Acabo de leer la editorial de El País y también me parece complementaria del artículo de la República, quizás porque ambas visiones tienen muchas cosas en común.
Aquí les dejo entonces, este otro artículo.
Aquí les dejo entonces, este otro artículo.
La "pequeña pérdida"
Desde su descanso esteño, el Presidente hizo declaraciones sobre el porqué de la medida tomada por el Banco Central, aumentando la tasa de interés de las colocaciones en pesos y a la vez, sus consecuencias para las exportaciones de nuestros productos.
Se refirió a la necesidad de controlar la inflación. El índice del 9,19 del incremento del IPC en el curso del año pasado, superó las expectativas menos optimistas que preveían un techo del 7%. Raspando, no se llegó al 10%, lo cual determinaría para los funcionarios públicos y pasividades el desencadenamiento de las "cláusulas gatillo" que automáticamente significan aumentos en los salarios. Esto, traería como consecuencia más inflación, por lo cual "este Presidente" -de quien los uruguayos sabemos que "no habla en vano" (así se definió)- anunció que tomará todas las medidas necesarias para proteger el poder adquisitivo de los salarios y pasividades, es decir, de los ingresos fijos que reciben trabajadores y jubilados. Ese aumento de la tasa de interés, concedió que significará "una pequeña pérdida de competitividad" para los productos exportables uruguayos, pero eso es menos malo que la inflación llegara a los dos dígitos.
Sí, el Presidente esta vez no habló en vano. Trató de explicar lo que se pretendía hacer, y lo logró. Pero no es eso lo que interesa. Lo que importa es si la medida tomada es, a los fines que se pretenden, la adecuada -lo que requiere un análisis de su lógica- y además, si resulta oportuna.
Quienes viven en la región y tienen algo que defender -salarios, ingresos de otro orden, ahorros, propiedades- han aprendido a fuerza de golpes a comprender algunas reglas de la economía, que sirven también para no caer en la resignación de creer que es el reino de los pases mágicos o de las verdades reservadas para iniciados en una ciencia oculta, o que quienes toman determinadas decisiones lo hacen por maldad, ineptitud o ignorancia.
Entre esas reglas, la primera de todas y la más fácil de entender, es que no puede haber combate eficaz contra la inflación si no se cuida el gasto público, y aquí se ha hecho todo lo contrario, siguiéndose una política expansiva y quedándose el gobierno sin algo de espacio fiscal para encarar medidas anticíclicas.
Es cierto que días atrás, el Presidente reunió al Gabinete pidiéndoles a todos los Ministros una reducción del gasto, salvo aquellos imprescindibles para mantener lo que denomina "la política social", que en los hechos -a buen entendedor pocas palabras bastan- es el asistencialismo que el Estado brinda a cambio de no se sabe bien qué, a quienes no trabajan porque no pueden, porque no quieren, o porque no les conviene, que también los hay. Y ¿cuál fue el resultado de esa exhortación? ¿Quién se redujo y en cuanto? Porque lo interesante sería ver los números, y no transmitir una noticia para que la gente aplauda la sensibilidad de la cúpula gobernante y todo termine ahí.
La medida pudo haber sido la adecuada, pero en un contexto completamente diferente al que vive el país porque si no va acompañada del complemento natural del ahorro fiscal, no será antiinflacionaria.
Pero la medida no es oportuna. Por "pequeña" que sea la pérdida de competitividad, el país no está para darse esos lujos en un mundo sumido en la recesión, en el medio de una crisis que nadie sabe hasta cuánto va a extenderse, y en donde sus principales socios comerciales aumentan el tipo de cambio, mientras nosotros lo bajamos un 5% en los primeros 15 días del año. Indefectiblemente esto va a perjudicar a la exportación, con las consecuencias de rigor sobre el desempleo y el crecimiento de la economía, que según las previsiones del gobierno, del 10,5% del año pasado, se enlentecerá hasta un 3% en el 2009.
