viernes, 28 de octubre de 2011

Nuevamente la Constitución junto a la Biblia y al calefón

En esta cosa del tambaleo, el gobierno va de un lado a otro sin saber exactamente a dónde quiere llegar.

Así quedó demostrado en mayo, cuando en ambas cámaras se votó la anulación de la ley de caducidad.

Recordemos que el propio Mujica y Astori, que tenían otro discurso y hace sólo 5 meses, luego de haber agitado las aguas, fueron a pedirles que no votaran la anulación y se armó la que se armó.

Ahora, buscaron la forma, y llegaron a esta barbarie, de inventarse una ley a medida para cumplir con lo más importante, el programa del Frente Amplio y las órdenes del Plenario.

Claro que poco les importó que por encima de todo esto, está la Constitución, ley primera, y el pueblo, con su voto.

Muchos senadores se ofendieron cuando desde la oposición les dijeron que aprovechando la mayoría circunstancial estaban haciendo este disparate.

Y si, son mayorías circunstanciales, porque la circunstancia de una elección nacional los puso allí, pero ustedes, no representan al pueblo en su totalidad, apenas al 50%.

Lo mismo le dijo a Mujica que se llena la boca, hablando de que el pueblo quiere esto o aquello, y a su mujer lo mismo, y a todos los legisladores que se llenaron esas bocas llenas de sapos, que ni siquiera saben hablar, mencionar al pueblo en su totalidad.

Entérense señores, el pueblo es el 100% del electorado, y sólo la mitad les dio el poder, entérense que ni siquiera sus propios votantes, les siguieron la corriente con la anulación de la ley de caducidad, dado el porcentaje de votación de la papeleta rosada y dado lo que se vio en TV cuando abrieron los sobres.

Así que en este tema, tampoco están representando a la mayoría de los frenteamplistas.

Y no entiendo muy bien, cual fue la ofensa, cuando Bordaberry les dijo que así, no tenemos certeza de que devuelvan el poder.

Yo creo lo mismo, cuál es la diferencia entre un pleibiscito y una elección nacional? Ambas son de voto obligatorio, ambas convocan al soberano a que se expida en un asunto, y cualquier asunto en el cual el soberano opina es importante.

Ya no tenemos garantías de nada, de absolutamente nada con ustedes sentados ahí, manteniendo esa mayoría que convirtió a este país en una dictadura, aprovechando el poder que les otorgó una mayoría circunstancial.

El señor presidente, como institución, debería cuidarse muy bien de lo que dice y de lo que opina, este señor, debiera recordar que él, para bien o para mal, es el presidente de todos, creo que aún Mujica, no lo entendió, o no quiere entenderlo. Y él más que nadie, debería respetar y hacer respetar la Constitución.

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