sábado, 6 de septiembre de 2008

Culto al secretismo

Este artículo del Observador me pareció sumamente interesante, más allá de que en lo personal no sabía que podía ejercer este derecho.

"Los periodistas saben bien cómo se ocultan en este país datos e informaciones que son públicos y que refieren tanto a temas de fondo como banales. Por eso dos periodistas escribieron un libro que pinta la cultura del secretismo, del cual se reproduce un tramo.

Es que uno quiere saber de qué se trata y entonces pregunta, por ejemplo, sobre el tema de la pobreza.

Dada la importancia del Plan de Emergencia en aplicación desde 2005; dado que se juzgó necesario crear nada menos que un ministerio para la gestión de un plan de lucha contra la pobreza y la resocialización de lo que a esta altura sería la cuarta generación de uruguayos viviendo de la recolección de residuos y desechos; dado que esta bandera reivindicativa –sensible, por cierto, aparentemente de toda justicia– ocupó un lugar central en la campaña electoral y tuvo un peso determinante en el triunfo del Frente Amplio; y dado que a uno le interesa la marcha de la cosa pública, quiere saber cómo se controla la eficacia de la inversión; cómo se está logrando finalmente la transformación de esa realidad tan penosa que se supo describir.

Entonces, se le envía una carta a la ministra Marina Arismendi: “Por la presente solicito se me informe la tasa de asistencia a los cursos de capacitación laboral que brinda su cartera a los beneficiarios del Plan de Emergencia”.

No es que se pida un “ábranse los libros” ni un examen exhaustivo de los objetivos, plan de trabajo, desarrollo de su ejecución y balance de la gestión del Ministerio de Desarrollo Social, Mides. Podría uno preguntarse eso y preguntarlo; pero no. Se pregunta con cautela sobre lo que podría dar la pauta de posibles avances de la política del Mides.

El 16 de julio de 2007 se entrega la carta en Mesa de Entrada de esa cartera y se espera un mes y medio. La respuesta no se produce.

El paso siguiente, si se quisiera insistir en la pregunta, sería presentar un recurso de amparo ante la Justicia reclamando esa respuesta, pues toda persona que quiera saber de la cosa pública, en tanto no exista una razón de reserva debidamente fundada, tiene derecho a preguntar y a que se le responda. Así lo establece la Constitución y una serie de convenciones internacionales a las que adhirió Uruguay y que tienen fuerza de ley en el país (ver Capítulo II).

Pero eso no es suficiente. Incluso, cuando el derecho a saber lo tenga no sólo quien puede argumentar “un interés fundado”, según el argumento clásico para limitar el derecho a la información, sino todas las personas. No necesitan ser periodistas, cientistas políticos o sociales, estudiantes o siquiera contribuyentes. Tampoco ciudadanos y ni siquiera habitantes de la tierra oriental. Basta con querer saber. Pero es un principio establecido: derecho que no se ejerce, no existe.

La ausencia de respuesta del Mides, que puede tener múltiples excusas pero ninguna razón, niega el derecho a saber.

Para este trabajo, se hicieron preguntas pertinentes a los tres poderes del Estado: a buena parte de los ministerios, a algunos organismos descentralizados, a la Suprema Corte de Justicia, a la Cámara de Diputados, a las 19 intendencias. Si se pretende investigar el tema del acceso a la información en el Uruguay, un buen punto de partida para determinar si el derecho existe es el ensayo.

De acuerdo a esta investigación, la respuesta es que, en la práctica de la gestión de gobierno, ese derecho no existe, aunque hay excepciones. Y eso que al menos parte de las preguntas eran interesantes.

Una guerra en silencio

El 20 de julio de 2007, se les preguntó a cada uno de los 19 intendentes municipales: “Solicito a usted me informe acerca de los criterios técnicos y, si los hubiere, políticos para establecer el monto de la patente de rodados y su variación según modelo y año de los vehículos. Asimismo, quisiera saber cuántos vehículos de todo tipo hay empadronados hoy en su departamento”.

Si hay una “guerra de las patentes” en marcha desde hace al menos 20 años, éstos son los datos básicos para poder evaluar las posiciones y también las conveniencias personales. Eso de tener gobiernos que establecen impuestos al tanteo no es muy serio.

La ausencia total de respuesta lleva naturalmente a la especulación y ésta lleva rápidamente a la conclusión del acto arbitrario con afán recaudador. Pero no es con especulaciones que se deben evaluar conductas políticas y lo que constituiría, en definitiva, la apropiación del Estado por parte del gobierno de turno.