Es de lamentar concluir que la pérdida no va a ser pequeña, sino en términos de razonabilidad, muy importante. El gobierno no tuvo ni tiene política económica, concebida ésta en forma global, e incluyendo también los salarios, por cuanto lo que se está pagando por tal concepto en toda el área laboral, no condice con la realidad de un país que -aun en los momentos de mayor auge del crecimiento económico que le regaló una coyuntura internacional tan generosa como previsiblemente transitoria- se sabía de su vulnerabilidad.
En una palabra, sólo bajó y bajará el dólar.
Ahora, a aguantar.
El País Digital
Desde su descanso esteño, el Presidente hizo declaraciones sobre el porqué de la medida tomada por el Banco Central, aumentando la tasa de interés de las colocaciones en pesos y a la vez, sus consecuencias para las exportaciones de nuestros productos.
Se refirió a la necesidad de controlar la inflación. El índice del 9,19 del incremento del IPC en el curso del año pasado, superó las expectativas menos optimistas que preveían un techo del 7%. Raspando, no se llegó al 10%, lo cual determinaría para los funcionarios públicos y pasividades el desencadenamiento de las "cláusulas gatillo" que automáticamente significan aumentos en los salarios. Esto, traería como consecuencia más inflación, por lo cual "este Presidente" -de quien los uruguayos sabemos que "no habla en vano" (así se definió)- anunció que tomará todas las medidas necesarias para proteger el poder adquisitivo de los salarios y pasividades, es decir, de los ingresos fijos que reciben trabajadores y jubilados. Ese aumento de la tasa de interés, concedió que significará "una pequeña pérdida de competitividad" para los productos exportables uruguayos, pero eso es menos malo que la inflación llegara a los dos dígitos.
Sí, el Presidente esta vez no habló en vano. Trató de explicar lo que se pretendía hacer, y lo logró. Pero no es eso lo que interesa. Lo que importa es si la medida tomada es, a los fines que se pretenden, la adecuada -lo que requiere un análisis de su lógica- y además, si resulta oportuna.
Quienes viven en la región y tienen algo que defender -salarios, ingresos de otro orden, ahorros, propiedades- han aprendido a fuerza de golpes a comprender algunas reglas de la economía, que sirven también para no caer en la resignación de creer que es el reino de los pases mágicos o de las verdades reservadas para iniciados en una ciencia oculta, o que quienes toman determinadas decisiones lo hacen por maldad, ineptitud o ignorancia.
Entre esas reglas, la primera de todas y la más fácil de entender, es que no puede haber combate eficaz contra la inflación si no se cuida el gasto público, y aquí se ha hecho todo lo contrario, siguiéndose una política expansiva y quedándose el gobierno sin algo de espacio fiscal para encarar medidas anticíclicas.
Es cierto que días atrás, el Presidente reunió al Gabinete pidiéndoles a todos los Ministros una reducción del gasto, salvo aquellos imprescindibles para mantener lo que denomina "la política social", que en los hechos -a buen entendedor pocas palabras bastan- es el asistencialismo que el Estado brinda a cambio de no se sabe bien qué, a quienes no trabajan porque no pueden, porque no quieren, o porque no les conviene, que también los hay. Y ¿cuál fue el resultado de esa exhortación? ¿Quién se redujo y en cuanto? Porque lo interesante sería ver los números, y no transmitir una noticia para que la gente aplauda la sensibilidad de la cúpula gobernante y todo termine ahí.
La medida pudo haber sido la adecuada, pero en un contexto completamente diferente al que vive el país porque si no va acompañada del complemento natural del ahorro fiscal, no será antiinflacionaria.
Pero la medida no es oportuna. Por "pequeña" que sea la pérdida de competitividad, el país no está para darse esos lujos en un mundo sumido en la recesión, en el medio de una crisis que nadie sabe hasta cuánto va a extenderse, y en donde sus principales socios comerciales aumentan el tipo de cambio, mientras nosotros lo bajamos un 5% en los primeros 15 días del año. Indefectiblemente esto va a perjudicar a la exportación, con las consecuencias de rigor sobre el desempleo y el crecimiento de la economía, que según las previsiones del gobierno, del 10,5% del año pasado, se enlentecerá hasta un 3% en el 2009.
