viernes, 23 de enero de 2009

Economía, seguimos....

En referencia a mi post anterior, más allá de la cantidad de opiniones que hubieron, un postero recomendó la lectura de un artículo de La República.

Como no me gusta quearme con la duda, lo leí y me pareció interesante compartirlo con uds., ya que muchos dicen que siempre pongo como referencia a El País, bueno esta vez, va uno de La República.

CARESTIA: ¡CHIST, EL CANGREJO SIGUE DEBAJO DE LA PIEDRA!
Jorge Jauri

Hasta hace unos días todo estaba bien rumbeado. Ahora, en la medida en que se van reintegrando a sus oficinas, autoridades y jefes de unidades ejecutoras importantes se están embarcando en una competencia de méritos por un galardón extraño: quién aporta más creatividad al afán estabilizador. Ayer, uno de los ministros que más aprecio personalmente se sintió obligado a sugerir algo así como que "el INE debería modificar su canasta de IPC a los efectos de que el índice incorpore artículos cuyos precios han logrado ser bajados como consecuencia de la acción del gobierno". En fin ... si se pudiera hacer haría más daño que lo del Indec argentino.

Todo esto es, además, dilapidar la respetabilidad profesional y política, por no decir la que más me importa: la personal de mis amigos en funciones de gobierno. ¿Es que alguien piensa realmente que con detectives en los súper o como fruto de los acuerdos con la familia Gard, los cinco o seis importadores y grandes productores a la vez de frutas y hortalizas, con los brasileños al frente de plantas frigoríficas y arroceras, más Cambadu o el grupo Disco, se lograría enfrentar la inflación en su única expresión preocupante, la de mediano y largo plazo? La que hoy vuelve a ponernos en este tipo de riesgos. Más allá de que se entienda o no que la inflación es un problema que atañe al dinero y que importa relativamente poco que algún formador de precios se haga el vivo (o el bobo mejor dicho), el problema es, ahora, hasta qué punto, en su nerviosismo, algunas autoridades emiten señales capaces de generar distorsiones que a la larga pagan lo pobres y desvalidos.

¿Por qué nos hemos pasado dos años sin concentrarnos en las causas monetarias, fiscales y de política comercial (apertura o cierre) de la inflación? Si se focaliza el problema en "la especulación" la confusión generará, precisamente, lo que es necesario evitar: un aumento impactante de la asimetría de la información. Menos sabrán dónde está el problema realmente y allí si especularán mejor, no con los morrones, sino con el dinero. A no ser que haya que hacer campaña a toda costa, cueste lo que cueste, con todas las cosas y en todos los frentes, con todos los funcionarios. Caro, confuso y peligroso.


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