A falta de información, el lector tendrá o no opinión sobre si esto efectivamente se produce, pero que pueda suponerse que eso ocurra, marca sin duda un deterioro efectivo de las instituciones estatales.

En la misma fecha se le preguntó al ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi: “Por la presente solicito se me informe acerca de los mecanismos de control para la impresión y expedición de boletos del transporte de pasajeros bajo su jurisdicción, así como los lugares en donde se imprimen”.

El número de boletos expedidos está relacionado con subsidios estatales e, indirectamente, con gran cantidad de indicadores de otras actividades, y la circulación de la población es, o debería ser, un elemento determinante para el establecimiento de políticas sociales, inversiones viales y un largo etcétera. Pero quedó sin saberse dónde se imprimen los boletos, quién y cómo controla esto y su expedición.

Es sensato suponer que una empresa de ómnibus tenga mecanismos para evitar que un guarda venda boletos no registrados por la compañía y que quien controla a las compañías tenga un sistema equivalente para comprobar que todos sean honestos.

No es sensato que esta información no se conozca y que cuando se pregunte, no se conteste. Pero también, cabe reconocer, es rarísimo que algo así se pregunte en este país.

No hay costumbre de que la gente le pregunte por su cuenta al Estado sobre la marcha de la cosa pública, sobre los fundamentos de diagnósticos y políticas."



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6 comentarios:

francisca dijo...

Es absolutamente cierto.A tal punto,que en DOS(2)juzgados al negarseme la vista de un expediente(siendo parte interesada!!)tuve que imprimir el Decreto 500 que regula el funcionamiento administrativo Y CON EL EN LA MANO EXIGIR MI DERECHO.Y ni asi dan pelota.Hay que terminar en un despacho juridico iniciando demandas que no se pueden costear,y como saben que el ciudadano comun y corriente no tiene el tiempo y/o el dinero...

La Ciudadana dijo...

Pero eso es increíble,ni tus propios papeles?

Yo sabía que andábamos mal, peno no tanto.

Quizás tienen razón los escritores de este libro que dicen que derecho que no se usa, se pierde.

A mi me desasnó en muchas cosas que desconocía, esas pocas líneas que transcribieron, fueron muy ilustrativas.

Anónimo dijo...

Este es el tema de mi tesis, gracias por el Articulo. Con respecto a tu tema Francisca (perdona que me meta) el decreto 500 solo aplica a la administracion central,(no al Poder Judicial). Lo que tu planteas es uno de los problemas que la nueva ley de acceso a la informacion puede llegar a tener (esta por salir) y es tu tiempo y dinero. Aunque fueras a un defensor de oficio (lo que honestamente espero que hagas) igual eso no implica que tengas el tiempo para hacerlo. Ahora, dicho esto si sos parte interesada, y en el expediente hay algo asi como una "reserva" puede ser por varias razones y el magistrado tiene derecho a hacerlo. O sea, aun siendo parte interesada, te pueden reservar un expediente (lease por reservar, no dejartelo ver). Distinto es que no te lo dejen ver, porque no venis con un abogado, en cuyo caso. En cuyo caso, podes verlo generalmente, pero a veces, te querran notificar de una resolucion (esto no es demasiado bueno, porque corren plazos, y tenes que ir a buscar un abogado rapido). Bueno, espero haya sido de utilidad.

Ciudadana, exija su derecho, el que no se usa se pierde. Nunca mejor dicho.

La Ciudadana dijo...

Idealmente, es fantástico, y hasta tiene algo de romance.... pero que querés que te diga...
Enfrentados al aparataje estatal, sin importar cual, sean admnistraciones, poderes del estado e inda mais, te sacan las ganas porque siempre perdés vos, tiempo, plata y todavía te volvés re caliente para tu casa por una gestión infructuosa....

Anónimo dijo...

Si, es romantico..pero bueno solo un cambio de cabeza trae consigo la rendicion de cuentas, como tu bien dices independientemente de quien sea el que esta en el poder.
Obviamente no solo tu, pero muchos ciudadanos mas pueden unirse a la causa, y cuantas mas voces hayan, el cambio sera inevitable.(o al menos, eso quiero creer yo)

La Ciudadana dijo...

ojalá, voy a ver si me compro el libro, porque me sonó interesante...