Es de lamentar concluir que la pérdida no va a ser pequeña, sino en términos de razonabilidad, muy importante. El gobierno no tuvo ni tiene política económica, concebida ésta en forma global, e incluyendo también los salarios, por cuanto lo que se está pagando por tal concepto en toda el área laboral, no condice con la realidad de un país que -aun en los momentos de mayor auge del crecimiento económico que le regaló una coyuntura internacional tan generosa como previsiblemente transitoria- se sabía de su vulnerabilidad.
En una palabra, sólo bajó y bajará el dólar.
Ahora, a aguantar.
El País Digital
Blogalaxia Tags: uruguay, montevideo, vicepresidente, corrupción, fraude, presidente, intendencia, impuestos, IRPF gobierno, seguridad, ley
1 comentario:
ECONOMÍA ....DADO QUE ESTAMOS EN EL CTI ...PONGAMOSLE UN POCO DE HUMOR
MODELOS ECONOMICOS EXPLICADOS CON VACAS
SOCIALISMO: Tenés 2 vacas. Las compartís con tus vecinos.
COMUNISMO: Tenés 2 vacas. El estado te quita las dos y te regala un poco de la leche.
MERCANTILISMO: Tenés 2 vacas. Las vendés y con eso comprás leche.
FASCISMO: Tenés 2 vacas. El estado te las quita y te fusila.
BUROCRACIA: Tenés 2 vacas. El estado te quita las dos, mata una por un error de expediente, hace ordeñar a la otra y tira toda la leche porque las heladeras no funcionan.
CAPITALISMO: Tenés 2 vacas. Vendés una y con la plata comprás un toro. Tu rebaño se multiplica y la economía crece. Entonces invertís en Wall Street comprando bonos "Absolute Return Security"... Al poco tiempo perdés todo.
CORPORACIÓN AMERICANA: Tenés 2 vacas. Vendés una y obligás a la otra a producir la leche de 4 vacas. Después contratás un consultor para analizar por qué la vaca cayó muerta.
CORPORACIÓN FRANCESA: Tenés 2 vacas. Vas al paro, organizás disturbios y cortás las rutas para exigir 3 vacas.
CORPORACIÓN JAPONESA: Tenés 2 vacas. Las rediseñás para que tengan una décima parte de su tamaño natural, y para que produzcan veinte veces más leche que una vaca normal. Luego lanzás una campaña de mercadeo mundial con un dibujo animado ingeniosísimo que se llama el 'Vacamón"
CORPORACIÓN ALEMANA: Tenés 2 vacas. Mediante un proceso de re-ingeniería las hacés vivir 100 años, comer una vez al mes y ordeñarse solas.
CORPORACIÓN ITALIANA: Tenés 2 vacas. No sabes dónde están. Decidís ir a almorzar.
CORPORACIÓN CHINA: Tenés 2 vacas. Tenés 300 personas ordeñándolas. Afirmás tener pleno-empleo y alta productividad bovina. Arrestás al reportero que publica la verdadera situación.
CORPORACIÓN INDIA: Tenés 2 vacas...a las que adorás!
CORPORACIÓN BRITÁNICA: Tenés 2 vacas. Las 2 están locas.
CORPORACIÓN RUSA: Tenés 2 vacas. Las contás y tenés 5. Las contás de nuevo y te da 42. Las volvés a contar y tenés 2. Dejás de contar vacas y te tomás otra botella de vodka.
CORPORACIÓN IRAQUÍ: Todos piensan que tenés muchas vacas. Les decís que no tenés ninguna. Nadie te cree así que te bombardean e invaden. Igual seguís sin tener ni una vaca, pero por lo menos ahora vivís en 'democracia'.
CORPORACIÓN AUSTRALIANA: Tenés 2 vacas. Como el negocio va bastante bien cerrás la oficina y vas por unas cervezas para celebrar.
CORPORACIÖN SUIZA: Tenés 5000 vacas. Ninguna te pertenece pero le cobrás a los dueños por guardarlas.
URUGUAY: Tenés 2 vacas. Las carneás y anunciás al Guinness el asado familiar más grande del mundo!!!!
NOTA: El Chiste es TRUCHADO de un Mail que me llegó
Hasta la Victoria Siempre
Rodrigo
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