalición de partidos, que lo han hecho alejarse del ejemplo de Mandela, de la unidad nacional por él proclamada y lo han acercado al presidente del FA y no el de todos los uruguayos.

En resumen, señor presidente hay elementos jurídicos contundentes, notorios e irrebatibles, sobre la inconstitucionalidad del proyecto a estudio de esta Cámara en la tarde de hoy.

Hay elementos vitales para la salud de nuestra democracia que hoy están siendo vulnerados.

Las fundadas, autorizadas y categóricas opiniones de especialistas en la Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y Administración, en esta oportunidad y en la anterior, sobre la inconstitucionalidad de este proyecto y las razones políticas, emanadas del respeto a la decisión soberana, principio fundamental en el que se cimenta la democracia, hacen que el Partido Colorado vote en contra de este proyecto y aconseje que esta Cámara lo rechace.

¡¡Este partido no levantará la mano para enmendarle la plana al voto de la gente!!

Muchas gracias


Blogalaxia Tags: vicepresidente,

No hay comentarios: