miércoles, 7 de diciembre de 2011

Orgulloso de ser cajetilla

Extraído de Facebook, escrito por Prudencio Rodriguez

ORGULLOSO DE SER CAJETILLA

No mangueo. No porque no necesite, sino porque tengo dignidad. No doy limosna. No porque los niños en la calle no me rompan el corazón, sino porque para mí es un delito estimular la mendicidad. Así somos los cajetillas. No me conmueven los asesinos que son asesinados durante los asaltos y copamientos. Tampoco me conmueven sus madres pidiendo “justicia” para esos hijos perdidos para siempre, mucho antes de morir.

Porque soy “cajetilla”, y los cajetillas nos jactamos de nuestro derecho a la libertad y la preservación de nuestra vida, nuestros seres queridos y nuestros bienes. No me arrastro entre políticos para conseguir una pensión trucha. Porque los cajetillas sabemos lo que es la vergüenza y el amor a sí mismo. No me gusta pagar de mi patrimonio para que otros vivan sin luchar, y encima me desprecien porque están “por debajo de mí” y porque dependen de mi forzada generosidad.

Soy cajetilla, sí. Soy diferente a ellos porque no quiero ser como ellos. Pero ellos quieren tener lo mío, en lugar de tratar de hacer como hago yo. Ellos quieren que yo siga siendo “cajetilla” para seguir odiándome… y viviéndome. Paradójico. Usted y su banda son quienes han estimulado esta suerte de “justicia social” que lejos de unir, escinde. Use un diccionario si no entiende. Señor Presidente que desprecia a los Cajetillas: sepa que ésta cajetilla lo repudia por ser tan demagogo, mentiroso, hipócrita y por comparar las negociaciones con otros países con la miserable mendicidad que usted y el otro antes que usted prometieron erradicar porque traían “el cambio”.

Usted dijo “Tenemos que ser como los niños que están en las esquinas: manguear todo lo que pasa” y yo desprecio su rastrera verborragia por infame y despreciable. Porque cuando usted va a un país civilizado a mangar, se olvida de un detalle: los países civilizados no tienen “niños en las esquinas”.
Ellos los amparan y desprecian a quienes, como usted, los ignoran. Soy cajetilla, sí. Porque en lugar de salir a gritar “justicia social” y jactarme al mismo tiempo de la miseria, quiero que el innoble aparato administrativo del Estado, ya que me roba, use tan jugoso botín para sacar a esos niños de la calle.

Como cajetilla, quiero ver a los caballos pastando gorditos y ayudando a rehabilitar niños en todos los rincones del país. Para eso son nuestros maravillosos amigos, señor presidente; no para revolver basura y cargar cuatro veces su propio peso, enfermos, golpeados por los “pobres” que usted defiende, torturados hasta la muerte en la vía pública.

Con seguridad Ana Olivera también desprecia a los cajetillas como yo: ya los despreciaba Tabaré cuando, siendo intendente, les puso chapas a esos miserables carros. En esos carros, señor presidente, viajan mugrientos y enfermos, a cualquier hora del día o de la noche, niños de todas las edades a los que usted les regala computadoras y subsidios con mi plata para que vayan a la escuela; y luego no controla. Sí, señor presidente. Soy cajetilla. No tengo por qué negarlo. Recorrería el mundo ida y vuelta mendigando trabajo si fuese necesario. Porque los cajetillas tenemos DIGNIDAD, algo que usted y sus secuaces no conocen.

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2 comentarios:

LA LUCIA dijo...

pahhh,,salado Cajetilla,,lo parió!
brrr.me ponés la piel de gallina..
sos un pelotudo,,vos sos el resentido social que no querés entender,que estamos trabajando para cambiar esa sociedad,injusta que vos defendés,esa sociedad desigual,ese feudalismo siglo XXI,tá..
si no te gusta tomátelas,,pero seguí pagando impuestos ,aunque sea con giros abitab,tá!
que nosotrosm ientras seguimos comprando votos y voluntades con la guita que vos ganas laburando,,gil, y no nos jodas más,tá,,este país es el paraíso,,lo que pasa es que los que piensan como vos,todavía no se dieron cuenta..
despertáte gil!!!
Vamo El Pepe,de la gente!(con tu plata,,jeje)

La Ciudadana dijo...

ayy Lucía vos siempre igual, ahora que declaraste que los presidentes latinoamericanos, incluyendo a tu marido, tienen cara de gente.... sucia, mal arreglada y mal vestida, pero parecen más pueblo y nos afanan el doble...