martes, 6 de enero de 2009

El Canal oficial

Extraído de El País de hoy, Editorial

Cuatro años atrás, cuando el Frente Amplio se preparaba para asumir el gobierno, ya se anunciaba una era prodigiosa para el canal 5. El propio presidente venezolano, Hugo Chávez, salió a apuntalar ese proyecto con su oferta de integrarlo a la red Telesur, con sede en Caracas. Apenas instalado Vázquez en la presidencia, se anunció que Uruguay era uno de los cuatro países copropietarios de esa red que convertiría al canal 5 en una rutilante estrella del firmamento televisivo internacional. Las autoridades del canal oficial recibieron el apoyo expreso del Presidente de la República, con el consiguiente respaldo presupuestal, para lo que prometía ser una gestión histórica.

Hoy, cuando una gestión ha colapsado en medio de la inoperancia y nuevas autoridades van a intentar empuñar el timón, es fácil comprobar que se trata de uno de los sectores de la administración en donde fue más rotundo el fracaso del Frente Amplio.

Un medio de comunicación con el rating más bajo que haya alcanzado en su historia, sin un perfil propio, con claro sesgo oficialista en sus monótonos informativos, sin programas ni figuras atractivas y, por si algo faltara, con un desgobierno total. Prueba de ello han sido las cotidianas interrupciones por decisión gremial y el cruce de acusaciones recíprocas entre la vieja dirección del canal y sus funcionarios. Ese choque de posiciones llegó al extremo de hacerse público mediante sucesivas placas puestas en pantalla para dar cuenta de los paros, ya sea para justificarlos por parte del sindicato, o para condenarlos por parte de las autoridades. Nunca se vio nada igual.

Tan grave fue el deterioro que ni siquiera Tabaré Vázquez pudo asistir a la inauguración de la ampliación de los estudios de la emisora. Informado de que debería soportar protestas gremiales, el presidente suspendió la visita.

Otro episodio inusitado se verificó durante una entrevista a Danilo Astori que fue cortada durante su transcurso dejando al presidenciable con la palabra en la boca. Tropiezos, marchas y contramarchas han sido habituales en la trayectoria de canal 5 Sodre, pero nada se parece a la decadencia y el caos que hoy son su marca registrada. Esperemos que mejore.


El País Digital

A todo esto, quiero agregar que me encantaría saber para qué está TV Ciudad, otro canal oficialista, con neto contenido político proselitista, más allá de algún programa donde entrevistan gente, pero siempre son a favor, vio?

Además me encantaría saber de dónde sale la plata para mantener ese canal, los sueldos de los empleados, y los gastos de mantenimiento, será que los montevideanos estamos bancando otra boca de propaganda frenteamplista?

Pero más allá de esto, cómo es posible que no consigan en Canal 5 hacer un programa con rating? tan difícil no es, aunque sea uno sólo, pero no supieron hacerlo, porque como todo, de afuera todo parece facilísimo pero cuando estás adentro te das cuenta que las cosas no son tan secillas.

Esto me recuerda a la gestión de casinos, que si bien no es lo mismo, la inoperancia si lo es.


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno tu blog.

la verdad no se que te llama la atención si la inoperancia ha sido general, o alguna de las cosas que han hecho han servido realmente para algo?

sino, fijate en el plan de emergencia, que trajo de positivo?

al final, parecés bastante idealista

La Ciudadana dijo...

Quizás tengas razón, pero uno siempre persigue, no se si un ideal, pero dentro de la realidad, lo que más se parezca.

Rodrigo dijo...

CUANTO DIH¿JO QUE NOS COSTO A TODOS LOS URUGUAY@S ???


