Opera en el Solis

Bueno, noticia vieja, si estamos de acuerdo, pero me quedó el post sin salir, distracción mía, que vamos a hacerle, los años no vienen solos.

Esta es una carta de un lector, que con ironía, habló sobre su noche de ópera en el Solis.

De "Ecos" del diario El País

Noche en la Ópera Populista

J.C.N. | Montevideo

@| "El sábado fui a ver `Il Trovatore` de Verdi, pero no sé si fui al Solís o a un tablado.

El primer indicio de lo que me esperaría vino del acomodador de autos, que me advirtió que no me apurara porque `la cosa está demorada. Hay lío con los muchachos...`.

Ya en el foyer nos encontramos con varios amigos. Más tranquilos y distendidos al ver que entrábamos sin demoras, nos ubicamos en la platea y empezamos a `junar comme il faut` quién estaba alrededor. Barrán el revisor de nuestra historia a estribor (¡raro que se pusiera a la derecha!), el embajador de USA a proa, su par de Colombia a popa, el Rector de ORT a babor. Cuatro butacas a babor y una fila a popa la Ministra de Salud. Más atrás estaba `el Z` con su mujer.

Pasaron unos minutos y la cosa no arrancaba. Traté infructuosamente de leer el programa (que tiene una letra chiquita que ni con lupa) pero fue frustrante, así que empecé a charlar con el señor de al lado, un austríaco macanudo. Se ve que todos estaban tan podridos como yo, porque empezaron a aplaudir onda `pónganse las pilas y arranquen`, pero nada.

De pronto escucho de atrás a la Ministra decir medio fuerte: `¡Qué barbaridad esta demora!.` `Nada de extrañar con el gobierno que tenemos...` respondió una señora de la misma fila. A la hora y cuarto se escuchó al director del teatro (que no se animó a dar la cara) decir en un lamentable intento tranquilizador, que `faltaban DOS músicos para dos instrumentos fundamentales, pero que ya habían ido a buscar...UNO`.

Pensé: 1) Espero que no viva lejos.

2) Espero que este loco pueda tocar los dos instrumentos.

3) Ojalá que no sea uno de viento y el otro de cuerdas porque va a tener que ir de una punta a otra del foso.

Pasó otro rato y nada (el músico debía vivir lejos). A esta altura con mi vecino de asiento éramos como chanchos. Hablamos de fútbol, de política y hasta encontramos amigos en común.

De repente se escuchó otra voz. Esta vez era uno de los muchachos de Adeom que empezó a leer una proclama contra el gobierno. El pitucaje se bancó el primer párrafo, pero cuando empezó el segundo se armó relajo. Chiflidos, gritos de `sinvergüenzas`, `caraduras` y otros epítetos lograron opacar los parlantes y se calló.

Me di vuelta para observar a la Ministra. Al fin y al cabo era la autoridad. Cruzamos miradas. Estaba bastante desacomodada.

`Quien siembra vientos cosecha tempestades...`, se le escuchó decir a la misma señora de la fila de la ministra cuando ya todo estaba en silencio.

De pronto aparece desde el foso un plumerín blanco. Era García (Vigil) que quería asomarse para dirigirse al público. No sé si se trepó (para mí que le hicieron piecito) o qué, pero al final logró sacar su fisonomía y alteradísimo expresó: `Tengo una orquesta incompleta y fulano (no logré escuchar por los chiflidos) tiene laringitis.`

Gritos, chiflidos (faltaron unos tiros al aire y la gallina inflable de Nacional)

`... y así y todo gracias a ellos (señalaba para abajo se ve que a lo que le quedaba de la orquesta) vamos a hacer la función` y se mandó para abajo (o se cayó, porque hubo ruidos extraños).

Otro mensaje tranquilizador: No sólo habíamos perdido una hora y media sino que ahora nos anunciaban que habíamos pagado por una ópera que sería ejecutada por un director histérico, una orquesta renga y un tenor con laringitis. Muy tranquilizador realmente. Se me ocurrió gritarles `¡Carneros!` para dar un poco de manija, pero lo reconsideré debido a que estaba en el medio de la platea e iba a ser difícil rajar rápido.

Finalmente arrancamos y la cosa fue más o menos bien. Al empezar el tercer acto un señor desde un palco gritó: `¡Bajá el cartel!`. Sucede que uno de los músicos de la orquesta renga levantaba un cartel (invisible desde la platea) con su proclama.

Los entreactos fueron eternos. García hacía gestos desesperados para que arreglaran algo. Para mí que era el loco que tocaba los dos instrumentos a la vez y que a esa altura el pobre no tenía idea de qué lado iba y corría de una punta a otra por el foso.

Por fin, se envenenó una (soprano italiana muy buena), le cortaron la cabeza al otro (se ve que por la laringitis), se vengó la gitana-bruja (mezzo búlgara, lo mejor de la noche -cantando-). Telón y me fui a comer a la una de la mañana.

Avísenle a Tabaré y al intendente: esto de Ópera Populista no funciona. Por lo menos que vendan pop o choripan.

¿Nos vemos en Butterfly? Lo dudo."

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