Por Pablo Mieres, extraído de un mail que me llegó. El comentario me parece tan acertado, que lo comparto con uds.
El precandidato del Frente Amplio, Cdor. Danilo Astori, ha levantado como una de sus banderas programáticas de cara a las Elecciones Internas de junio, la erradicación de la pobreza durante el próximo período de gobierno.
Esta propuesta constituye un caso típico de las promesas demagógicas que se “tiran arriba de la mesa” con el único objetivo de ganar votos sabiendo que no es posible cumplirla. Si este va a ser el estilo del supuesto “candidato serio” del Frente Amplio, entonces preparémonos para asistir a un verdadero “remate de ideas al mejor postor” con el único afán de engañar a la ciudadanía.
Pero vamos a dar fundamentos serios a esta crítica. Durante este período de gobierno, en el que el precandidato Danilo Astori tuvo a su cargo nada menos que la cartera de Economía, en el contexto de mayor crecimiento económico de la historia moderna de nuestro país, la pobreza se redujo del 32% que se registraba en 2004 al 21% en 2008. El crecimiento de nuestro PBI superó las marcas más elevadas que se habían registrado a fines de los años 90; de modo que el PBI creció de manera espectacular y en forma sostenida durante cinco años seguidos.
En aquellas circunstancias de 1998, con un PBI en el entorno de los veinte mil millones de dólares, cifra que ya hemos superado largamente, la pobreza estaba ubicada en el 16% de la población. Sin embargo, en este período de gobierno frenteamplista, con un nivel de PBI más alto, la política económica de este gobierno, liderada por el precandidato que hoy promete el abatimiento de la pobreza, no logró reducir la pobreza a los niveles de fines de los años noventa.
Es decir que se creció en mayor medida de lo que se distribuyó. El PBI creció más de lo que, en términos comparados, se redujo la pobreza. Lo que para un gobierno de izquierda debe ser valorado como un resultado muy pobre.
El deterioro social registrado a partir de la crisis de 2002 no fue recuperado por las políticas públicas implementadas por el actual gobierno. Se abatieron las cifras de la indigencia mediante programas de reparto de ingresos a las familias más desamparadas, programas que no han demostrado hasta ahora, su eficacia para que los beneficiarios se conviertan en autoválidos. Más de uno de cada cinco uruguayos continúa en situación de pobreza y estamos lejos de llegar a las cifras alcanzadas diez años atrás.
Por otra parte, todos sabemos que la época de “vacas gordas” ha finalizado y nadie tiene dudas de que, más allá del impacto efectivo de la crisis sobre nuestra economía, ya no se registrarán las envidiables tasas de crecimiento de estos años anteriores. Por el contrario, el gobierno que sea elegido en 2009 se enfrentará el 2010 con problemas fiscales heredados de esta conducción económica, liderada por el Cdor. Astori, que permitió ocupar con creces “todo el espacio fiscal disponible” y también el que no estará disponible en 2009.
De modo que la promesa del senador Astori es imposible de cumplir y seguramente él es quien tiene más elementos para saberlo. Prometer la erradicación de la pobreza para el próximo período de gobierno constituye un atrevimiento que ofende la inteligencia de los uruguayos.
El senador Astori debería, más bien, preocuparse de generar propuestas serias y viables que lo ayuden a obtener los apoyos electorales que le faltan, en vez de lanzarse a competir en un terreno en el que su adversario interno es imbatible por su capacidad de decir una y otra cosa con total desparpajo e impunidad.
Pablo Mieres
Esta propuesta constituye un caso típico de las promesas demagógicas que se “tiran arriba de la mesa” con el único objetivo de ganar votos sabiendo que no es posible cumplirla. Si este va a ser el estilo del supuesto “candidato serio” del Frente Amplio, entonces preparémonos para asistir a un verdadero “remate de ideas al mejor postor” con el único afán de engañar a la ciudadanía.
Pero vamos a dar fundamentos serios a esta crítica. Durante este período de gobierno, en el que el precandidato Danilo Astori tuvo a su cargo nada menos que la cartera de Economía, en el contexto de mayor crecimiento económico de la historia moderna de nuestro país, la pobreza se redujo del 32% que se registraba en 2004 al 21% en 2008. El crecimiento de nuestro PBI superó las marcas más elevadas que se habían registrado a fines de los años 90; de modo que el PBI creció de manera espectacular y en forma sostenida durante cinco años seguidos.
En aquellas circunstancias de 1998, con un PBI en el entorno de los veinte mil millones de dólares, cifra que ya hemos superado largamente, la pobreza estaba ubicada en el 16% de la población. Sin embargo, en este período de gobierno frenteamplista, con un nivel de PBI más alto, la política económica de este gobierno, liderada por el precandidato que hoy promete el abatimiento de la pobreza, no logró reducir la pobreza a los niveles de fines de los años noventa.
Es decir que se creció en mayor medida de lo que se distribuyó. El PBI creció más de lo que, en términos comparados, se redujo la pobreza. Lo que para un gobierno de izquierda debe ser valorado como un resultado muy pobre.
El deterioro social registrado a partir de la crisis de 2002 no fue recuperado por las políticas públicas implementadas por el actual gobierno. Se abatieron las cifras de la indigencia mediante programas de reparto de ingresos a las familias más desamparadas, programas que no han demostrado hasta ahora, su eficacia para que los beneficiarios se conviertan en autoválidos. Más de uno de cada cinco uruguayos continúa en situación de pobreza y estamos lejos de llegar a las cifras alcanzadas diez años atrás.
Por otra parte, todos sabemos que la época de “vacas gordas” ha finalizado y nadie tiene dudas de que, más allá del impacto efectivo de la crisis sobre nuestra economía, ya no se registrarán las envidiables tasas de crecimiento de estos años anteriores. Por el contrario, el gobierno que sea elegido en 2009 se enfrentará el 2010 con problemas fiscales heredados de esta conducción económica, liderada por el Cdor. Astori, que permitió ocupar con creces “todo el espacio fiscal disponible” y también el que no estará disponible en 2009.
De modo que la promesa del senador Astori es imposible de cumplir y seguramente él es quien tiene más elementos para saberlo. Prometer la erradicación de la pobreza para el próximo período de gobierno constituye un atrevimiento que ofende la inteligencia de los uruguayos.
El senador Astori debería, más bien, preocuparse de generar propuestas serias y viables que lo ayuden a obtener los apoyos electorales que le faltan, en vez de lanzarse a competir en un terreno en el que su adversario interno es imbatible por su capacidad de decir una y otra cosa con total desparpajo e impunidad.
Pablo Mieres
Blogalaxia Tags: uruguay, montevideo, vicepresidente, corrupción, fraude, presidente, intendencia, impuestos, IRPF gobierno, seguridad, ley
4 comentarios:
excelente este artículo que publicaste, no le quito un punto ni una coma
Rusa me alegra que te haya gustado.
Seguí por acá
Muy bueno el editorial de Mieres que subiste, muuy gráfico. Esta gente realmente abusa de los lugares comunes en sus discursos demagógicos, parece que por momentos se olvidaran que no son oposición sino gobierno un pobrísimo gobierno, pero gobierno al fin, "acabar con la pobreza", alarmante como toman por tonta a la gente, tal el grado de subestimación...
Justamente asombra eso, cómo subestiman al pueblo!
Yo creo que se llevarán una sorpresa en las próximas elecciones.
En estos días no he escrito nada porque tuve problemas con la compu, ya me pondré al día.
te espero por acá.
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