lunes, 28 de marzo de 2011

Contumaces

Impecable Artículo

Extraído del Diario Enfoques

Contumaces

En el desgobierno que ha enfilado con curso de picada institucional al Uruguay en los últimos 18 meses, más o menos cada 72 horas se nos bombardea con un delirio nuevo, al cual la anodina y servil "prensa responsable" uruguaya otorga trato de noticia real.
Luego, el propio oficialismo relativiza y ridiculiza el tema, aun cuando sea algo muy serio, como el inexplicable caso Feldman o aparición de turbinas de caza robadas a la Fuerza Aérea Malaya en la misma zona franca del dueño de la radio M-24 por donde habla el presidente, casos cerrados por el inefable juez Jorge Díaz. Este, luego, desaparece lentamente, para ser suplantado por otro aún más delirante...

Como efecto notorio, este juego perverso diluye u omite destacar la gravedad de ciertas actitudes y afirmaciones, máxime cuando proceden de funcionarios a los que hemos distinguido con altas responsabilidades y a los que jamás se sanciona por sus faltas, por más públicas que sean. Tampoco esta sociedad narcotizada, alcoholizada y adormecida por eslóganes vacíos, parece exigirlo.
Primero fue la tendenciosa fiscal Mirtha Guianze que, al ser objeto de robo, "arregló" con los ladrones para recuperar los efectos hurtados; lo admitió públicamente, y nadie tomó medidas al respecto...
La misma fiscala, semanas atrás, afirmó que misteriosamente alguien le robó de su cama una computadora portátil con documentos referentes a militares procesados. Nadie investigó. Solo quedó la sensación de que eso, tal vez, pueda haber pasado (o no...!!!)

Otra fiscala, Telechea, que había viajado junto con Guianze a Cuba a celebrar y festejar los 50 años de la dictadura, procesa al escritor Álvaro Alfonso por levísimas alusiones a un oscuro edil del Partido Comunista. Pocos se indignaron con el hecho, y por estar potencialmente en manos de jueces y partes...

Ahora, el gobierno inventa un posible video que nadie vio, y la prensa lo secunda abiertamente, sin mayor sentido crítico, hasta que la puesta en escena es insostenible, pese a la actitud destemplada del presidente que dijo que lo vio pero que no iba a hablar "nada". Nuestros cronistas, una vez más, bajaron la cabeza ante los exabruptos..., pero nadie creyó: el primer mandatario no tiene credibilidad alguna; "como te dice una cosa te dice la otra..."
Hoy, esa supuesta filmación nos pone en la picota del hazmerreir universal, por lo que no nos extrañaría que la estuvieran realizando ahora mismo con alumnos de la EMAD o "El Galpón".

En el medio de este circo pueblerino y decadente, por enésima vez, la murga marxista insiste con el ya cansino tema de la derogación, anulación o como quieran que se llame de la Ley de Caducidad, confirmada dos veces por la población, harta ya de tanto manoseo a la nación, al estado de derecho, y preocupada ciertamente por los violentos de hoy...

Esta vez, las presiones sobre el senador Huidobro -recordando Clanider, vínculos con el grupo Bonanata y las corruptelas de Nicolini con la inteligencia marroquí- fueron efectivas, como también con Nin (fiscales insistentes o viejas licitaciones militares mediante), para que estos dieran una vuelta carnero y aceptasen votar contra la citada norma, sin que sean tantos los aparentes escandalizados.

Avanzamos y advertimos que con abierta impunidad una jueza penal, Mariana Mota, olímpicamente y con flagrante improcedencia objeta el consagrado derecho a guardar silencio -aunque en su tienda digan que “innovó”-, y que conste que bien lejos estamos de pretender que el Cnel. Calcagno sea la Madre Teresa...
No le alcanzó a la magistrada, quien se despachó con la sentencia de que el reconocido constitucionalista compatriota, Dr. Gonzalo Aguirre Ramírez, “no sabe nada de derecho…”
Mostró la hilacha y fue más allá todavía. Cruzó la frontera, y se refirió al Dr. Aguirre ex Vicepresidente de la República y al Dr. Jorge Batlle, ex Presidente, como personas que "ya sabemos quiénes son", sin siquiera ser llamada al orden.
Colegimos que la institucionalidad uruguaya, más que en peligro, está a punto de quemar las naves para no se sabe qué futuro.

Ante tanto desorden y despropósito, se conserva aún en la memoria colectiva, también, el sonado episodio de los encapuchados de Perera, aquellos que no existían, pero que, no obstante, fueron, -como la falsa llamada de Vázquez al directorio de Antel, que ni como falsa existió-, el globo sonda acerca del nivel de tolerancia social ante lo que otrora (y no hace mucho) hubiera sido un escándalo de rara resolución.
Perera hoy es un "macanudo" columnista del oficialismo y pocos recuerdan su procesamiento, su consumo de sustancias -algo que se está haciendo común en este desgobierno- ni la burla a la ciudadanía con su inventado secuestro. Su entonces colega de directorio, la Ing. Simon -otro fiel exponente del "Partido Universitario”- sigue campante y pimpante en el Ministerio de Educación y Cultura, pese a las reiteradas acusaciones de gastos y viajes excesivos, con el baldón de haber cerrado a cal y canto el Instituto Universitario de Punta del Este, condenando a cientos de estudiantes a abandonar sus estudios.

Respecto a la Dra. Mota, las cosas aún están bien fresquitas como para que la oposición le pida explicaciones a ella y a la Corte de Justicia por sus dichos y acciones. Se aguarda, aunque muy posiblemente en vano, que el ambiente jurídico uruguayo tome posición frente al irrespeto de la no autoincriminación del inculpado y, más allá de compartir banderías partidarias o no, respalde el currículo técnico del Dr. Aguirre.

Javier Bonilla


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