sábado, 19 de junio de 2010

En qué país me crié?

Hoy la verdad, después de mucho tiempo, me enojé mal con mis hijas.

Claro, ellas no tienen la culpa, uno trata de contrarestar desde el hogar, pero no alcanza, la incultura gana.

Hoy tocaba Jurar fidelidad a la Bandera, algo que no vi en los medios, ni siquiera como recordatorio del natalicio de Artigas y una mínima mención al tema.

Qué acto lindo! Al menos es mi recuerdo, con la solemnidad que lo tomábamos en la época en la cual estudiaba y que no era época de dictadura.

"¿Juráis honrar vuestra Patria, con la práctica constante de una vida digna, consagrada al ejercicio del bien para vosotros y vuestros semejantes; defender con sacrificio de vuestra vida si fuere preciso, la Constitución y las leyes de la República, el honor y la integridad de la Nación y sus instituciones democráticas, todo lo cual simboliza esta Bandera?" A lo que respondíamos con real sentimiento "Si, juro!"

Cuando la prometimos en primero de escuela, mirábamos a los "grandes" de primero de liceo, ellos jurban porque eran gandes, nosotros no, pero era igual todo un compromiso y un honor. Y luego de que los grandes juraban, tocaba a los pequeños, prometer.

Y ahí comenzaba la promesa: ""¿Prometéis respetar y honrar esta bandera que representa la dignidad, la soberanía y la gloriosa historia de nuestra Patria, la República Oriental del Uruguay?". Y nosotros, orgullosos respondíamos "Si, prometo!"

Luego, cuando nos tocó ser los "grandes" y mirar a los chiquitos de escuela promerter, nos daba gracia y hasta un poco de ternura porque probablemente no entendían muy bien de qué se trataba el asunto, pero el respeto siempre estaba presente, el querer estar y el querer participar del acto, también, era algo muy importante!

Ahora, gracias al invento del Sr. Vázquez, que tapó con su idea del nunca más, esta fecha, tan sagrada para muchos, la Jura pasa a último plano, el verdadero sentido de este día también.

Y bueno, después no nos preguntemos porqué nuestros jóvenes emigran, porqué tienen tan poco interés en la política y en los asuntos del país, porqué no les interesa si viven acá o allá.

Año a año, los diferentes referentes educativos se han dedicado a quitarle importancia a aquello que nos une a nuestra tierra y a nuestras tradiciones.

Estar dispuesto a morir por mi país, no existe!

Jurar fidelidad a la Constitución, a la Bandera, y a todo lo que ésta simboliza, menos!

Y a pesar de que toda la vida, mis hijas me han visto ponerme de pie ante la ejecución del himno y cantarlo como corresponde, sintiendo cada estrofa como vibra dentro de mi, ellas jamás lo hacen, y aunque las obligue a ponerse de pie, lo hacen de mala gana, como no entendiendo la importancia y el peso de esas estrofas, el mensaje que nos cuentan.

Después, tampoco nos preguntemos el porqué de la violencia en todas las áreas de la vida del país, no sólo de los chorros o los barras bravas del futbol.

Esto, aunque no lo parezca, simboliza respeto, respeto por mis semejantes, respeto por las leyes, respeto por la vida, la Constitución, y si ya, desde pequeños, los niños no tienen el sentido del respeto, poco podemos esperar de ellos en su adolescencia o su adultez.

Pasan las cosas que pasan por la falta de respeto, la intolerancia, el no me importa, así se ha deteriorado la función del Estado que atiende al contribuyente cada vez peor, así también se ha deteriorado el respeto por la función que cada uno presta a la sociedad, sin importar donde o en qué trabaje.

Una verdadera pena.... no sólo por nosotros sino por el país. Por algo nuestros jóvenes no saben en cada fecha patria, qué es lo que se recuerda.

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