A veces me pregunto, si cuando un político accede al más alto puesto, la presidencia, sufren una especie de amnesia temporal que dura 5 años.
No seré tan ingenua de pensar que cada político promete y que luego cumplirá a rajatabla lo que promete, pero hay cosas que se deben cumplir, no por promesa sino por honor.
Hablo de nuestra Constitución, nuestra Carta Magna, aquella que define nuestros derechos como habitantes de estas tierras, la ley primera.
El Sr. Vazquez, actual presidente, desde que ha vuelto la democracia a nuestro país, es quien ha prometido enfáticamente "dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada" promesa populista y chabacana, porque dentro de su juramento como presidente, el jura proteger nuestra Constitución, y es el que primero la violó, pero no una vez, sin varias, desde que asumió su cargo.
He llevado buena cuenta de tales violaciones, porque a un Presidente no se le pueden permitir, pero como siempre, acá no pasa nada, este señor sigue en las mismas, hace lo que le viene en gana y la oposición sigue durmiendo la siesta.
Yo que soy asidua escritora de Ecos de El País, he enviado en cada uno de los casos, mi opinión al respecto, pues éstas violaciones no han traído mejoras a nadie, simplemente, han sido un flagrante insulto a nuestra Carta Magna, gratuito, mostrando la soberbia de este señor que se cree que puede hacer lo que quiere.
Por eso no es buena cosa, que el Presidente tenga mayorías en el Parlamento, pues su poder se vuelve tan absoluto, que nadie puede en definitiva, llamarle al orden.
Vayamos a los hechos, que pueden estar cronológicamente mal ordenados, porque no conservé todos los artículos que escribí.
El mismo mes (marzo 2005) que él toma el juramento y pasa a ser el presidente de nuestro país, ahí nomás, primera violación, con el nombramiento de directores de los entes.
Siguió vinculado a empresas que prestan servicios al Estado, cosa que está expresamente prohibida en la Constitución.
El IRPF a los jubilados, está expresamente prohibido en la Constitución, no con este nombre, pero si los gravámenes a las jubilaciones, no se puede decir que una jubilación es una renta, cuando es el retorno de las aportaciones del trabajador.
La discriminación brutal que fue el decreto de prohibición de fumar, quitándole un derecho a una parte de la ciudadanía, pero lo que es peor, instigando a diferenciar entre ciudadanos clase a y clase b, lo cual, la constitución expresamente prohíbe, sin dar opciones lógicas a este sector de la población.
Con esa cara que pone de estreñimiento y de “yo no fui” sigue haciendo lo que le viene en ganas, es una absoluta vergüenza.
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