Multa fraudulenta y mal trato 2

Cuando a uno le pasa lo que me pasó a mi, forzosamente sale de la posición cómoda de dejar que las cosas sigan pasando para intentar que, lo que es correcto, tenga el peso que debe.

El mismo día, me dirigí a la seccional Policial correspondiente a radicar mi denuncia, pero no me la tomaron, porque no tenía el nombre de la inspectora, aunque se lo pedí, sólo tenía su número de trabajadora en la IMM.

Contra toda opinión de familiares y amigos, hice una denuncia escrita caratulada como Maltrato verbal y Multa Fraudulenta (carta publicada), dando todos los detalles del caso, lo presenté en la IMM, entregarlo me llevó 5 minutos, y esperé hasta el 11 de diciembre, día en que me avisaron de la IMM que estaba la resolución.

Por cierto, fallaron a favor de la Inspectora, pero lo grave de esto es que la decisión pasa por una sola persona, que es quien decide si da lugar al reclamo, claro que puedo apelar, pero saben qué? Me ganó el sistema.

Luego de una larga espera en la IMM, tuve la oportunidad de conversar con quien tomó esta decisión y me explicó que como nadie denuncia este tipo de conducta inapropiada, ellos tienen que basarse únicamente en los antecedentes del funcionario como empleado, si tiene denuncias anteriores y en cómo se lleva con sus compañeros, en la opinión de su jefe y en el descargo que haga.

Claro que no hay una evaluación del conductor para nivelar la balanza y corremos además con la contra del pre-concepto que tienen del conductor, que según se me explicó, “los conductores tienden a enojarse cuando hay cortes o vallados en las calles y ante la presencia de los Inspectores”.

El conductor no tiene ningún tipo de defensa ni apoyo, es sólo su palabra contra el descargo que hace el inspector, que en mi caso es una bolsa de mentiras e incongruencias poco creíbles, pero eso tuvo más peso que los detalles y registros que ofrecí para que mi caso tuviera la atención que se merecía.

Me sentí como Don Quijote contra los Molinos de viento, y por otro lado, me sentí robada y estafada.

Porqué escribo estas líneas? Porque si bien todos los conductores clamamos por mayor presencia de Inspectores en las calles, no debemos permitir que alguien con uniforme nos maltrate verbalmente, ni a abuse de su poder desde el puesto que ocupe.

Una cosa es cometer un error en la conducción, a cualquiera puede pasarle, aunque éste no sea mi caso, pero eso no habilita a quien debe aplicar las normas de tránsito a tener una espantosa actitud frente al conductor, sólo basta aplicar la sanción y punto, ahí debe terminar el diálogo y no entrar en la provocación, en la burla, en la risa irónica, en la amenaza (“callate porque te pongo otra multa”), en fin, un sin número de cosas que no deben, no pueden pasar.

Por esto, sigo perdiendo mi tiempo tratando de que quien lea estas líneas, no deje pasar situaciones como la que me tocó vivir, que es engorroso ir a la IMM, estamos de acuerdo, sólo de pensarlo uno ya decide que es más fácil pagar la multa y olvidarse, pero si continuamos con esta actitud, entonces, estamos permitiendo que personas con uniforme municipal sean los dictadores de la calle, porque saben de antemano que el conductor siempre pierde.

Es necesario nivelar la balanza, es necesario que quien decida sobre los reclamos sea ajeno a la IMM, sea imparcial, es necesario que los conductores nos solidaricemos con el fin de que estas cosas no ocurran, si todos nos tomáramos 5 o 10 minutos para denunciar estos casos, tendríamos mejores inspectores en las calles, por lo menos, nos aseguraríamos que nos traten con educación y el respeto que nos merecemos los contribuyentes.

Finalmente, alguien de mi amistad me sugirió que llevara mi caso al Ombudsman, pero saben que, como dije, me ganó el sistema, me ganó la falta de interés de este señor que decidió que la Inpectora tenía razón, me ganó el hecho de que tenía que molestar a dos personas extrañas para que avalaran lo que digo, me ganaron.

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