Extraído de El País.
Para sus votantes, quizás sea tan resistido como para los propios partidos políticos que conforman el Frente Amplio.
Mujica, como muchos, creyó que sus promesas, tiradas al viento para recaudar votos, luego tendrían sostén y apoyo incondicional si era gobierno, pero, resulta que sus ideas son resistidas, criticadas e ignoradas lindamente hasta por el propio MPP. Nada nuevo bajo el sol, quizás si, el asombro de tan furibundo apoyo previo a las elecciones, y tan críticos ahora, cuando quiere poner en práctica sus ideas. Es que no las conocían?
Para sus votantes, quizás sea tan resistido como para los propios partidos políticos que conforman el Frente Amplio.
Mujica, como muchos, creyó que sus promesas, tiradas al viento para recaudar votos, luego tendrían sostén y apoyo incondicional si era gobierno, pero, resulta que sus ideas son resistidas, criticadas e ignoradas lindamente hasta por el propio MPP. Nada nuevo bajo el sol, quizás si, el asombro de tan furibundo apoyo previo a las elecciones, y tan críticos ahora, cuando quiere poner en práctica sus ideas. Es que no las conocían?
Se veía venir
En editoriales del 20 y 26 de marzo ("Tendrá problemas" y " Apoyo y desgaste") tuvimos el triste privilegio de agorar que al menos en lo inmediato, el presidente Mujica encontraría en el Frente Amplio las resistencias más fuertes a lo que estaba proponiendo o por lo menos pensando en voz alta para proponer, como dijo alguien de su entorno. No descubrimos la pólvora, porque en el momento mismo de asumir, y aun antes, teníamos hechos consumados.
Este Mujica que procede a sabiendas que el país está inserto en el capitalismo, que los mitos y las utopías se terminaron hace tiempo y que debe orientar su gestión de acuerdo con los principios de la economía de mercado -que orientaron también al gobierno de Vázquez- no está bien visto en ese aspecto ni por su propio sector político, ni por los comunistas, ni por los socialistas, ni por los sindicatos.
A este último nivel le están preparando un Primero de Mayo en su contra, y el coordinador del Pit-Cnt, Juan Castillo, no ha vacilado en declarar públicamente que Mujica juega con su carisma en la gente, pero que eso se le va a terminar algún día, y que procurará crear un ámbito de discusión de los temas salariales, en donde habrán acuerdos y discrepancias, pero que no se puede seguir "ladrando al aire". ("Búsqueda" 1554, p.19).
Por seguir hablando del pensamiento en voz alta del Presidente, cuando la comparecencia del Ministro de Economía al Parlamento a pedido del senador Lacalle para informar en dónde estaba realmente parado el país, quedó claro que la idea de utilizar reservas, si se aplicaba, no lo sería para obras de infraestructura, como lo había pensado y anunciado Mujica, sino para mitigar la deuda que -por fin se reconoció- había aumentado sensiblemente en su relación porcentual con el PBI. Con elegancia, las intenciones del Presidente se descartaron.
Otro tema en el cual es notorio que Mujica y el Frente Amplio mayoritario desentonan, atañe a la prevención y represión de los adictos a la pasta base. Es cierto que en este aspecto hay una gran confusión en todos los órdenes de la sociedad, pues mientras algunos piensan que la solución debe encararse por la Junta Nacional de Drogas, las Madres de la Plaza dicen que nadie sabe para qué existe ese organismo. Lo que no puede suceder, es que el Presidente piense que la solución está en internar a los adictos -en dónde nos preguntamos nosotros- y el proyecto de ley acorde con esta intención, cuente únicamente con el apoyo en solitario de un único diputado. Y más aun, que la iniciativa no tenga el respaldo ni siquiera del MPP no deja políticamente bien parado a Mujica. El te- ma es demasiado grave como para darse los lujos del descuido y de la desprolijidad en el manejo de un drama social como el que estamos viviendo. Hay que actuar ya.