La “gelatinización” de las instituciones
Alejo Umpiérrez


El acto político-partidario realizado por el Presidente Vázquez en abierta violación a la Constitución días atrás nos obliga a reflexionar sobre un estado del país. “Dentro de la Constitución toda, fuera de la Constitución nada” había vociferado nuestro presidente en medio de la parafernalia de su discurso de asunción ocasionando un aplauso cerrado de la multitud. A ello no le dimos importancia porque no nos parecía parte de un plan de gobierno, sino parte de la esencia del sistema. Sin embargo hoy quisiéramos que él y sus dirigidos lo hubieran cumplido.
A lo largo de estos poco más de cuatro años de gobierno hemos observado un lento vaciamiento institucional, que nada tiene con ver con el cumplimiento de metas “sustancialistas”, tan afines a la cosmovisión de la izquierda, sino con una pérdida de referencias.
Se trata de ataques a instituciones, a valores que han sido el sustento de la convivencia de un siglo en nuestro país y por ello estas actitudes ponen en peligro pautas muy arraigadas y amenazan con retrotraernos en el tiempo.
Puede creerse que es palabrería vacía. Nos remitimos a una lista incompleta de ejemplos.
Todos recordamos la marcha frustrada de sindicatos y prohombres del gobierno presionando a la Suprema Corte de Justicia por el IRPF. El manoseo permanente de las Fiscalías tomadas como instrumentos políticos a través del subsecretario Michelini y su adlátere, la Dra. Guianze. La idas y venidas con la ley de caducidad – la que se jura cumplir y ahora se la declara inconstitucional - los pedidos de archivos de expedientes que se vuelven a abrir por mera coyuntura electoral. El manejo de la salud por medio del ojo corporativo y jugando con la salud de población uruguaya como los casos Leborgne o ahora el PET.
En un país orgulloso de su política internacional, pensemos en la actitud vergonzosa donde hemos llegado a votar la incorporación de un país al MERCOSUR en plena madrugada y sin más trámite, para entregar dicha prenda a un Chávez que finalmente ni siquiera vino. Donde hemos visto pisotear la libertad ambulatoria de ciudadanos extranjeros en nuestro país – cubanos ellos – en medio de un pacto político-sanitario que implica tener esclavos en territorio nacional cuidados las 24 horas por agentes de seguridad extranjera y con prohibición de salir de los hospitales.
¿Que hubiera pasado si un ministro en el pasado hubiera vendido la empresa que gerenciaba al Estado como lo hizo Lepra con su Texaco sin ninguna ventaja visible para una ANCAP monopólica?
Hemos asistido al veto desde el Estado a ciudadanos por el delito de pensar diferente y ello le significa quedar afuera de los paneles que organizan el Estado u otras organizaciones vinculadas a él. Recordemos los vetos a de Haedo en conferencias, a Alfie como opinión consultiva, a Diva Puig en materia de energía atómica y Susana Lorenzo por el delito de ser defensora de Lasalvia.
Vivimos en un país donde se propone legalizar lo dañino o ilegal. Pasa con la marihuana, con las picadas, o la legitimación indirecta del hurto que significan los avisos de victimas de robos por medios de prensa recompensando a los ladrones por la devolución de lo robado, lo que ha llegado a ser practicado hasta por connotadas figuras de este gobierno; mientras los ladrones reciben comprensión y tortas de dulce de leche de la ministra del ramo y la gente anda aterrorizada por las calles.
Son la leyes de saldo por cierre de temporada legislativa, los controles populistas de precios, etc. mientras el país se hunde en el la atonía de la seguridad, el derrumbe de la educación, el acoso al trabajo y a la producción, el ejercicio de la prepotencia desde el gobierno al opositor, al que no se le escucha sino que simplemente se lo aplana con la mayoría correspondiente, olvidando que eso no es democracia, sino que como enseñaba Wilson, la democracia se mide no por los derechos de las mayorías, sino por el respeto de los de las minorías.
Toda esta crisis de valores y conducta tergiversadas ha ido vaciando a las instituciones que así quedan sin forma ni contenido, mera gelatina que se derrama en cualquier recipiente que toma la forma que el gobierno quiere.
Duro esfuerzo el de la reconstrucción nacional que nos espera.

Saludos
Rodrigo