Lo mismo pasó con la intención de enviar un proyecto de ley para establecer la prisión domiciliaria de los delincuentes mayores de setenta años, que primero se dijo comprendería a quienes estén procesados o condenados por violación de derechos humanos. Después la Senadora Topolansky admitió la posibilidad de su exclusión pero Mujica insistió en generalizar la propuesta, porque para él "son todos lo mismo". Al fin, Mujica terminó reculando en medio de declaraciones de rechazo categórico de comunistas, socialistas, y hasta del senador Rubio, que se opuso a dar su voto invocando nada menos que razones éticas -lo cual, como se comprende, por sentido contrario significa una reprobación muy pesada a la personalidad del Presidente- y su disposición de renunciar a la banca antes que votar afirmativamente.
Habría más ejemplos para agregar, pero resulta claro que en un mes y monedas hay síntomas que la salud de este segundo gobierno de izquierda no es la deseable. Mujica lo siente y reclamó apoyo.
También se publicitó que Tabaré Vázquez le tomó el gusto al poder y estaría con ganas de repetir su presidencia.
Pero Mujica no es Vázquez.
El País Digital
Este Mujica que procede a sabiendas que el país está inserto en el capitalismo, que los mitos y las utopías se terminaron hace tiempo y que debe orientar su gestión de acuerdo con los principios de la economía de mercado -que orientaron también al gobierno de Vázquez- no está bien visto en ese aspecto ni por su propio sector político, ni por los comunistas, ni por los socialistas, ni por los sindicatos.
A este último nivel le están preparando un Primero de Mayo en su contra, y el coordinador del Pit-Cnt, Juan Castillo, no ha vacilado en declarar públicamente que Mujica juega con su carisma en la gente, pero que eso se le va a terminar algún día, y que procurará crear un ámbito de discusión de los temas salariales, en donde habrán acuerdos y discrepancias, pero que no se puede seguir "ladrando al aire". ("Búsqueda" 1554, p.19).
Por seguir hablando del pensamiento en voz alta del Presidente, cuando la comparecencia del Ministro de Economía al Parlamento a pedido del senador Lacalle para informar en dónde estaba realmente parado el país, quedó claro que la idea de utilizar reservas, si se aplicaba, no lo sería para obras de infraestructura, como lo había pensado y anunciado Mujica, sino para mitigar la deuda que -por fin se reconoció- había aumentado sensiblemente en su relación porcentual con el PBI. Con elegancia, las intenciones del Presidente se descartaron.
Otro tema en el cual es notorio que Mujica y el Frente Amplio mayoritario desentonan, atañe a la prevención y represión de los adictos a la pasta base. Es cierto que en este aspecto hay una gran confusión en todos los órdenes de la sociedad, pues mientras algunos piensan que la solución debe encararse por la Junta Nacional de Drogas, las Madres de la Plaza dicen que nadie sabe para qué existe ese organismo. Lo que no puede suceder, es que el Presidente piense que la solución está en internar a los adictos -en dónde nos preguntamos nosotros- y el proyecto de ley acorde con esta intención, cuente únicamente con el apoyo en solitario de un único diputado. Y más aun, que la iniciativa no tenga el respaldo ni siquiera del MPP no deja políticamente bien parado a Mujica. El te- ma es demasiado grave como para darse los lujos del descuido y de la desprolijidad en el manejo de un drama social como el que estamos viviendo. Hay que actuar ya.
Lo mismo pasó con la intención de enviar un proyecto de ley para establecer la prisión domiciliaria de los delincuentes mayores de setenta años, que primero se dijo comprendería a quienes estén procesados o condenados por violación de derechos humanos. Después la Senadora Topolansky admitió la posibilidad de su exclusión pero Mujica insistió en generalizar la propuesta, porque para él "son todos lo mismo". Al fin, Mujica terminó reculando en medio de declaraciones de rechazo categórico de comunistas, socialistas, y hasta del senador Rubio, que se opuso a dar su voto invocando nada menos que razones éticas -lo cual, como se comprende, por sentido contrario significa una reprobación muy pesada a la personalidad del Presidente- y su disposición de renunciar a la banca antes que votar afirmativamente.
Habría más ejemplos para agregar, pero resulta claro que en un mes y monedas hay síntomas que la salud de este segundo gobierno de izquierda no es la deseable. Mujica lo siente y reclamó apoyo.
También se publicitó que Tabaré Vázquez le tomó el gusto al poder y estaría con ganas de repetir su presidencia.
Pero Mujica no es Vázquez.
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